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Lule Menem y Romina Diez activan un juego de pinzas para dejar a Amalia Granata sin partido

Buscan seducir a José Bonacci, el mercader de los sellos electorales. Los detalles de la oferta, la conversación con Milei y la contrapropuesta de la mediática.

La conversación con Javier Milei

Todo comenzó, según relató una fuente al tanto de las negociaciones, con un llamado entre Javier Milei y el propio Bonacci. El santafesino siempre tuvo vínculo directo con el Presidente que le permitía prescindir de Karina Milei. Titular de una amplia gama de sellos electorales, Bonacci estuvo ahí cuando el León necesitó un partido de urgencia para competir. A cambio, además del vínculo, se aseguró un escaño en la Cámara de Diputados, el que hoy ocupa su hija Rocío Bonacci.

Sin embargo, cuando la Hermanísima se abocó al capítulo santafesino de la construcción de La Libertad Avanza le hizo sentir a Bonacci que desconfiaba de él. Lo apartó de todas las negociaciones y empoderó a Diez. A un lado, el mercader de los sellos se concentró en su otra apuesta, Amalia Granata, a la que también le había aportado el instrumento electoral y se había quedado con dos bancas de su bloque, las de Beatriz Brouwer y Omar Paredes.

Bonacci nunca dejó de intentar que ambos espacios, el de Granata y el de Diez, se fusionen. Incluso lo manifestó en sus conversaciones con Milei, pero nunca tuvo éxito hasta esta semana. Según una garganta al tanto de la rosca, el mercader santafesino logró la atención del Presidente, que lo escuchó y ordenó a su tropa retomar el contacto. A esa conversación le siguió una con Diez -tras más de un año de estar bloqueados mutuamente en WhatsApp- y otra con Lule Menem, en donde se pasó directamente a los bifes.

Una condición innegociable

No hay aún un acuerdo cerrado, pero Bonacci tiene aspiraciones. Pretende ser candidato a concejal de Rosario, volver al cargo que ocupó entre 2001 y 2005. Quiere también un lugar expectante para Brouwer en la lista de candidatos a convencionales de La Libertad Avanza que encabezará Nicolás Mayoraz. La Casa Rosada le hizo una oferta: le garantizó participación en la interna rosarina y un lugar en la Constituyente, pero no le aseguró ni que pueda encabezar una lista ni que el lugar de Brouwer sea expectante.

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José Bonacci.

José Bonacci.

A diez días del cierre de listas, todo parece por negociarse. Sin embargo, Menem -encargado de las negociaciones- le manifestó a Bonacci que una condición puesta por la Casa Rosada es innegociable: su catálogo de partidos políticos no puede estar a disposición ni de la estrategia de Granata ni de la de Maximiliano Pullaro. La Libertad Avanza no los necesita, tiene su propio sello, pero hasta ahora la mediática se ha postulado con Unite, uno de los sellos bonaccistas. Tampoco quieren que aparezca una muy oportuna colectora que beneficie a Unidos para Cambiar Santa Fe.

La contrapropuesta de Amalia Granata

Bonacci le dijo a su entorno que aún no tomó una decisión y que para él no es una situación fácil. Granata está al tanto de las negociaciones y se mostró desinteresada. Ella también le había garantizado un lugar en la interna de su espacio para el Concejo que ya integran Eugenio Malapontey Maximiliano Bagilet -en la que se mantendrá neutral- y hasta la candidatura a convencional por Rosario. Esa oferta aún está sobre la mesa y espera por la decisión de Bonacci.

Hay dos razones, una interna y otra externa, que condicionan el análisis. Por un lado, las encuestas no le estarían sonriendo a Granata como esperaban. En la Casa Gris, por ejemplo, aseguran que mide entre cinco y siete puntos. Entre los motivos asoma, lógicamente, el surgimiento de La Libertad Avanza que viene a disputar los votos libertarios con la marca original, pero también un fenómeno algo oculto: el voto cruzado Pullaro-Granata que se dio en 2023 y que en esta ocasión, al compartir categoría, no se podrá repetir. Ese votante, ante la disyuntiva, se inclinaría más por el gobernador.

La razón interna es el ruido que asoma en el vínculo entre Granata y Bonacci. El mercader electoral no discrepa con el coro de voces que le achacan a la diputada falta de conducción. Le reconoce intuición política, no la subestima, pero por ejemplo no estuvo de acuerdo con su ausencia en plena discusión por la reforma constitucional. En ese espacio también se quejan de “falta de mimo” con aquellos que se arriman al fogón, como un grupo de sindicalistas o varios intendentes peronistas, que tuvieron que trajinar para tener un contacto -si lo tuvieron- con Granata.

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El bloque de Amalia Granata. Eran siete, quedan cinco. ¿Se va una más?

El bloque de Amalia Granata. Eran siete, quedan cinco. ¿Se va una más?

Hay otra arista, una más, a tener en cuenta. La decisión de Bonacci tendrá un correlato en la Legislatura de Santa Fe. Si el mercader electoral decide aceptar el convite de la Casa Rosada, seguramente Brouwer se sume a la lista de los diputados que se van del bloque de Granata. La mediática empezó el año con siete escaños, pero ya perdió a Omar Paredes y Edgardo Porfiri, que decidieron enrolarse en las filas del gobierno provincial y apoyar la reforma constitucional.

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