Mientras el diputado Facundo Manes todavía coquetea con su candidatura presidencial, en la Unión Cívica Radical (UCR) miran hacia abajo y siguen con firmeza con su decisión de apostar por victorias en municipios y gobernaciones, más que preocuparse aún por la carrera por el sillón de Rivadavia.
“He visto el sistema desde adentro y comprobé que está podrido”, reprochó el neurocirujano en el diario La Nación, luego de festejar la victoria radical frente al PRO en La Pampa. Si bien la frase parece remitir a la que se le adjudica al peronista Carlos Reutemann ("Ví algo que no me gustó") para no aceptar una candidatura presidencial, cerca de Manes mantienen a flote sus aspiraciones.
En la misma entrevista, el médico apuntó contra "una elite política profesional" y "un aparato que me quieren aislar". A diferencia de otros contrincantes, se tomó el principio del año sin apurar su campaña. Pero afirma estar en carrera. Sin embargo, el envión de las legislativas 2019 se fue diluyendo y, en el último tiempo, de candidato indiscutido fue perdiendo la centralidad, bajo la sombra de Gerardo Morales, que como presidente de la UCR se asentó en su rol de articulador en la mesa de JxC.
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Manes no está solo como presidenciable de la UCR: también está anotado el mandatario provincial de Jujuy que ya avisó que hará un acto de lanzamiento oficial en marzo. “Hay que encontrar el timming oportuno”, se toman su tiempo cerca del neurocientífico para una presentación formal de la candidatura, pero sería más pronto que tarde.
Enemigo declarado de la grieta, Manes viene manteniendo contactos que encienden las alarmas de sus pares en JxC, como el juego de seducción que mantiene con el gobernador cordobés Juan Schiaretti. "Toda la gente que quiera incorporarse a la coalición opositora es bienvenida, si son honestas y quieren un país moderno. Tenemos que ampliar la coalición, sería bárbaro que vinieran, hay que construir una gran coalición opositora al kirchnerismo", invitó hace un mes tanto al mandatario mediterráneo como al exgobernador salteño Juan Manuel Urtubey.
Hay una idea que hermana a Morales y a Manes: que la UCR necesita una boleta presidencial con un piso de 10 puntos en la elección. “No podemos militar un candidato que consiga menos de eso, sobre todo pensando en la reconstrucción del partido después del 2001”, le dijo a Letra P una alta fuente del centenario espacio.
Desde la renuncia del expresidente Fernando De la Rúa en la crisis del 2001, la UCR tardó más de 20 años en volver a desplegar su poder territorial con candidatos propios, frente al avance del PRO en el mapa opositor. Por eso en 2023 podrá toda la carne al asador, con sus principales figuras que competirán por gobernador sus distritos. Son los casos de Martín Lousteau en CABA, Alfredo Cornejo en Mendoza, Luis Naidenoff en Formosa y Rodrigo De Loredo, con chances de ganar la gobernación en la provincia de Córdoba. Además, jugando al misterio, la senadora Carolina Losada mantiene en vilo a casi todo Juntos por el Cambio (JxC) en Santa Fe.
La apuesta de la renovación, por ende, está centrada en construir desde abajo hacia arriba mientras se consolida el liderazgo nacional. Una diferencia en JxC comparado con el extinto Cambiemos, en la relación UCR y PRO, remarcan fuentes boinablancas, es la solidez interna que muestran ya en el año electoral. Las diferencias en el centenario partido que existen, y en varios casos son evidentes, quedaron de lado al menos por ahora. En una copia del rival político histórico del radicalismo, el peronismo, el pragmatismo radical ganó terreno para asegurar victorias en los comicios.
La UCR vive una revitalización gracias al efecto La Pampa, donde el diputado Martín Berhongaray se impuso sobre su colega Martín Maquieyra, del PRO. En el partido dejó la sensación de que el aparato y la forma tradicional de trabajar el territorio pesa más que cualquier apoyo o empuje que puedan hacer figuras nacionales. La UCR vive una revitalización gracias al efecto La Pampa, donde el diputado Martín Berhongaray se impuso sobre su colega Martín Maquieyra, del PRO. En el partido dejó la sensación de que el aparato y la forma tradicional de trabajar el territorio pesa más que cualquier apoyo o empuje que puedan hacer figuras nacionales.
La situación en Córdoba sirve como ejemplo. De Loredo ya dijo públicamente que desistirá del armado de una interna para dirimir la candidatura a gobernador con el senador Luis Juez. “Él no quiere las elecciones, tiene sus razones, así que lo más probable es que lo defínanos con una encuesta”, manifestó el diputado.
Juez, según pudo saber este medio, tiene serias dudas sobre dirimir la candidatura en una primaria ante las sospechas que el actual gobernador, Juan Schiaretti, podría inferir en el resultado final. “Es capaz de mandar 100.000 personas a votar por cualquiera que sea mi rival”, acusa el senador en privado.
Lejos de buscar tensionar, como sucedió dentro de la UCR en esa provincia en los comicios del 2021 y del 2019, las figuras radicales buscaron el consenso, a punto tal de que Juez manifestó que en breve se conocerá una solución. “Vamos a ponernos de acuerdo para competir”, sostuvo en declaraciones al canal A24.