Rogelio Frigerio ve una “luz de diálogo y racionalidad”, según definen en su entorno, respecto del segundo intento de tratamiento de la ley ómnibus como camino hacia lo que el gobierno define como Pacto de Mayo. Prueba de la buena relación con Javier Milei es que el gobernador de Entre Ríos fue uno de los voceros luego de la reunión del último viernes en Casa Rosada.
Fue elegido, finalizada la reunión, para acompañar al ministro de Interior Guillermo Francos, junto con el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, para transmitir las novedades del encuentro. La escena resume sintonía, lee un colaborador del gobernador de Entre Ríos con poder de decisión.
La orden bajada, aunque no explícita, es “ser lo más cordiales y receptivos posibles” con los pedidos que haya desde Presidencia de la Nación porque se entiende que el nuevo proyecto de ley ómnibus incorpora cuestiones de interés para Entre Ríos, como quitar las retenciones al agro y achicar el listado de las empresas a privatizar.
Hacer todo para que salga
Desde Entre Ríos se trabaja en hacer todo para que se llegue al 25 de Mayo con las leyes aprobadas y el acuerdo fiscal también saldado. Después de la experiencia fallida del debate de la primera ley ómnibus, donde los legisladores entrerrianos fueron tildados de traidores por no votar algunos incisos, ahora se apunta a ayudar y gestionar pero sin mover mucho el avispero. Es decir: actuar con cautela.
Cautela para no dar pasos en falso es la premisa. Frigerio “siempre trató de alinear gobernadores”, recuerda un colaborador del gobernador.
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El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, junto al gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, acompañando al ministro de Interior, Guillermo Francos, para transmitir las novedades del encuentro en Casa Rosada.
El aporte de Rogelio Frigerio al debate
Desde el entorno cercano al gobernador Frigerio apuntan que no va a entrar en la discusión “chiquita”. Quiere decir, se especifica a Letra P, que no van a discutir fondo por fondo. En tanto, sí “se va a reclamar lo que corresponde por Constitución” se aclara.
Acá es donde aparece lo que, se entiende en Casa Gris, puede ser el mejor aporte de Frigerio. Trabajar en lograr un nuevo acuerdo fiscal entre la Nación y las provincias. Donde se hable de los recursos coparticipables y se los garantice.
El gobernador quiere, y así lo dijo en la campaña y ahora en la gestión de gobierno, que Entre Ríos tenga un nuevo periodo de protagonismo. El anterior fue, según su lectura, con Justo José de Urquiza, a quien menta frecuentemente. El nuevo periodo de protagonismo, pretende, es el del futuro cercano y para ello busca instalar a la provincia en las discusiones de fondo del país.
No se pretende un acuerdo solo con Entre Ríos, sino trabajar en parámetros generales “que no sean solo parches”. Y que solucionar el problema del déficit a la Nación no puede ser a costa de sacrificar las cuentas provinciales.
Sobre el punto de trabajar en la reducción del déficit y dar señales de austeridad, Frigerio machaca desde el momento cero. Anunció la supresión de las subsecretarías en toda la administración y redujo el uso de autos oficiales, por citar dos ejemplos.
Frigerio es uno de los mandatarios que más colabora con Milei. De sus dos colegas de la Región Centro, el santafesino Maximiliano Pullaro enfrenta problemas urgentes, como la ola de violencia en Rosario. Y el cordobés Martín Llaryora busca acelerar los acuerdos pero con más tensiones.
Este respaldo político de Frigerio tuvo su correlato en, por ejemplo, el giro a fin de año $344.712.230 a Entre Ríos como ATN, según contó Letra P.
Entre Ríos y la ley ómnibus
Aunque es un tema sensible para la opinión pública, las únicas privatizaciones nacionales que involucran a Entre Ríos son las tres radios nacionales (en Paraná, en Concepción del Uruguay y en Gualeguaychú). De todos modos, en las huestes frigeristas se festejaba que la discusión se haya postergado.
Cuentan como un problema menos que se haya retirado el capítulo que refería a instituciones y presupuestos de cultura, que aunque no sea un tema de agenda PRO consideran que tienen, también, gran incidencia en la discusión pública.
La ley de semillas, arista sensible para el campo que no tiene una voz única sobre el tema en sus representantes gremiales, también hubiese sido un tema que divide opiniones allí donde Frigerio necesita que todos tiren para el mismo lado.