SE DOBLÓ, ¿NO SE ROMPE?

La UCR, un polvorín: quién es quién entre los 33 diputados que desafían el mandato de Alem

Uno por uno, de dónde vienen, a quién reportan y qué buscan. Sin mejor destino a la vista, nadie quiere sacar los pies del plato. Objetivo 2025-27.

“He terminado mi carrera, he concluido mi misión. Para vivir estéril, inútil y deprimido, es preferible morir. ¡Sí, que se rompa, pero que no se doble!” (Leandro N. Alem)

El bloque de la UCR en la Cámara de Diputados desafía la metáfora más popular del partido: después de una semana de internas y una reunión incendiaria, se dobló, pero no se rompió. Rodrigo De Loredo sigue siendo el presidente de la bancada con el respaldo de 22 de los 33 miembros, entre ellos, los cinco que reportan a Javier Milei.

Una curiosidad: luego de fracasar en su intento por desplazar al cordobés y echar al quinteto que votó con La Libertad Avanza (LLA), el sector minoritario prefirió seguir bajo las órdenes de De Loredo. “Es el bloque que menos integrantes perdió desde la emergencia y llegada de Milei a la presidencia de la Nación. Seguimos integrados con los 33 diputados”, se jactó el cordobés después de resistir la embestida.

Nadie quiere sacar los pies del plato, porque no ve un destino mejor lejos de la UCR. Los padrinazgos son diversos y ninguno encuentra un etiqueta más rendidora que la de ser radical y jugar con esa carta en las eventuales alianzas electorales que habrá en las provincias.

Así las cosas, el bloque sigue unido en los papeles pero con dos líneas bien marcadas, cada una con subdivisiones internas: los dialoguistas con el gobierno, entre los que sobresalen los violetas; y los rebeldes, con terminales diversas, como Martín Lousteau y Facundo Manes, quien opera en las sombras. Nunca aparece en las reuniones.

El valor de esta interna es que los 33 radicales son decisivos para el cuórum, al menos hasta diciembre de 2025. Es por eso que De Loredo propuso definir por mayoría los posicionamientos y arbitrar las votaciones.

Entre los 22 votos que contó De Loredo para seguir al frente del bloque hay tres subgrupos. Quienes se identifican con gobernadores; quienes no tienen jefe pero se resisten a cruzar el cerco -el sector más grande y decisivo que logró sostener a su favor el cordobés-; y los violetas, que prefieren no cambiar la conducción.

Gobernadores

Lisandro Nieri. Responde al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. Fue su ministro de Hacienda. Es uno de los referentes de la Comisión de Presupuesto de Diputados, donde respalda el déficit cero, aunque también cuida los recursos de las provincias.

Pamela Verasay. Es la otra carta de Cornejo en la cámara baja. Vicepresidenta de la UCR, fue quien levantó la voz contra la resolución de la Convención que suspendió a los cinco diputados que avalaron el veto a la reforma previsional.

Gerardo Cipolini. Ex intendente de Sáenz Peña, donde no apoyó al gobernador Leandro Zdero en la interna de Chaco, pero se plegó a su agenda desde el 10 de diciembre, aunque con ciertas reticencias. Por caso, sólo aceptó ausentarse en la votación del veto.

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Melina Giorgi. Santafesina y leal gobernador Maximiliano Pullaro, quien proviene de Evolución, pero se desmarca cada vez que Lousteau tensa demasiado la cuerda con el Gobierno. Prefirió no sumarse a la embestida contra los díscolos.

Federico Tournier. Es uno de los violetas que fue a la Casa Rosada, pero está en el bloque por la alianza del gobernador Gustavo Valdés con su partido, Encuentro Liberal de Corrientes. En agosto, reemplazó al ministro de Seguridad de la provincia, Alfredo Vallejos, quien ya interactuaba con los radicales liberales. Seguirá en la bancada por indicación de Valdés.

Outsider

Rodrigo De Loredo. Ex legislador de Córdoba y candidato a intendente, asumió como diputado en 2021 con el sello de Evolución y presidió la bancada que este sector armó ese año y funcionó hasta diciembre último, cuando retornaron a la UCR. En esa rosca, De Loredo logró una mayoría para ser presidente de bloque. Si bien dialoga con gobernadores y comparte la postura de un dialogismo crítico, su secreto para seguir en la presidencia es una exitosa búsqueda de consensos con otros sectores.

