Para el ministro coordinador eso parece no ser un problema. Cree que, en tal caso, será difícil que se reúnan dos tercios para rechazar algún artículo y si se hace por mayoría simple, el recinto de Diputados podría ratificar la versión original con esa misma cantidad de votos. La Casa Rosada centrará los ojos en la cámara baja del Congreso.
Temeroso de tropezar dos veces con la misma piedra, en abril Martín Menem consensuó con los aliados que la votación fuera por capítulos. No pudo arreglarlo en la reunión de labor parlamentaria, pero logró definirlo en el recinto.
Será el tema de negociación la semana próxima. Una opción que evalúan los libertarios es proponer un camino intermedio, que sería votar por títulos y sólo si hay disidencia abrir capítulos o artículos. De esa manera se podría agilizar el tratamiento de fragmentos con consenso y darle la chance a los bloques opositores de revisar lo que quieran.
Francos confía en un final feliz y tal es así que hasta este viernes el funcionario no tenía pautada ninguna reunión con miembros del Senado para negociar posibles modificaciones. Difícilmente la haya.
El capítulo más polémico es el de Ganancias porque, como explicó Letra P, no tiene respaldo de buena parte de la oposición, molesta por el premio que se le dio a los patagónicos. Tampoco alcanzó para contentar a todos los dialoguistas las restricciones al blanqueo y al Registro de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).
El listado de privatizaciones no es un tema cerrado porque los partidos patagónicos y algunos radicales no quieren que se venda Aerolíneas Argentinas. Para evitarlo, este grupo exigirá votar por separado cada artículo del capítulo II de la Reforma del Estado.
Además, leer las propuestas de modificaciones en el recinto llevará tiempo. La eliminación de la moratoria previsional podría ser rechazada. Las facultades delegadas están al límite, por el rechazo del radical Pablo Blanco. Es una incógnita el aumento del Impuesto al Tabaco: tras las denuncias de una votación fraudulenta en Diputados, nadie volvió a tocar el tema.
Lo que tenga que pasar
La Casa Rosada no moverá un dedo para evitar correcciones durante la votación del Senado. En tal caso, si algunos artículos caen, la apuesta será que no sea por dos tercios para luego poder sostenerlos en Diputados, donde el Gobierno tiene la chance de ratificar el texto original.
"Los dictámenes garantizan la aprobación en general. Algunos temas tendrán mayor o menor número, como en Diputados, pero confiamos en que todos sean avalados", señalaron a Letra P fuentes del oficialismo. Con los acuerdos logrados para llegar al recinto, Francos está seguro de aprobar la ley ómnibus y el paquete fiscal con al menos 37 votos, lo justo para la mayoría simple. La cuenta surge de contabilizar todo el espectro no peronista que estampó su firma en los proyectos y restar a los dos radicales que se negaron a suscribir: Martín Lousteau y Maximiliano Abad.
Hay algunas zonas grises, como el correntino Carlos Espínola, quien preside el bloque Unidad Federal, pero tiene autonomía de sus dos pares, Kueider y Alejandra Vigo. Francos espera además la ayuda de referentes de UP en algunos capítulos como el RIGI, que favorece a las provincias mineras, como San Juan y Catamarca.
El aumento de las regalías de esa actividad, negociada por Carambia, que corona la reforma fiscal, también debería ser votado por representantes de esos distritos de todas las fuerzas políticas. Al menos esa es la expectativa del Gobierno.
En el Senado son más precavidos. Entienden que con números tan ajustados, con cualquier aliado que se desmarque en la votación en particular podrían caer artículos o capítulos enteros. Perder alguna votación con dos tercios es más complejo: la oposición debería reunir 48 votos, 15 más de lo que aporta Unión por la Patria.
Viajes a México
La sesión está pautada para el 12 o el 13 de junio y no el jueves 6, como quería el oficialismo, porque ese día aún no habrán retornado senadores del viaje a México, donde participarán como veedores de las elecciones que se realizarán este domingo. Algunas figuras decisivas en la votación compraron pasaje de retorno para el próximo fin de semana.
Como explicó Letra P, la fecha se definió durante la reunión de Francos y el grupo de senadores díscolos, en el despacho de Victoria Villarruel.
La vicepresidenta no tomó bien que Menem y el jefe de Gabinete anunciaran los dictámenes cuando se cerró el acuerdo político con los rebeldes. Ella prefería esperar las firmas, que no iban a llegar rápido porque hubo quienes se fueron del Senado después que las comisiones pasaron a cuarto intermedio, creyendo que no habría más novedades. El radical Flavio Fama partió a ver el partido de Boca y la rionegrina Mónica Silva no estaba localizable. Cuestiones logísticas que no tardarían en resolverse. Ahora, el próximo gran desafío del Gobierno es la votación en el recinto. No la tiene tan fácil.