Unidos para Cambiar Santa Fe logró el gesto que tanto esperaba de Omar Perotti y que plasma el acuerdo cerrado para aprobar la ley declaratoria de la necesidad de la reforma constitucional. Sin embargo, alguien tuvo que ceder: Maximiliano Pullaro deberá llamar a extraordinarias, aún sin tener en claro si tendrá un pedido de la Legislatura que lo valide.
El gesto de Omar Perotti
A media tarde, cuando ya los operadores de Unidos se resignaban a que la negociación se estiraría más allá del período ordinario de sesiones, el perottismo ingresó su proyecto de ley de reforma constitucional. Se trata del primer gesto público de parte de la tropa del exgobernador que revela su voluntad reformista y evidencia las negociaciones que viene desarrollando con la Casa Gris. Un rato después, acompañó el pedido del oficialismo para darle preferencia.
La propuesta que presentó el perottismo lleva la firma de Celia Arena y Marcos Corach. Tiene una cláusula particular: en su tercer artículo, prohíbe expresamente que la Convención considere “como primer mandato a aquellos cargos que de acuerdo a la Constitución vigente no tienen reelección”. En Santa Fe, solo el gobernador y la vicegobernadora tienen esa limitación. Sin embargo, el artículo fue leído como un peón edificado con el objetivo de ser entregado en la negociación.
El proyecto del perottismo también contempla que las elecciones a convencionales sean sin PASO y que se hagan el mismo día que las elecciones generales. Establece, de paso, que los 69 convencionales se distribuyan por “sistema proporcional puro”, en contraposición a la idea que prevalece en Unidos de que sean 50 por d'hont y luego uno por cada uno de los 19 departamentos.
Rosca frenética en Santa Fe
El gesto del perottismo fue el corolario de un jueves de rosca frenética. Desde temprano se supo que la posibilidad de que la ley de reforma sea aprobada antes del fin de semana estaba casi descartada. Las negociaciones se habían estirado demasiado y las reuniones formales que habían mantenido las cúpulas de los partidos de Unidos con sus pares justicialistas no habían sido lo suficientemente conducentes.
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Omar Perotti y Maximiliano Pullaro, un buen vinculo que parece desembocar en reforma constitucional.
Durante la mañana, ganó cuerpo la posibilidad de que se apruebe sólo en el Senado, donde Unidos puede alcanzar los dos tercios sin ayuda de la oposición, pero la opción fue rápidamente desactivada por el peronismo en base a dos razones. Una tenía fundamentos políticos: si el oficialismo forzaba un tratamiento en la cámara alta, expondría a los senadores peronistas a votar en contra, lo que hubiese obturado la posibilidad de que el justicialismo en su conjunto acompañe un pedido al gobernador para que habilite las extraordinarias.
En el perottismo sumaban, además, una razón práctica: que el Senado sería cámara de origen, por lo que si, ya en extraordinarias, Unidos permitía cambios para lograr la aprobación en Diputados, luego podría insistir con la redacción original con los dos tercios propios de la cámara alta. Hubiese sido un elemento que sume a la desconfianza propia de este tipo de negociaciones. La tropa del rafaelino terminó por desactivar las especulaciones cuando, pasado el mediodía, avisó que tenía voluntad reformista, pero que querían que se trate en extraordinarias.
La negociación de Unidos para Cambiar Santa Fe con el resto del peronismo
Así las cosas, el gobernador tuvo que ceder en su negativa a llamar a extraordinarias. Era una exigencia que se repetía tanto en la oposición como puertas adentro de Unidos: que tanto la Legislatura como la Casa Gris compartan el hipotético costo político que puede significar mostrarse interesado en una reforma que puede leerse “de la política para la política”. El socialismo, socio mayoritario del oficialismo, repetía esa exigencia sottovoce hace ya varias semanas.
Con el diario del lunes, hay una relectura de lo sucedido en la última reunión de Unidos. Allí, los partidos de toda la coalición arrinconaron al socialismo para que desista de su exigencia. “¿Cuánto más quieren charlar? Si hace un año que hablamos”, fue la frase que le espetaron. Rodeados, los socialistas decidieron abdicar. Ahora, más de uno que asistió a esa reunión piensa que, en realidad, lo hicieron porque sabían que los tiempos ya no daban para que la ley fuera tratada durante esa misma semana.
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La foto del encuentro de Unidos para Cambiar Santa Fe en Rosario.
Si bien fue por una exigencia de la oposición y no de sus socios internos, Pullaro finalmente cedió. Solo pretende, según publicó Letra P, que exista un pedido suscripto no solo por Unidos para Cambiar Santa Fe. Allí se abre otra incógnita: ¿el resto del peronismo seguirá los pasos de Perotti? El bloque de senadores, que controlan institucionalmente el PJ de la mano de Guillermo Cornaglia, mandó a decir: “No podemos estar a favor o en contra de algo que no conocemos”. Cornaglia participó de una reunión con los referentes partidarios de Unidos el último miércoles, pero no quedó conforme.
En la conducción institucional del PJ dicen que, antes de suscribir un pedido al gobernador, necesitan un nuevo encuentro con todas las tribus que valide la movida. “Si no, el mandato sigue siendo el de la reunión del lunes pasado”. ¿Cuánto puede tardar el peronismo en convocar a una nueva reunión? “Diez minutos, si la mesa de acción política lo solicita, pero eso no pasó y no parece que vaya a pasar esta semana”. Para destrabar ese proceso, en Unidos dicen que ahora hay tiempo para contener pedidos que se traduzcan en un mayor apoyo a la iniciativa.