Puentes amarillos: Bullrich y Larreta evitaron una diáspora en el PRO de Salta y Tucumán
En una tregua de su puja por la candidatura presidencial, consensuaron nombres para las dos intervenciones partidarias con el fin de obturar la dispersión de la dirigencia.
La jefa del PRO, Patricia Bullrich, y el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta dejaron por un rato sus diferencias internas en la carrera presidencial para consensuar la intervención del partido en Tucumán y el reemplazo de su normalizador en Salta, a fin de que las principales referencias provinciales no se fueran de ese espacio o negociaran por separado adhesiones a otros frentes opositores o hasta con el oficialismo de cara a las elecciones 2023. Las máximas figuras de la conducción nacional acordaron poner a una persona que les respondan entre las dos elegidas para las intervenciones en una y otra provincia.
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"La situación no daba para más, era incomprensible que el PRO se hubiera partido en dos en nuestra provincia, que un espacio haya desoído el mandato partidario y jugara con nuestro adversario en la interna", dijo a Letra P un histórico dirigente amarillo tucumano, exconcejal de la capital.
En este distrito, Ramiro Betis, concejal de la ciudad de Concepción, el presidente partidario reemplazado, se había alineado con el candidato a gobernador Germán Alfaro, intendente de San Miguel de Tucumán y referente del Partido de la Justicia Social (PJS), quien fue bendecido por Rodríguez Larreta. El otro espacio, con predicamento en el interior tucumano y que responde al concejal del PRO de Banda del Río Salí, Miguel Diosquez, dio su apoyo al diputado nacional radical, Roberto Sánchez, quien le disputa a Alfaro el primer lugar en la fórmula que deberá competir con el oficialismo en las elecciones provinciales del 14 de mayo.
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Patricia Bullrich y Pablo Walter buscan alinear al PRO con la candidatura a gobernador de Germán Alfaro
Los interventores designados para Tucumán, que ya asumieron, fueron el tucumano Pablo Walter, exsenador y exdirector de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA); y del exdiputado nacional Marcelo Wechsler. Mientras Walter responde a Mauricio Macri y Bullrich, Wechsler integra la mesa chica del proyecto presidencial de Larreta. Se trata de dos nombres de peso en la interna amarilla y sus designaciones obedecen a que Tucumán es el quinto distrito electoral del país, donde un resultado adverso y por mucha diferencia, en mayo, impactaría en la oposición. Además, de tallar en la interna propia, otro objetivo del binomio normalizador es poder acercar a quienes trabajan en los armados de Alfaro y Sánchez.
La primera semana de trabajo de los interventores fue poco auspiciosa. Una fuente consultada por Letra P reconoció que fue imposible reunir a la dirigencia amarilla local en disputa, porque en un solo día las señales del espacio opositor generaron dudas sobre una posible unidad. Mientras que Alfaro lanzó su candidatura a gobernador, con estética Juntos por el Cambio (JxC); el radicalismo tucumano primereó en la Junta Electoral Provincial e inscribió el sello frente JxC, con la adhesión de partidos provinciales, sin el PJS ni el PRO.
El caso Salta
El caso salteño tiene sus particularidades porque ya estaba intervenido, pero los cortocircuitos internos amenazaban con dividir al espacio, algo que no pudo neutralizar el normalizador Martín Pugliese, de diálogo directo con Macri y designado en 2022. Frente a ese escenario de virtual diáspora, la mesa nacional del PRO lo reemplazó por el salteño Antonio Demarco y el tucumano Alejandro Ávila Gallo, que residen en la Ciudad de Buenos Aires. Ávila Gallo es de confianza de Bullrich, mientras que Demarco ocupa un rol de relevancia en el armado federal del larretismo. "Aquí todos lo conocemos, sabemos de su recorrido y la cercanía que tiene con Rodríguez Larreta, no hay dudas que jugará para que el PRO se comprometa con la candidatura a gobernador del radical Miguel Nanni", reconoció un referente partidario.
Tanto en Tucumán como en Salta se acercan las fechas límites para que se inscriban las alianzas electorales, por lo que los próximos días serán claves para saber si la función de los interventores rinde sus frutos o fracasan en el intento.