Karina Banfi. Socia del presidente del Comité Provincia, el senador Maximiliano Abad, la diputada de Bahía Blanca es la vicepresidenta del bloque. Va por su tercer mandato, ganó su banca con Patricia Bullrich y comparte con De Loredo la postura del dialoguismo crítico. Ayudó a construir una mayoría para que ambos sigan siendo jefes.

Karina Banfi Karina Banfi

Soledad Carrizo. Mano derecha de De Loredo en el acuerdo político que sostienen en Córdoba, donde se fotografió con Martín Menem. Era una de las señaladas como posible voto favorable al veto del Presidente. No quiso ir a Olivos ni se desmarcó del bloque.

Mario Barletta. Ex intendente de Santa Fe y expresidente del Comité Nacional, se movió este año como un auténtico outsider, alejado de los ultra opositores, pero sin negarse a posturas críticas. Se mantuvo firme en los temas que chocaron con el Gobierno, como la reforma previsional y el presupuesto universitario.

Julio Cobos. Como Barletta, es una figura en sí misma que no reconoce jefatura, pero tampoco rompe los acuerdos del bloque. Tiene agenda propia, en la que prioriza los temas de educación y defensa, y no se entusiasmó demasiado con la idea de obediencia debida a la mayoría del bloque.

Atilio Benedetti. El entrerriano mantuvo un acuerdo con el gobernador Rogelio Frigerio que en algunos casos lo inclinó a los dialoguistas, aunque en otras ocasiones se mostró cercano a los más críticos.

Roberto Sánchez. El tucumano fue candidato a gobernador en 2023 y quedó enfrentado en la interna local a Mariano Campero, el líder de los violetas. Para diferenciarse, anunció en una entrevista que rechazaría el veto. De todos modos, fue mesurado respecto a la propuesta de hacer una votación interna por cada tema.

Gabriela Brouwer de Koning. Oriunda de Río Tercero, asumió en 2021 con el sello de Evolución, pero este año empezó a hacer equilibrio entre los intereses de Lousteau y los suyos en Córdoba, donde tiene llegada a De Loredo. Por caso, llegó tarde a la reunión del martes en la que se iban a discutir autoridades de bloque y se desmarcó de la embestida contra su coterráneo.

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Martín Tetaz. Es otro ex-Evolución que dejó de reportar a Lousteau después del fallido año electoral de 2023. En realidad, su nexo era Emiliano Yacobitti, a quien conocía de sus años como militante en Franja Morada. Se movió como un outsider y decidió respaldar a De Loredo.

Fabio Quetglas. El bonaerense logró la reelección en 2021 aliado a Facundo Manes, pero ya no se reporta a él. En la reunión del martes respaldó a De Loredo y dijo que estaba molesto porque el neurólogo no había asistido una sola vez a las reuniones de bloque.

Natalia Sarapura. La jujeña llegó en 2021 de la mano del exgobernador Gerardo Morales, nunca reportó del todo a su sucesor, Carlos Sadir. No firmó la nota de repudio a los violetas pero los once que suscribieron la cuentan como propia. De Loredo dice contar con su respaldo.

Violetas de Javier Milei

Francisco Monti. Uno de los fundadores de la liga del norte, precuela de los violetas, el catamarqueño colaboró con el Gobierno en todas las votaciones del año, pero no quiso ir a la Casa Rosada ni apoyar el veto a la reforma previsional. De todos modos, será aliado del oficialismo.

Roxana Reyes. Su situación es igual que la de Monti, sólo que colaboró con su ausencia en la sesión del veto y puso la cara para defender a los que acompañaron al Gobierno. Busca un acuerdo local con La Libertad Avanza en Santa Cruz, donde no pudo presentar candidaturas en 2023.

Mariano Campero. El tucumano, exintendente de Yerba Buena, es el pionero de los violetas. Fue el gestor de la reunión en la Casa Rosada y el único que el martes, después de reafirmar su presencia en el bloque se fue a cenar a Olivos con Milei. Su nexo con el gobierno es Patricia Bullrich.

