Alfredo Cornejo se suma formalmente a la mesa de conducción del Comité Nacional de la UCR.
Después de haber quedado relegado en el plenario de delegados de la UCR, el sector de Alfredo Cornejo se incorporará formalmente a la mesa directiva del Comité Nacional que preside Leonel Chiarella. El gesto de la nueva conducción de incorporar a todos los gobernadores radicales que participaron de las elecciones en alianza con La Libertad Avanza busca contener a la mayor parte posible de expresiones internas y, sobre todo, no cerrar ninguna puerta.
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A la espera del nombre que ocupará la silla (que incluso podría ser más de una), en el radicalismo festejan un cierre de año con la esperanza de dar forma a un armado de unidad buscada a lo largo de todo el proceso que sirvió de prólogo para el desembarco del intendente de la ciudad santafesina de Venado Tuerto en la presidencia.
Los mandatarios que cerraron electoralmente conJavier Milei habían quedado excluidos de la estructura que tuvo a Gustavo Valdés, Maximiliano Pullaro y a Gerardo Morales como los artífices principales de un armado que marcaba con mayor énfasis las distancias con el universo libertario.
Los brazos abiertos de la UCR
Según pudo saber Letra P, la idea de sumar a los díscolos estuvo presente desde el primer momento del armado de la nueva conducción, que sucedió a la presidencia de Martín Lousteau. El sector del gobernador Leandro Zdero (Chaco) tenía una silla, si bien en su provincia había sellado un acuerdo con La Libertad Avanza, pero no el de Cornejo.
A comienzos de esta semana, Chiarella terminó de afinar los detalles con los mandatarios y con sus pares del Foro de Intendentes Radicales. De esta manera, el mendocino también estará representado en la conducción partidaria, dejando atrás los resquemores que se habían hecho evidentes el 12 de diciembre, cuando el plenario se reunió en la sede de la porteña calle Alsina.
UCR plenario
Gustavo Valdés, Maximiliano Pullaro y a Gerardo Morales, artífices principales del armado que prefiere marcar las distancias con el universo libertario.
Ese día, Cornejo pasó por el Comité en horas del mediodía, pero se ausentó del plenario. La mesa directiva se completó entonces con la expresidenta de la FUA, Piera Fernández como secretaria general; la riojana Inés Brizuela y Doria como vicepresidenta primera; el cordobés Javier Bee Sellares como vicepresidente segundo; y la jujeña María Inés Zigarán como vicepresidenta tercera.
Ocupando las secretarias que completan la mesa directiva también están Daniel Kroneberger (La Pampa), Gabriela Valenzuela (Corrientes), Marcos Ressico (Chaco), Danya Tavela (Buenos Aires), Ramón Mestre (Córdoba), Agustina Madariaga (Río Negro) y Daniel Angelici (Ciudad de Buenos Aires).
La relación con Javier Milei
Como a la mayoría de las fuerzas tradicionales, la irrupción de La Libertad Avanza en la sinfonía política nacional descolocó al radicalismo que ya venía cascoteado tras la experiencia de Juntos por el Cambio. Milei se convirtió en el centro de la discusión política nacional y la UCR quedó entrapada en medio de una grieta aggiornada a los nuevos tiempos y que puso al peronismo y al mileísmo en los nuevos extremos.
La falta de acuerdos internos terminó en una balcanización del radicalismo que no sólo se expresó a partir de los posicionamientos que hizo estallar los bloques en el Congreso y las legislaturas provinciales, sino que también se puso de manifiesto en una estrategia electoral que tomó caminos diferentes en cada territorio que gobierna.
Mientras que las patas de la UCR de Chaco, Mendoza y Entre Ríos militaron por un acuerdo con LLA, el resto se dividió entre expresiones puras y armados transversales que sumaron a la experiencia Provincias Unidas, entre ellas las que comandan los gobernadores radicales de Santa Fe, Corrientes y Jujuy.
Alfredo Cornejo y el desafío de la unidad
Pese a que Chiarella se comprometió a trabajar “con mucha madurez política y mucho diálogo” para tomar decisiones que “sean del mayor consenso posible”, la estrategia variopinta se continuó con la conformación de los bloques en el Congreso, donde el radicalismo quedó con seis bancas que funcionarán dentro del interbloque que el partido centenario comparte con el PRO, el MID y algunas fuerzas provinciales. En el Senado, el posicionamiento es más homogéneo y la UCR junta diez bancas.
El desafío de Chairella es unificar esa dispersión para que el radicalismo pueda llegar a 2027 con el poder suficiente como para volver a pelear su rol en la discusión electoral. El desembarco formal de Cornejo a la mesa de conducción representa un primer paso en esa dirección.