Victoria Villarruel se niega a poner la cara en otra derrota. Por eso aún no citó a sesión para el jueves pese al pedido del Gobierno a habilitar el debate por la boleta única. La vicepresidenta quiere evitar que ese día se derogue el DNU que aumentó en 100 mil millones de pesos los fondos reservados de la SIDE.
La sesión del jueves fue acordada, de modo informal, el viernes pasado por las autoridades de las diferentes bancadas, pero la vicepresidenta arribó este lunes a su despacho sin la decisión de abrir el recinto.
“Desde el viernes, los bloques dialoguistas empezaron a pedir tratar BUP (boleta única de papel) para salvarse de las culpas de haber sancionado la reforma previsional. Pero si no convocamos a la sesión por decreto, nos van a pedir tratar el DNU de la SIDE”, advierten a Letra P desde la oficina principal del Senado.
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Luis Juez, jefe del bloque PRO en el Senado.
Las sesiones por decreto fueron una costumbre durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner y Villarruel las evita para diferenciarse. La vice tiene otras mañas, como congelar los pedidos de sesiones especiales. Si no hay sesión este jueves, pronto le llegará una por el DNU de la SiIDE.
Fuentes villarruelistas aclaran que, por ahora, la sesión del jueves no está garantizada y ni siquiera está citada una reunión de labor parlamentaria, una cita habitual de cada martes previo a abrir el recinto para definir el temario.
Victoria Villarruel, a la defensiva
Este martes a las 17.30 Villarruel participará de un acto en el Senado por el Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo.
La actividad le servirá para diferenciarse de la visita de diputados libertarios a la cárcel de Ezeiza para entrevistarse con represores. Esa sería su idea: marcar los distintos niveles de terrorismo, sin exculpar a los genocidas.
Durante el día, Villarruel definirá si habilita la sesión del jueves. “Por ahora, nuestra idea es no arriesgarnos a que nos metan goles y la responsable sea ella”, insisten en su entorno.
La última alternativa para evitar una derrota que tiene Milei es abrir una negociación con los dialoguistas o derogar el DNU de los fondos reservados, para evitar que lo haga el Congreso. Está última alternativa es la habitación de los Presidentes cuando un decreto es amenazado por una mayoría parlamentario. Alcanza con una firma.
Si se repite la relación de fuerzas que hubo en Diputados, en el Senado habría una mayoría holgada para que sea derogar el DNU de los fondos reservados definitivamente.
Pasa alcanzar el cuórum basta con los 33 de Unión por la Patria, los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco -aunque podrían agregarse más- y los dos votos que controla el gobernador de Chubut, Ignacio Torres: los de Andrea Cristina y Edith Terenzi.
Además se sumará Guadalupe Tagliaferri, del PRO, cercana a Horacio Rodríguez Larreta. Y podrían votar en contra del DNU los otros cinco de esa bancada, si se reedita la libertad de acción que hubo en la cámara baja.
Boleta única
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sigue de cerca la negociación en el Senado porque definirá la suerte del proyecto de boleta única, que esperaba sancionar en enero.
Se trata de una iniciativa que permite desplegar la oferta electoral en una sola papeleta, aprobada en 2022 en Diputados y dictaminada los primeros días del año en el Senado.
Nunca llegó al recinto de la cámara alta porque los partidos provinciales piden un cambio: borrar la chance de votar lista completa. Sin esa corrección, los bloques de Río Negro y Misiones prefieren el modelo de Santa Fe, con boletas únicas por categoría a votar.
En las últimas semanas Francos habilitó una negociación para llegar a un consenso en el recinto y poder devolver el proyecto a Diputados. No hay mucho tiempo: el jefe de Gabinete detectó que hacer las licitaciones lleva tiempo y necesita la ley rápido. Tal vez deba esperar un tiempo más.