LADO A

Nombre en clave: Carolina Serrano

¿Qué hizo Patricia Bullrich en los setenta? Con sus denuncias, Milei reactivó la discusión. Mitos y verdades. Juventud militante y relación con Montoneros.

"Cali" tenía un solo objetivo: recorrer la zona antes de que se realizara el operativo. Vestía su uniforme de colegio privado, para no despertar sospechas. Estaba con cuatro compañeros y ninguno de ellos saldría de allí con vida. Vio venir un auto: 46 años más tarde, en 2022, relataría en una entrevista en Caja Negra que el vehículo era de la ESMA y que salió corriendo. "Me subí a un colectivo no sé cómo, tiré el tapado que tenía y zafé", rememoró Patricia Bullrich.

Esta semana, la candidata presidencial de Juntos por el Cambio denunció en la Justicia por calumnias e injurias al postulante de La Libertad Avanza, Javier Milei, quien la llamó “montonera tirabombas” y aseguró que durante los setenta puso explosivos en jardines de infantes. En pleno fuego cruzado, Bullrich redobló la apuesta y se comprometió a que si llega a la Casa Rosada indemnizará a las víctimas militares y civiles de la violencia armada de las organizaciones revolucionarias peronistas y de izquierda que operaron en esos años.

Si bien no existe registro en la historia argentina de un atentado contra un jardín de infantes, ni de Montoneros ni de otra ninguna otra organización, fuentes del entorno de Milei aseguraron a Letra P que el libertario “sostiene sus dichos”, aunque esquivaron informar qué pruebas tendría para acreditar las acusaciones.

Bullrich contó muchas veces que militó en la Juventud Peronista, pero niega haber integrado una organización guerrillera. La cercanía que tuvo con su cuñado Rodolfo Galimberti, uno de los líderes de Montoneros, jefe de la Columna Norte de La Orga, alimenta la versión de una militancia más comprometida de lo que admite. Incluso existen testimonios sobre su participación secundaria en al menos dos operativos clandestinos bajo el seudónimo de Carolina Serrano, alias “Cali”.

Galimberti fue pareja de Julieta Bullrich Luro Pueyrredón, hermana de Patricia. La exministra era una adolescente que cursaba tercer año de la secundaria en el colegio Bayard cuando empezó a militar en la unidad básica “Liliana Gelin”, en el Abasto. En esa época, según reconstruyeron los periodistas Marcelo Larraquy y Roberto Caballero en el libro Galimberti. De Perón a Susana, de Montoneros a la CIA, la casa de las hermanas se convirtió en un punto habitual de reuniones políticas por las que desfilaron personalidades importantes de Montoneros como su fundador, Fernando Abal Medina, Mario Firmenich y Roberto Perdía.

El primer esposo de Patricia, Marcelo “Pancho” Langieri, padre de su único hijo, también fue miembro de la organización y secretario de Galimberti. Atravesaron juntos un primer exilio en Brasil, mientras que Bullrich iría luego a México y España. En mayo de 1979, Bullrich y su pareja habían vuelto a la Argentina a vivir en la clandestinidad y Galimberti presentó, desde su exilio en París, lo que llamó la Mesa Promotora del Peronismo Montonero Auténtico (PMA): tenía la ambición de crear una especie de corriente interna dentro del peronismo. Según reconstruyeron Larraquy y Caballero, entre los integrantes de ese espacio hubo dos nombres que firmaron a distancia, Carlos Moreno y Carolina Serrano, los seudónimos de Bullrich y Langieri.

Patricia Bullrich afiches.jpg

La hermana de Bullrich jamás volvió del exilio: murió en un accidente de tránsito ocurrido en París en 1983, a bordo de un auto que manejaba Galimberti. Para Patricia fue un golpe muy duro que coincidió con el momento en que asomaba como una cara conocida de la política local.

Los operativos de “Cali”

El periodista Ricardo Ragendorfer, autor del libro Patricia, de la lucha armada a la seguridad, detalló a Letra P los operativos de Montoneros en los que pudo confirmar que Bullrich tuvo algún tipo de participación. También aclaró que, si bien la militancia de Bullrich fue en la Juventud Peronista y no en Montoneros, lo que sucedió fue que a partir de 1974, con el pase a la clandestinidad de la organización guerrillera, arrancó un régimen que se llamó de “doble encuadramiento”: consistió en que los militantes de las distintas agrupaciones empezaron a cumplir funciones según su capacidad en los operativos de lucha armada. Bullrich era joven y en la mayoría de ellos no tuvo un rol significativo. Incluso recibía burlas de sus compañeros, que le decían que su grado militar era el de “cuñada primera” por ser pariente de Galimberti.

