Javier Milei entrando al hotel Libertador
La primera semana de presidencia encontró a Javier Milei dividido en tres casas distintas: durmió en una habitación del piso 18 del Hotel Libertador y tuvo un breve paso diario por la Casa Rosada para encabezar reuniones de gabinete, mientras se terminan las reformas para que se instale pronto con sus cinco perros en la Quinta de Olivos.
Milei abandonó durante la campaña su casa en Benavídez, Tigre, porque le quedaba lejos para la mayoría de las actividades previstas. Desde las elecciones generales se instaló en el hotel que es propiedad del grupo IRSA, del empresario Eduardo Elsztain, quien además lo acompañó a sus viajes a Nueva York para acercarlo a la corriente judía ortodoxa de Jabad Lubavitch.
La dinámica del hotel se vio alterada desde entonces, sobre todo en la última semana debido al refuerzo en la seguridad y la presencia de la custodia presidencial. Sin embargo, pese a las medidas, los eventos y actividades corporativas no se suspendieron, por ejemplo la cumbre de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) que tuvo lugar en los últimos días, contó con la presencia de parte de la dirigencia política nacionales y la conducción de Gastón Pauls, aunque no hubo representantes de la mesa chica del mileísmo, que circulaban por el lugar pero se trasladaban directo a visitar al Presidente.
El último registro de su paso por la Casa Rosada fue el viernes, cuando hizo un vivo en Instagram para mostrar su despacho y sortear su último sueldo como diputado nacional. Junto a él aparecieron algunos de sus colaboradores más cercanos: su hermana Karina Milei, el documentalista Santiago Oría y su encargado de redes, Iñaki Gutiérrez, entre otros. Durante los días previos, el Presidente encabezó reuniones de las que circularon unas pocas fotos a través de las redes sociales.
Milei ya anunció que se instalará en Olivos y desde allí trabajará: ordenó refaccionar la Quinta para poder hacer home office junto a sus ministros más cercanos. Los arreglos apuntaron a que pudieran mudarse allí sus cinco mastines ingleses -animales que superan los 70 kilos- y también para la comodidad de sus funcionarios.
Karina Milei fue la encargada de planificar las reformas, con detalles que no contaron públicamente aunque un hombre cercano al Presidente reveló a Letra P que uno de los principales cambios fue la modificación de un espacio exterior en el que se mandó a construir caniles para Conan, Milton, Murray, Robert y Lucas, que necesitan estar separados porque se atacan entre sí. El espacio elegido sería la caballeriza de Olivos, que no se utilizaba desde el gobierno de Carlos Menem, un fanático equino.
Sin embargo, como agregó el dirigente a este medio, las reformas para los canes no se redujeron a eso. “La casita de afuera se hace, pero además se analizó cómo hacer para que los perros tuvieran un lugar para estar adentro con Javier, no sólo en el exterior”. Esa reforma al interior de Olivos se mantiene bajo reserva, aunque trascendió que barajaban poner un Durlock o algún tipo de división en la suite presidencial para que Milei pudiera tener cerca a sus animales, como en su casa de Tigre. Desde el entorno del presidente no desmintieron ni confirmaron la información, aunque aclararon que “un Durlock no serviría porque los perros lo rompen”.
Milei decidió que los ministros clave de su gestión también tengan despacho en Olivos y por eso mandó a acondicionar dos chalets ubicados dentro de la Residencia oficial: uno de ellos quedaría a disposición de su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, mientras que el otro podría ser utilizado por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, aunque también se especuló con que tenga un espacio propio su asesor Santiago Caputo.
Karina Milei, "El Jefe", flamante secretaria general de Presidencia, también tendrá su despacho en Olivos, aunque en principio no se mudará ahí, sino que conservará su departamento en Vicente López, a unas seis cuadras de la residencia oficial, donde vive con Aarón, su mastín inglés.