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Mariano Campero, miembro del grupo libertario de la UCR.

Mariano Campero, miembro del grupo libertario de la UCR.

Luis Picat. Es el otro gestor de la conversión libertaria de la UCR. Cordobés, llegó al Congreso de la mano de Bullrich y está decidido a reportar sólo a ella y al ministro de Defensa, Luis Petri. Ya funciona como socio de La Libertad Avanza en Córdoba.

Martín Arjol. El misionero ganó las elecciones legislativas en 2021 y quiere competir el año que viene aliado a LLA, en una provincia con el 70 por ciento de la población menor a 40 años en la que Miliei mide bien y no tiene candidatos.

Pablo Cervi. El neuquino arribó en 2021 por Evolución, pero se distanció del sector este año. Hasta se fue de los grupos de WhatsApp, incómodo con las posturas opositoras. En la Casa Rosada sorprendió a Milei con un minucioso análisis del costo tributario y hasta lo convenció de no abandonar el Mercosur.

Los rebeldes

Los once radicales que firmaron la nota para pedir la salida de los cinco violetas se dividen entre quienes continúan en Evolución y figuras que no reconocen jefaturas y por eso se inclinan siempre por oponerse a las medidas del Gobierno.

Evolución

Ana Carla Carrizo. Ladera de Lousteau y Yacobitti, es una de las más firmes de Evolución y no duda en sostener su perfil crítico. Por caso, fue una de las pocas voces radicales que pidió castigar a los libertarios que visitaron a Alfredo Astiz.

Danya Tavela. Académica, con base en la Franja Morada, es una de las referentes de Evolución y la líder en el Congreso de la lucha por el presupuesto universitario. Encabezó la fallida avanzada para echar a los violetas y está dispuesta a seguir dando pelea interna en cada tema.

Marcela Antola. La entrerriana tiene origen en Evolución, pero también es cercana a Frigerio, quien intentó que se ausentara de la sesión para facilitar el veto a la reforma previsional. Se la daba como ausente hasta el día anterior a la sesión.

Mariela Coletta. Porteña y de Evolución, fiel a Lousteau, con quien hizo campaña en las últimas elecciones. Fue una de las primeras en pedir la expulsión de los radicales violetas.

Los outsiders

Marcela Coli. Pampeana, ganó su banca de la mano del dirigente Francisco Torroba y quedó sin brújula en su provincia. Se mantuvo crítica al gobierno sin concesiones.

Jorge Rizzotti. El jujeño llegó de la mano de Gerardo Morales. Sólo en algunas ocasiones suavizó su perfil crítico por pedido del gobernador Carlos Sadir. No perdonó a los cinco violetas.

Fernando Carbajal. El exjuez federal de Formosa asumió en 2021, cuando La Libertad Avanza no jugaba en el ruedo nacional. Sin participación en la política local, se posicionó como opositor sin matices y fue uno de los promotores del fallido intento de expulsión a los violetas.

Facundo Manes. El neurólogo es un caso extraño: no asiste a las reuniones de bloque, pero su voz como opositor raso se hace sentir en el recinto e incluye a algunos de sus pares. Él y Juliano fueron los únicos que votaron contra la ley Bases.

Pablo Juliano. Bonaerense, oriundo de Necochea, es uno de los más críticos de la conducción de De Loredo. Creció desde una agrupación propia de la juventud, La “Karakachoff”, con la que interrumpía las convenciones. Es el socio principal de Facundo Manes.

Juan Carlos Polini. El chaqueño y ex intendente de Coronel Du Graty fue rival de Zdero en la interna y se mueve con autonomía. Tal es así que se negó a faltar a la sesión del veto, pese al pedido del gobernador. Es productor agropecuario, tiene farmacias y una desmontadora de algodón. En Chaco dicen que es difícil que cumpla órdenes.

Manuel Aguirre. El correntino está enfrentado al gobernador Gustavo Valdés y desde diciembre juega con los rebeldes. Como desafío, firmó el pedido de sesión especial para tratar el veto.

Rodrigo de Loredo y Facundo Manes en uno de los actos de la campaña hacia las elecciones de Córdoba en 2023.
Rodrigo De Loredo, titular del bloque UCR, que aceptó que no se privatizará Aerolíneas Argentinas. 

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