La elección del domingo podría no definir quién llegará a la Casa Rosada el 10 de diciembre, pero determinará el reparto de fuerzas que tendrá el Congreso durante los próximos dos años. La aparición de La Libertad Avanza(LLA), un nuevo partido político con capacidad de quedarse con el primer puesto en las generales bajo el liderazgo de su candidato presidencial, Javier Milei, garantiza una fragmentación sin precedentes en ambos recintos, con una merma de las bancas de los dos interbloques que dominan el Congreso: el Frente de Todos -rebautizado Unión por la Patria- y Juntos por el Cambio.
De repetirse los números de las PASO, ninguna de estas fuerzas podría conseguir cuórum sin hablar entre sí o negociar con la tropa libertaria.
Además, si se cumplen los pronósticos de la mayoría de las encuestas, que vaticinan un crecimiento libertario, UP y JxC quedarán aun más lejos de conseguir los 129 escaños en la Cámara baja y los 37 en la alta necesarios para sesionar. De todos modos, las cúpulas legislativas de ambas coaliciones admiten que, si no son gobierno, será difícil que sostengan la unidad parlamentaria. De ese modo, la proliferación de fuerzas será mayor.
JxC tiene otro problema: renueva las bancas de sus mejores elecciones legislativas, como fueron la del Senado de 2017 y la de Diputados de 2019. El escenario de tercios le restará bancas a los partidos provinciales y a la izquierda, que, ante tanta segmentación, dejarán de arbitrar las votaciones.
El Senado
La Cámara alta renueva 24 bancas el domingo, tres en ocho provincias, que se eligen de manera simple: el ganador se lleva dos; y el segundo, una. No influyen los porcentajes obtenidos, por lo que una pequeña variación respecto a las cifras de las primarias puede dar un reparto diferente al que habría si se repiten las cifras de ese día.
Con los números de agosto, el oficialismo retendría las nueve bancas que pone en juego, se quedaría con sus 31 integrantes y la posibilidad de acercarse al cuórum con dos ex (Carlos Espínola y Edgardo Kueider) y los partidos provinciales.
Resultó favorecido por las victorias en San Juan, Santa Cruz, Buenos Aires y Formosa, aunque en las dos primeras se impuso con lo justo y el escenario está abierto.
UP puede crecer en La Rioja, donde quedó segunda a pocos votos de LLA. Si bien no festejó con cuadros propios, la boleta liderada por Sergio Massa ganó en la categoría Senado en Misiones, donde la terna responde al partido gobernante local, el Frente Renovador para la Concordia. Si el ministro llega a la Casa Rosada, sabe que podrá contar con ese team.
Los senadores Weretilneck y Espínola
Si se reeditan los resultados de agosto, LLA se quedaría con ocho bancas en el Senado, aunque, para repetir esa actuación, en varias deberá hacer un esfuerzo. Un caso es La Rioja, donde obtuvo un ajustado primer puesto, mientras que quedó segundo en San Juan, en una elección de tercios que está abierta a otro desenlace.
Ganó con holgura en San Luis y en Jujuy, mientras que en Buenos Aires podrá sumar una banca si escala al segundo puesto. En Misiones y Santa Cruz no presentó propuesta local.
Juntos por el Cambio necesita mejorar su performance de agosto en las ocho provincias que eligen representantes para la Cámara alta. De lo contrario, sólo retendría cinco de las 11 bancas que pone en juego. Unidos, la UCR, el PRO y otros aliados de fuerzas locales quedarían con 27 votos, a diez del cuórum.
En las primarias, perdió Santa Cruz y Buenos Aires con UP. La ola libertaria lo dejó segundo en San Luis y en Jujuy y tercero en La Rioja y Formosa, donde, si no mejora, se quedará sin representantes. No podría ser reelecto el actual jefe de la UCR, Luis Naidenoff.
Diputados
El recinto de la Cámara baja reparte 130 bancas distribuidas en las 24 provincias con el sistema D’hont, que toma en cuenta los porcentajes obtenidos.
Si LLA sostiene las cifras de agosto, sumará 39 escaños y se quedará con 42. El crecimiento es exponencial, pero el bloque podría ser testimonial si no negociara con los demás, porque no alcanzaría ni para impedir los dos tercios, una mayoría que permite tratar proyectos en el recinto sin que hayan obtenido dictámenes.
Como UP y JxC perderían representación, si siguieran con los teléfonos apagados no podrían reunir mayoría. Más difícil sería si, además, alguno de esos bloques se fragmentara en diciembre.
La caída de las dos principales fuerzas en el recinto de Diputados es imposible de evitar, porque arriesgan las bancas obtenidas en 2019, en una elección polarizada. Por caso, la irrupción de LLA en los distritos grandes (Buenos Aires, Ciudad, Córdoba, Santa Fe y Mendoza) golpeó por igual a UP y a JxC.
Cecilia-Moreau-Diputados.jpg
Con los números de agosto, el combo UCR-PRO-Coalición Cívica sólo obtendría 44 de las 55 bancas que se ponen en juego, para caer de 116 votos a 105, lejos de los 129 necesarios para abrir el recinto. Si no mejorara su desempeño de las primarias, UP sólo obtendría 41 de las 68 bancas que arriesga. Pasaría de un bloque de 118 a 91.
El oficialismo necesita crecer en las provincias chicas, que eligen pocas bancas, pero con el ascenso de LLA podría perder al menos una en casi todas. Son los casos de Chaco, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Salta, San Luis, Santa Cruz, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán.
Si retuviera los votos de agosto en Córdoba, el gobernador y candidato presidencial Juan Schiaretti podría tener una bancada de cinco escaños, que se sumaría a las representaciones de otros partidos locales como Misiones, Río Negro, Neuquén y Santa Cruz. La Izquierda quedaría con cuatro votos. Son pocos, pero necesarios para reunir una mayoría. A nadie le sobrará nada.