La decisión de Victoria Villarruel de no ser la cara de la doble derrota del Gobierno con el DNU de los fondos reservados de la SIDE y el aumento el presupuesto universitario impidió confirmar la sesión de este miércoles, en la que el oficialismo preveía aprobar la boleta única, uno de los objetivos legislativos de la Casa Rosada este año.
Si bien la sesión fue pedida para las 14 por un grupo de senadores, Villarruel decidió no citarla, según explicaron en su entorno, porque no tenía certezas de contar con un respaldo para la BUP de la Unión Cívica Radical, que cuenta con problemas en tener una postura homogénea.
Aunque cerca de la vice reconocían que pesa igual o más que no quiera poner la cara para dos derrotas, porque eso dificulta negociar la letra fina de la BUP.
Este miércoles habrá una nueva reunión de jefes de bancadas para tomar una decisión. Al cierre de esta nota, estaban todos los escenarios abiertos.
Seguía la intención de sesionar este mismo miércoles, aunque lo más probable era negociar la sesión para el jueves o aplazarla una semana más.
Había dos versiones en el Senado sobre la rebelión radical. En el oficialismo aseguran que hay sectores del partido centenario que no están de acuerdo con la última corrección del Gobierno sobre la BUP, que impidió la posibilidad de votar lista completa.
Fue un pedido de los partidos provinciales que frenó el proyecto - aprobado en la cámara alta- durante el último año en el Senado. En el radicalismo nadie se adjudica esos reparos y recuerdan que parte de la nueva redacción de la BUP fue pedida por sus miembros.
El problema mayor, añadían las mismas fuentes, es que un núcleo duro del bloque, liderado por Martín Lousteau, exigía incluir en la misma sesión el DNU que aumentó en $ 100 mil millones los fondos reservados de la SIDE y el presupuesto universitario.
Como explicó Letra P, Villarruel no quería incluir los temas en una misma sesión y evaluaba llamar a una segunda reunión el jueves. Pero Lousteau exigía garantías, con una citación escrita, porque de lo contrario teme que la vice cierre el recinto por tiempo indefinido. Por la tarde, en un plenario de comisiones, el jefe de UP, José Mayans, pidió una sesión ordinaria con todos los temas. La negociación fue imposible.
Los planes de Victoria Villarruel
Lousteau tiene motivos para estar apurado: si el DNU que incrementa los fondos reservados se rechaza en el Senado, queda anulado definitivamente y no deberá analizarlo la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia, que él mismo preside. La comisión se reunió por primera vez la semana pasada y volverá a hacerlo en diez días, para escuchar al titular de la SIDE, Sergio Seiffert. El titular de la UCR quiere tener resuelto el trámite legislativo para esa fecha.
El apuro del economista sorprendió a los referentes de Unión por la Patria, que están temerosos de no tener una mayoría para voltear el DNU. Cuentan a 32 propios (hay una ausencia por temas de salud) y necesitan cinco voluntades más. Lousteau dice que su puede proveerlas en su bloque y cuenta además a Guadalupe Tagliaferri, cercana a Horacio Rodríguez Larreta.
El PRO votó en contra en Diputados, pero en la cámara alta juega a dilatar. UP no le tiene confianza y no está en sus planes abrir un canal de diálogo. Un voto seguro por el rechazo es el de Francisco Paoltroni, eyectado del bloque libertario por pelearse con Santiago Caputo.
Como explicó Letra P, Villarruel está molesta por ser la cara de la derrota cada semana y quería celebrar la aprobación de la BUP sin malas noticias. De ocurrir un consenso para que el proyecto vuelva con cambios a Diputados para su sanción definitiva, permitiría cambiar el sistema electoral por primera vez en dos siglos, para que se vote con una boleta única con todas las categorías.
El jefe de Gabinete Guillermo Francos también está apurado para que se sancione la BUP, porque deberá hacer licitaciones para imprimir las boletas en 2025. De hecho, en las últimas modificaciones propuestas, que deben aprobarse en el recinto, se modificaron los plazos de las elecciones primarias, que serían una semana antes con listas presentadas 60 días previos a los comicios.
Presupuesto universitario, en espera
La demora en sesionar demora también la sanción del proyecto para aumentar el presupuesto universitario e indexar los gastos futuros a la inflación. Fue dictaminado este mismo martes, con acuerdo entre Unión por la Patria y la UCR, la misma alianza que impulsó su aprobación en la cámara baja.
La iniciativa le encomienda al Gobierno aumentar los gastos de funcionamiento de las universidades en forma bimestral por el Índice de Precios al consumidor (IPC). Milei había anunciado este año una suba del 270%, pero no hay promesas a futuro.
También se obliga al Gobierno a recomponer los salarios docentes y no docentes del sistema universitario nacional a partir del 1 de diciembre de 2023 y hasta el mes de sanción, considerando "la variación acumulada de la inflación".
Durante el debate en comisión, el oficialismo quedó sólo en el rechazo. "Hubo una inflación acumulada desde noviembre del 135% y la recomposición salarial fue de apenas el 57%. El poder adquisitivo bajó al 33%. El 80% de los docentes se encuentran debajo de la línea de la pobreza”, sostuvo Wado De Pedro, de Unión por la Patria.
Ezequiel Atauche, jefe de La Libertad Avanza, fue la única voz disonante. "La Oficina de Presupuesto del Congreso señala que este proyecto tiene $800 mil millones de costo fiscal. Pero el Ministerio de Capital Humano informó que ronda los $1.100 millones. Entendemos que hay cuidar el déficit cero porque es la forma en la que vamos a disminuir la inflación”, se molestó.