El primer hecho con el que se la vincula fue el secuestro de los empresarios hermanos Juan y Jorge Born, cometido en septiembre de 1974. La participación de Patricia consistió en hacer trabajos de inteligencia previa, como monitorear el tránsito de la Avenida Libertador. Su participación fue tan modesta que podría no haber estado al tanto de lo que iba a suceder. Ragendorfer cuenta una anécdota sugestiva: en ese operativo fueron asesinados el chofer de los Born y su acompañante, un ejecutivo de Molinos Río de La Plata, Alberto Bosch, quien resultó ser un pariente de Bullrich. “Mataron al tío Alberto”, se la escuchó gritar cuando conoció el desenlace.

Mirtha Legrand le preguntó a Patricia Bullrich si había sido montonera

El segundo fue un intento de secuestro o asesinato -nunca quedó claro el objetivo final- de un empresario estadounidense de la empresa Sudamtex, perpetrado el 14 de septiembre de 1976. Ese día, Patricia hizo una recorrida por el lugar antes la hora establecida, desarmada y vestida con el uniforme del colegio. Advirtió movimientos extraños y se dio cuenta de que estaba en una emboscada: un auto empezó a perseguirla, ella corrió y logró escapar. Instantes más tarde escuchó los disparos contra sus compañeros. El “Gordo” Miguel Lizaso, el “Gringo” Christian Caretti, Jorge Eduardo Gonzales “Ramon” y Sergio Gass “Gabriel” fueron asesinados.

El tercer hecho es en el que Ragendorfer le adjudica mayor participación a Bullrich. Fue el 23 de enero de 1977, cuando pusieron una bomba en el jardín del intendente de facto de San Isidro, José María “Pepe” Noguer. De ese atentado habrían participado el propio Galimberti, “Cali” y Jorge Rubino, alias “Yuyo“.

Patricia Bullrich juventud.jpg

¿Cambió Patricia?

Hace dos meses aparecieron afiches en la Ciudad de Buenos Aires con la consigna “Carolina Serrano Presidenta”, un link al pasado montonero de Bullrich. El entorno de la exministra denunció una campaña sucia que adjudicó a la feroz interna de Juntos por el Cambio. Para Bullrich, su pasado ligado a la militancia peronista de izquierda resulta un peso, una incomodidad que se hace evidente cada vez que le preguntan por el tema.

Un dirigente peronista que recuperó la libertad en 1984 contó a Letra P que conoció a Bullrich a fines de ese año, cuando ella lo acompañó a la cárcel de Devoto a visitar a algunos de sus compañeros de militancia que todavía estaban presos. “Se había vuelto la referente de una juventud disruptiva, era una voz disonante en la política. Ella y Pablo Unamuno buscaban instalarse como los dirigentes juveniles que enfrentaban al alfonsinismo”, señaló e identificó ese momento como el inicio de la construcción del proyecto político personal de Patricia, que empezó a tomar distancia del sector ideológico con el que empezó a militar.

Ragendorfer opina que el mayor anhelo de Bullrich siempre fue “la acumulación de poder” y que eso se mantuvo vigente en todas las etapas que atravesó. “Bullrich siempre estuvo al lado del ganador de turno. Pasó de Galimberti a (Antonio) Cafiero, (Carlos) Menem, (Fernando) de la Rúa y, al final, Mauricio Macri. Incluso cuando asumió Néstor Kirchner ella se ofreció a sumarse, pero nadie le contestó”, contó Ragendorfer y describió su travesía particular en torno a todo el arco político, que no consistió en un salto abrupto de la izquierda a la derecha sino en una “sustitución escalonada de lealtades”, porque “tiene olfato para detectar los lugares donde se puede acumular poder, el don del oportunismo”.

Una anécdota la describe. Durante su exilio en México, a diferencia del grueso de los compañeros con los que compartía sus días, Galimberti vivía en una semiclandestinidad, escondido y sin levantar la cabeza. Durante esos años, los exiliados organizaban peñas y reuniones en la sede del Comité de Solidaridad con el Pueblo Argentino (COSPA). Un día, Rodolfo Puiggrós encaró a Galimberti y le preguntó: “¿Conocés a una chica de rulitos que anda por todos lados diciendo que es cuñada tuya?”. Se refería a Bullrich y a un modo de posicionarse que perfeccionó con los años.

es todo o es nada: bullrich ira a fondo en el segundo debate presidencial
milei vs. bullrich: una grieta a la derecha y una candidata sin brujula

También te puede interesar