Hace dos semanas fue nombrada interventora del PRO en Córdoba. Pero algo pasó el medio para que, en pleno anuncio de cambios electorales 2025, Jorge Macri presentara a Laura Alonso como vocera oficial del gobierno porteño. Con un rol similar al de Manuel Adorni en la Casa Rosada,deberá enhebrar un relato para defender la tierra prometida del macrismo, que, por primera vez en 15 años, se encuentra seriamente amenazada.
El aumento de la presión libertaria sobre la Ciudad de Buenos Aires y la creciente fragmentación a la está sometido el PRO, llevó al Jefe de Gobierno a ensayar nuevas fórmulas para defender el último bastión puro del movimiento que lleva su apellido y el de su primo Mauricio Macri. A tono con el clima de época designó a la exdiputada nacional como su vocera, una experta polemista en Twitter, que tendrá que desplegar pericia pugilística para esquivar piñas por derecha e izquierda y poner en pie un discurso municipalista que ya empezó a madurar.
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El anuncio de Jorge Macri con Laura Alonso, su nueva Manuel Adorni.
El onegeismo amarillo del PRO
Alonso fue pionera en romper la hegemonía que ostentó el progresismo a la hora de nutrirse de cuadros de "la sociedad civil", para allanarle el camino para sumarse a expresiones de derecha. Hasta 2009, la flamante vocera se desempeñó al frente de Poder Ciudadano, una ONG que durante el primer año de Mauricio Macri como alcalde porteño, no escatimó recursos para marcarle la cancha en temas centrales de los amarillos como la gestión de residuos o la boleta electrónica.
Ese coqueteo con el progresismo, que llegó incluso a la especulación de una candidatura en la lista del espacio de Aníbal Ibarra, se diluyó al calor del acercamiento al PRO, vía Daniel Angelici. ¿El vehículo? La lucha contra la denunciada corrupción kirchnerista, una de las principales banderas que se utilizaría en la campaña de 2015.
Ya en 2009, el macrismo le pagó con generosidad su salto y la incluyó en el quinto lugar de la lista de candidatos a diputados nacionales por la Ciudad, donde fue reelecta cuatro años después en reconocimiento a su conversión en virtual vocera legislativa. Por aquel entonces confesó su amor platónico: "Si no estuviera casado ni yo comprometida, me enamoraría de él", reveló en 2013 sobre Macri.
La confianza del macrismo
La llegada de Macri a la Casa Rosada sólo le deparó buenas noticias a Alonso y un mayor protagonismo. En una de las primeras designaciones, ella se convirtió en la Secretaria de Ética Pública, Transparencia y Lucha contra la Corrupción. Su desembarco como titular de la Oficina Anticorrupción provocó una polémica acalorada porque no era abogada, un requisito que era indispensable para ocupar el cargo, pero que fue eliminado por el entonces presidente para allanarle el camino.
Otro escándalo ocurrió cuando Alonso reconoció que ese organismo no iba a ser querellante en causas que implicasen a funcionarios macristas ya que quería evitar que la "acusen de encubridora en las causas y de ir a embarrar causas de corrupción que la lleven adelante los fiscales que son los fiscales y los jueces naturales de las causas de este gobierno".
Durante la investigación que llevó adelante Alberto Nisman sobre el memorándum con Irán, la nueva vocera porteña saltó a la primera plana de los medios junto a Patricia Bullrich como articuladoras políticas de la pesquisa judicial. Alonso terminó involucrada luego en la causa que investigó la aún no esclarecida muerte del fiscal desde el lugar menos pensando: teniendo que explicar centenar de mensajes que cruzó con Nisman horas antes de que lo encontraran muerto en el baño de su casa en Puerto Madero.
Laura Alonso: la vocera
Con el antecedentes inmediatos de Gabriela Cerruti, que fue portavoz del gobierno de Alberto Fernández, y ahora con Adorni, que ya se pronostica que será su contrapunto para pelear la narrativa (y hasta posible rival electoral en las legislativas), la nueva función como vocera oficial ocurre en un momento crítico de la administración porteña. Más aún, sucede cuando por primera vez en una década y media, el PRO corre un riesgo cierto de disolverse frente a La Libertad Avanza.
Ese escenario se expresa en la nueva hoja de ruta planteada este viernes por Jorge Macri. Más allá del desdoblamiento de las elecciones para llevarlas a julio y las reformas tributarias e institucionales -que Alonso deberá explicar y defender públicamente-, el alcalde porteño anunció que jerarquizará los temas y prioridades de la Ciudad. En ese giro discursivo, que los lleva de actores protagónicos nacionales hacia una posición defensiva del pago chico, será el campo en el que va a tener que maniobrar la flamante vocera.
Así quedó plasmado en la primera entrevista que dio en su nuevo rol. "Los vecinos son lo primero. Todos buscamos una ciudad mejor y queremos seguir manteniendo la ciudad global que somos. La discusión debe ser bien porteña”, destacó Alonso, la vocera de un PRO que pretende resistir en su bastión.