Desplegó una estrategia similar al libertario. Bendiciones y medidas en favor de esa comunidad. Puja con la oposición por 1,5 millón de votos cristianos.
Nicolás Maduro recibe la bendición de pastores evangélicos
Captura de redes Nicolás Maduro y la oposición se disputan el voto evangélico
Captura de redesDesde otro extremo del espectro político, Nicolás Maduro apela a la estrategia del acercamiento al vector religioso del evangelismo tal como hizo Javier Milei en su camino a la Casa Rosada. El bolivariano lo hace con el objetivo de captar el voto de esa grey cristiana para alimentar su sueño de conseguir su tercer mandato presidencial consecutivo en Venezuela.
Ante la posibilidad de una derrota en las urnas el próximo domingo, el mandatario bolivariano se apegó al modelo de “alianza religiosa” que, por derecha, instrumentaron tanto el economista argentino como Jair Bolsonaro para llegar al Palacio de Planalto de Brasil.
"He encontrado a Dios en mi camino, lo he visto", aseguró Maduro durante un acto cristiano de arrepentimiento realizado en el palacio presidencial de Miraflores, donde recibió la bendición de un grupo de personas referentes de la fe evangélica.
"Como presidente de la República bolivariana de Venezuela, voluntariamente entrego mi Nación a Cristo", expresó Maduro llevando una estola alrededor del cuello con la leyenda Jueces 9,8-15, una parábola sobre el riesgo de un poder absoluto.
Inmediatamente, el pastor José Manuel Izaga se acercó a Maduro para impartirle la bendición diciendo: “Es un regocijo, 45 años esperando esto”. “Venezuela se sanó. Es un día histórico. Estamos sellando una nueva historia para esta nación”, aseguró el predicador presentado como el “anciano apóstol”.
Ni el fallecido Hugo Chávez, que fue el primero de sus pares en la región en valorar al evangelismo como fuerza de tracción política en medio de su pelea con la Iglesia, fue tan lejos como Maduro. En los últimos años de su gestión, el presidente venezolano instrumentó medidas para favorecer a ese culto cristiano en un país donde, sin estadísticas oficiales, la mayoría de la población confiesa profesar el catolicismo.
Maduro celebró en enero pasado el primer año del lanzamiento del plan “Mi Iglesia bien equipada”, destinado a realizar reparaciones y mejoras a los templos cristianos. La medida fue implementada a través del Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo.
“Hace un año activamos el plan ‘Mi Iglesia Bien Equipada’ como un apoyo a la labor admirable de los hombres y mujeres de fe por la sanación espiritual y solidaridad a favor de los más necesitados. La Iglesia siempre contará conmigo”, escribió el mandatario bolivariano en su cuenta de Twitter.
Más recientemente, en marzo, la administración chavista presentó el bono “El buen pastor”, que consiste en el aporte de unos 12 dólares mensuales a 20.000 pastores de organizaciones cristianas evangélicas.
Maduro no adhirió a la idea de incorporar a referentes del evangelismo en sus listas como hizo Milei durante su campaña para posicionar su candidatura presidencial, sino que prefirió la instrumentación de medidas concretas y los gestos públicos de apoyo espiritual, místico y político.
Tal como contó Letra P, Milei optó por incorporar en las boletas de La Libertad Avanza a personas del espectro evangélico, que luego se sentaron en bancas del Congreso; y hasta llegó a tener a una “profeta” evangélica libertaria compitiendo por la gobernación de Tierra del Fuego.
Maduro se disputa el voto evangélico con la oposición venezolana encarnada en el diplomático Edmundo González Urrutia, a raíz de que María Corina Machado fue inhabilitada para participar de la contienda electoral.
Mientras que organizaciones privadas estiman que la comunidad evangélica podría aportar 1,5 millones de votos, de un padrón total de 17 millones de personas habilitadas a sufragar; una encuesta reciente de la consultora ORC cotejó que el 34% de los sufragios del evangelismo van para Maduro y el 20% para González Urrutia.
El costado religioso de las elecciones venezolanas se completa con la presencia de Javier Bertucci, pastor evangélico y representante del movimiento El Evangelio Cambia, que busca por segunda vez llegar a la Presidencia, pero con chances escasas de terciar en la pelea de fondo entre Maduro y González Urrutia.
Los obispos católicos venezolanos habitualmente volcados contra el régimen chavista, mutaron a una posición menos extrema. Durante la campaña electoral difundieron pronunciamientos con llamamientos al diálogo, a la participación ciudadana en los comicios y a la paz social más allá de quien gane en las elecciones presidenciales del domingo.
En su última exhortación pastoral, la Conferencia Episcopal Venezolana le pidió al Consejo Nacional Electoral que garantice “la transparencia y la confiabilidad de los resultados” y advirtió que “no pueden quedar dudas del proceso y de los resultados en bien de la paz y serenidad del pueblo venezolano”.
El episcopado venezolano también que le recomendó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que respete y haga respetar "la voluntad popular expresada en el voto”.
El nuevo posicionamiento episcopal ante las autoridades políticas se da en el marco de un recambio generacional en la Iglesia en Venezuela.
Un hecho clave se dio a fines de junio, cuando el papa Francisco aceptó la renuncia por edad del cardenal Baltazar Porras como arzobispo de Caracas y nombró en su lugar a Raúl Biord Castillo, un obispo salesiano al que muchos consideran cercano al líder bolivariano.