El candidato a la gobernación por el oficialismo de Córdoba, Martín Llaryora, espera el domingo electoral con confianza. Asegura que la gente va a delegar a la nueva generación -que dice representar- la continuidad del modelo de gestión de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti.
Desarma uno a uno los “mitos” que construyó Juntos por el Cambio (JxC) durante la campaña: el fin de ciclo, su relación con el kirchnerismo, los peligros de una tipología de coalición abierta a referencias de la oposición. También se detiene en las supuestas tensiones entre un gobernador que busca extender su vigencia política y las ambiciones propias del potencial sucesor.
Este domingo 25 de junio, la provincia ingresará a una elección bisagra en la que el peronismo buscará probar la fortaleza del cordobesismo y el guiño hacia la fase siguiente: la del "partido cordobés", pero con anclaje nacional. La alianza opositora, encolumnada detrás de Luis Juez, tratará de aprovechar una unidad inédita y los lados flacos de una gestión que logró mantener su vigencia desde 1999.
-Termina la campaña. ¿Qué Córdoba deja Schiaretti?
-Si uno analiza cómo está la Argentina, Córdoba es otro país. Córdoba viene de un proceso de crecimiento y progreso que inició De la Sota y continuó Schiaretti. No es una visión personal, también lo dicen los datos. La provincia tiene 400 mil habitantes más. Es la que más creció porque los hermanos del país ven a Córdoba como un faro de oportunidades. También, es la que más empleo privado generó en el primer trimestre del año. Hay un montón de indicadores que demuestran que Córdoba ha sabido ir para adelante cuando el país fue para atrás. Durante la campaña, la gente nos reconoce esto.
-Juntos por el Cambio habla de un ciclo agotado después de 25 años de gobierno. ¿Cómo transitó la necesidad de defender la gestión?
-Hace 25 años, yo tenía 25. En ese momento el proceso lo llevaban adelante De la Sota y Schiaretti. No es un tema que los vecinos lo asocien conmigo. Es una crítica que no surte ningún efecto, porque los vecinos saben separar a las personas. Yo soy de otra generación y complemento, claramente. Hay un ADN que compartimos porque estamos orgullosos del progreso, el crecimiento y el federalismo, de un montón de valores que se hicieron desde la fundación de Unión por Córdoba hasta hoy.
-¿El recorrido de una fuerza política no tiene peso en la valoración del voto?
-Se habla de los 25 años, pero no de los 20 años del PRO en la ciudad de Buenos Aires. La gente vota y valora la gestión. El problema que están teniendo en JxC es que ponen de candidato a alguien que cuando le tocó gestionar la ciudad de Córdoba fue un verdadero desastre. Cuando vos gestionaste y no pudiste llegar ni a ocho puntos es porque fuiste un desastre. Ni hablar cuando te tocó representar a la Argentina en Ecuador... Cada vez que vemos a un ecuatoriano tenemos que pedir perdón por la tremenda mala gestión que hizo Juez.
-¿Cómo se construye la renovación con un Schiaretti en plena vigencia política? ¿El llaryorismo cuándo empieza?
-No creo en los “ismos”. Me importa terminar mi gestión en la Capital para seguir mejorándola día a día; asumir el 10 diciembre y hacer las transformaciones que tenemos que hacer. Con Juan tenemos diálogo permanente y jugamos de memoria. Hay que separar las estrategias de las decisiones que se toman. Todo fue pensado y consensuado por ambos, no existieron los contrapuntos en el orden de la fecha u otros temas.
llaryora y schiaretti legislatura.jpg
-¿Qué importancia le da a la vinculación de la provincia con el poder central? ¿Llegó el fin del cordobesismo?
-Espero que el próximo presidente sea Schiaretti para que los argentinos podamos salir de esta crisis constante. Quiero una Argentina de la producción y el empleo, no la de la pobreza y la inflación. Si Argentina estuviera gobernada como Córdoba, tendríamos otro país. Le pido a los argentinos que nos demos una oportunidad de vivir mejor. Votando a los mismos de siempre, vamos de mal en peor.
-¿Hay posibilidad de un acuerdo de último minuto entre Schiaretti y Horacio Rodríguez Larreta? ¿Cómo afectó a su campaña esta discusión?
-Esa decisión no me corresponde a mí, pero sostengo que no pensé si me hizo un daño electoral o no. Es un punto de vista mezquino. En Córdoba hicimos una coalición con diversos sectores. Esperaba que los líderes nacionales pudieran construir un frente de frentes para lograr acuerdos estratégicos. Sé que no nos vamos a desarrollar aún más como provincia si el país no se desarrolla. Hoy nos siguen saqueando a los cordobeses con las retenciones. Va a haber una inflación de más del 100%, hay un 50% de pobres. La economía nacional lo genera. Argentina no se va a desarrollar sin acuerdos entre distintos partidos. El país con la grieta y la división no va a salir adelante.
-Si Hacemos Unidos por Córdoba gana este domingo, ¿va a poder sostener la unidad luego del 25 de junio?
-No sólo que vamos a mantener la unidad, mañana vamos a sumar a más dirigentes; pasado, también; y cuando estemos gobernando serán más todavía. Yo creo en la construcción. Somos una nueva generación que tiene que construir acuerdos. La generación anterior se basaba en las divisiones y en la grieta. Y así nos fue.
https://twitter.com/MartinLlaryora/status/1671346546229628928
-¿Qué tipo de oposición se imagina?
-Siempre va a haber oposición, porque no se pueden satisfacer todas las demandas de la sociedad, pero eso no tiene nada que ver con construir cuando te toca gobernar. Yo fui tres veces intendente, vicegobernador y ministro. Logré sacar leyes con acuerdos generales. Voy a ser un líder constructivista. Esa es la característica de nuestra generación.
-¿La gran batalla electoral va a ser en la capital?
-La campaña es la gestión. Si hiciste buena gestión, la gente te premia y te da la posibilidad de ir a lugares más importantes. Si hiciste mala gestión, como la de Juez en Capital, que es su Talón de Aquiles, la gente ya no lo acompaña. La capital va a jugar un rol distinto porque saben que, históricamente, no acompañó a nuestra coalición. Vamos a hacer una gran elección, también en el interior. No sé de dónde salió que el interior no nos va a acompañar. Después nos van a acompañar para ganar la intendencia. Además, los que compiten contra nosotros fueron parte del fracaso de la ciudad.
-¿Usted es la puerta de entrada del kirchnerismo como lo acusa la oposición?
-Cuando me junté a tomar un café con Mauricio Macri, para los kirchneristas era pecado. De hecho, el Frente de Todos presentó lista con Federico Alesandri y el acompañamiento de La Cámpora; y el expresidente vino a apoyar a Juez. Me ven de un lado o del otro y yo sólo tengo una bandera que es la de Córdoba. Tenemos que dialogar con todos los sectores. Nosotros representamos el partido cordobés y vamos a defender los intereses de Córdoba, pero eso significa, también, pensar en una Argentina distinta, con diálogo y acuerdos.