La nueva conducción de la Iglesia bergogliana que encabeza el arzobispo mendocino Marcelo Colombo le marcó la cancha al presidente Javier Milei, al reclamarle que la reforma económica que propone la administración libertaria sea “con la gente adentro” y al sugerirle una mayor apertura al diálogo y empatía con los pobres.
Elegido durante la asamblea plenaria de esta semana en una casa de retiros de Pilar, el sucesor de Oscar Ojea al frente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresó su preocupación por las consecuencias sociales del plan económico mileísta y su impacto en la pobreza, que aumentó 11 puntos en el primer semestre de la gestión del anarcocapitalista en la Casa Rosada y llegó al 52,9%.
"La economía está al servicio del hombre y ahora hay una apuesta fuerte a ordenar la economía, a ver cómo se gasta la plata y a priorizar los gastos; pero lo importante es que todo lo que sea reforma económica sea con la gente adentro y no con la gente afuera", afirmó el flamante jefe episcopal en declaraciones a la prensa.
"Hay mucha gente afuera (del sistema económico), lo notamos en los comedores y merenderos”, puntualizó y puso como ejemplo de este termómetro social lo que sucede en un espacio comunitario del arzobispado que por las noches recibe a gente en situación de calle. “Antes eran más de 50, pero ahora son más de 200; es una proporción que se ha ido disparando”, precisó.
La Iglesia pide más diálogo
Frente a esta situación de pobreza e indigencia que viven millones de personas en el país y a modo de buscar nuevas formas de contenerla y atenderla, Colombo le sugirió a Milei que pruebe “dialogar con todos y generar esa corriente de empatía necesaria e imprescindible con los más pobres".
Milei Iglesia Ojea
Javier Milei recibió a la cúpula de la Iglesia
NA
El jefe episcopal les hizo el mismo pedido a sus pares en la misa de clausura del plenario episcopal, de carácter electivo, que se celebró este viernes en la basílica de Luján.
“Renovemos nuestra disponibilidad para escuchar a todos, especialmente el clamor de los pobres, de los marginados, de las minorías y de nuestra casa común", propuso.
Queja por una votación en la ONU
Desde el plenario episcopal reunido en Pilar, los obispos también difundieron una queja formal por las “acciones” que ejecuta el gobierno libertario contra de los derechos de los pueblos indígenas, tanto en el orden nacional como internacional.
Lo hicieron a través de una comunicación conjunta de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen, que encabeza el fraile Luis Scozzina (Orán), y el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa). En ese texto, lamentan que Argentina haya sido el único país en votar en contra de una resolución sobre derechos indígenas en la reciente Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los organismos eclesiásticos recuerdan que esa resolución tenía como objetivo "reforzar el compromiso de los países miembros de proteger y promover los derechos de las comunidades en áreas como el acceso a la justicia, la protección del medio ambiente y la preservación de sus culturas y lenguas".
"Este voto negativo es un nuevo avance en contra del reconocimiento de los derechos indígenas consagrados en nuestra Constitución Nacional desde hace 30 años, sumado a los retrocesos en políticas públicas que se han ido desfinanciando en detrimento de los intereses de los pueblos indígenas, en un contexto de impulso fuerte de un modelo productivo extractivista, solo posible con el avance sobre los territorios", advierten.
Carta al papa Francisco
En el marco de las deliberaciones episcopales, los obispos aprovechan para enviarle una carta al papa Francisco detallando lo actuado en estas reuniones e invitándolo una y otra vez a que venga al país.
En esta ocasión, la nueva mesa ejecutiva apeló a la misiva para transmitirle la preocupación de la Iglesia por la pobreza, la inseguridad y la falta de trabajo de las personas vulneradas.
Papa francisco mate
El papa Francisco añora las costumbres argentinas
NA-REUTERS
“Nuestra gente está muy golpeada por la pobreza, la inseguridad, la falta de trabajo, la incertidumbre...”, describen y destacan: “Aunque también hay que reconocer que esos más sencillos, más vulnerados, más olvidados, son verdaderos maestros y maestras de esperanza, de ‘ir para adelante’”.
La carta concluye con el pedido insistente de los obispos a Jorge Bergoglio para que venga a su tierra natal, que dejó en marzo de 2013 para no volver hasta ahora: “Estamos abiertos y deseosos de tu visita a ésta, tu tierra, que te ama y espera”.