“Nos va a ir muy bien, eh. Nosotros somos muy buenos la última semana, estén atentos”. En la entrada del club 17 de agosto, de Villa Pueyrredón, un colaborador estrecho de Jorge Macri desborda de optimismo. A pesar del empujón de Javier Milei a su vocero, Manuel Adorni, en el PRO aseguran que la boleta que encabeza Silvia Lospennato puede frenar el desembarco libertario en la Ciudad.
El clima de esperanza se contagia entre los asistentes que agitan banderas amarillas en el cierre. La jefa de campaña, María Eugenia Vidal, promete sorpresas de último momento. Mauricio Macri grita que el partido amarillo está de pie. Jorge Macri apela a la frase que inmortalizó El Eternauta y asegura: "Lo viejo funciona”. Llama a defender al PRO, un dispositivo que gobierna la Ciudad hace 18 años.
Lospennato deja toda su energía sobre el escenario montado en el centro del gimnasio. La diputada fue la encargada de poner la cara en el momento más difícil del macrismo. La campaña se le hizo cuesta abajo, frente a un gobierno nacional que puso a jugar todas sus fichas por Adorni. En la última semana, “cayó una ayuda del cielo”, dicen en el macrismo. El naufragio de la ley de Ficha limpia giró todos los focos hacia Lospennato, que apuntó directo contra la Casa Rosada. El traspié libertario alentó algo de la esperanza macrista perdida. En el PRO aseguran que empujó a Lospennato hacia arriba en las encuestas.
Mauricio Macri, a la caza de los traidores
Este jueves, antes cerca de 2.000 personas que llegaron desde diferentes comunas, Macri envió varios mensajes a la Casa Rosada. Mandó a los suyos a repetir, una y otra vez, que el domingo se juega una elección legislativa y que “no se elige presidente, ni jefe de Gobierno”. Dijo que el PRO “está unido y de pie”, intentó resaltar la mística propia y se esforzó por mostrar a los dirigentes que todavía lo acompañan después de dos décadas. “El PRO está acá, nadie lo pudo quebrar”, arengó Vidal.
No casualmente, los organizadores ubicaron en la primera fila a Cristian Ritondo, uno de los dirigentes que más dialoga con la Casa Rosada, a quien los libertarios ya casi consideran propio. El diputado fue uno de los más requeridos para los saludos y las fotos, casi como un reconocimiento a su presencia y fidelidad. Por el contrario, fue evidente la ausencia de Diego Santilli, otro de los interlocutores de LLA a quien el macrismo ya anota en la cuenta de Milei.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/ProCiudadBsAs/status/1923146878545182738&partner=&hide_thread=false
“Acá estamos los amarillos de verdad. No los truchos, no los falsos, los que traicionaron y se fueron”, cargó, desde temprano, Laura Alonso, portavoz porteña y candidata a legisladora. Su compañero de lista Hernán Lombardi apuntó contra “los que quieren destruir al PRO, de un lado y del otro”, mientras que Macri también apuntó contra los exiliados, sus excandidatos presidenciales Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. “Se dejaron corromper por el ego, pero ya no están. Fuera, mala energía, mala vibra”, dijo Macri.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/Letra_P/status/1923136947863638063&partner=&hide_thread=false
También ubicada en un lugar bien visible estaba Gabriela Michetti, exvicepresidenta que recibió una ovación y varios agradecimientos. Después de un largo tiempo fuera de la actividad política, se acercó al PRO y ofreció colaborar con la campaña. Ahora, se rumorea que podría llegar a ser candidata en algún cargo nacional en octubre.
Aunque llamó a defender de forma férrea su bastión, a Macri no le quedó más opción que mostrarle a su propio votante que también comparte los lineamientos principales del gobierno de Milei. “Vamos a seguir ayudando al ordenamiento económico del país”, dijo el expresidente, el más ovacionado de la tarde, que llamó a “vencer la apatía de ir a votar”. La explicación es simple: Macri tiene plena conciencia de que los electores del PRO apoyan el rumbo del gobierno de Milei en la Nación y quiere motivar a que los adultos mayores, que simpatizan más con el macrismo, salgan de su casa para ir a votar.
Por eso, después de marcar las coincidencias, salió a reforzar las diferencias. “El cambio que está en marcha en Argentina empezó acá en la Ciudad. Pero con ordenar la economía no alcanza. Hay que fortalecer las instituciones”, dijo. Su primo Jorge siguió la misma línea. “El equilibrio fiscal no llegó a la Argentina de la mano de Milei. Llegó de la mano de Mauricio Macri”, remarcó.
Mauricio Macri en el cierre de campaña del PRO
Como el expresidente, el jefe de Gobierno porteño también dio aire a las diferencias. “Cuidemos la diversidad, la libertad, la conveniencia y el respeto al otro. Nadie va a robarle a esta ciudad la posibilidad de pensar distinto y diferente. Respeto a la libertad de prensa y de expresión”, dijo Jorge Macri, que apuntó en el cierre contra los candidatos que dicen que quieren competir por la Jefatura de Gobierno. “Los espero acá en dos años”, desafió el alcalde porteño.
Antes, habían hablado los candidatos más jóvenes del espacio, Rocío Figueroa y Darío Nieto, y el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, que no ocupa ningún lugar en la lista, pero es uno de los ministros con mejor imagen del espacio, muy valorado por los adultos mayores. En tono jocoso, Nieto presentó al jefe de Gobierno como "el black Macri", que se hizo cargo del mote.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/proargentina/status/1923160834290651159&partner=&hide_thread=false
El cierre quedó a cargo de la primera candidata, Lospennato, enfundada en un traje negro y una remera amarilla. “Fue una campaña complicada, fue poco limpia. Porque hay algunos que no saben hacer campaña limpiamente. Quisieron confundirnos haciéndonos creer que era una elección nacional. Esta es una elección a legisladores. El domingo, esto es Leandro Santoro y su lista kirchnerista, Adorni y su lista fantasma o Lospennato y la lista amarilla del PRO”, dijo la diputada. Ya sonaban los primeros acordes de Noche Mágica de Tan Biónica, un clásico para en los búnkers amarillos, que apela a la memoria emotiva de tiempos de triunfo, cuando La Libertad Avanza todavía no acechaba.