Los gremios se aseguraron sillas en la comisión que discutirá el régimen jubilatorio en Santa Fe. Qué están dispuestos a ceder y qué no.
Debate abierto. Pullaro aprovechó la Semana de la Seguridad Social para formalizar el impulso a la reforma previsional.
Los gremios santafesinos se metieron de lleno en la discusión por el déficit del sistema previsional que abrió el gobernador Maximiliano Pullaro y pidieron sillas en la futura comisión que debatirá una reforma de la Caja de Jubilaciones de Santa Fe. La posición de la intersindical es no bloquear la discusión. Por el contrario, piden pista para marcar la cancha.
El primer reparo que hicieron las representaciones sindicales es de contexto: “Estamos en un momento de ataque feroz a los derechos laborales. Cualquier discusión del ámbito jubilatorio que se abra, va a ser perjudicial”, enmarca Rodrigo Alonso de Amsafe y se queja: “El mismo proyecto dice que hay que solucionarlo con más aportes personales y con aumentos de años de trabajo, la solución no puede ser siempre perjudicar a los trabajadores”. La referencia remite al capítulo de la ley Bases del presidente Javier Milei que incluye el fin de la moratoria previsional y el aumento en la edad jubilatoria.
En Santa Fe, los sindicatos arman una postura común para llegar a la comisión con mayor músculo. Sostienen que el punto de partida de la discusión sobre el rojo de la caja tiene que ir de la mano de un reclamo contundente de la deuda que tienen la Nación tiene con la provincia.
El gobierno de Omar Perotti inició un reclamo el 30 de noviembre del año pasado y en el momento de la presentación judicial la deuda se calculó en 400 mil millones en concepto de fondos no girados a la provincia. La Nación asumió la cobertura del déficit previsional de aquellas cajas que en los 90 no fueron transferidas.
Ese valor actualizado supera los 600 mil millones. En términos mensuales, el déficit es de 23 mil millones y en aumento. Durante la apertura de la Semana de la Seguridad Social, encuentro en el que se debatió la situación actual de la Caja y el rol del gobierno en la sustentabilidad del sistema, Pullaro hizo el planteo inverso y sostuvo que si la provincia discutía su sistema jubilatorio, iba a poder negociar con mayor fortaleza con la Nación la deuda acumulada.
Los gremios locales admiten que el déficit es real, pero momentáneo si el gobierno nacional reactiva las transferencias. También le reclamarán el blanqueo de todos los componentes de los salarios y la eliminación de las sumas no remunerativas para que crezcan los aportes.
Sin embargo, sostener ese lineamiento unificado a lo largo de la discusión no será sencillo. En la Caja provincial conviven 14 subsectores con regímenes jubilatorios muy dispares, resultado de que las políticas salariales que consigue cada gremio para sus afiliados son muy heterogéneas, pero todos aportan igual.
De los 100 mil jubilados y pensionados que tiene la provincia casi el 90 por ciento corresponden a los sectores docente, trabajadores de la administración central nucleados en ATE, UPCN y Festram (representa trabajadores municipales que aportan en la provincia). El resto está integrado por pasivos de Luz y Fuerza, los gremios de la salud y judiciales. Todos son, aunque en distintos porcentajes, deficitarios.
En el vértice de la pirámide deficitaria está el Poder Judicial, que tiene el promedio de jubilaciones más altas, y casi a la par le siguen el Poder Legislativo, el Tribunal de Cuentas, la Defensoría del Pueblo. Son los sectores con salarios más altos del Estado.
“Las contribuciones del Poder Judicial cubren solo el 50 por ciento de lo que se les paga a los jubilados del sector. La otra mitad es déficit. No puede ser que un jubilado del Poder Judicial gane más que el gobernador”, disparan desde la Casa Gris. Desde el Colegio de Magistrados tienen la respuesta lista: “Representamos el 2 por ciento de los pasivos de la provincia, no creo que ese sea el problema de la Caja”.
Lo concreto es que la discusión no va a poder evitar temas como los aportes de cada sector, el alza en la edad jubilatoria, tanto para varones como para mujeres, y los topes a las jubilaciones más altas. Y para los gremios esos representan ítems intocables. Sin embargo, las diferencias en los regímenes y beneficios de cada área pueden agrietar la discusión.