El presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, felicitó públicamente a la Municipalidad de Jesús María, ubicada en el Gran Córdoba, por bajar las tasas a los bancos. Su intendente, Federico Zárate, y su promotor político, Luis Picat, celebraron la noticia en redes, pero no todo es lo que parece.
El agrodiputado es uno de los cinco radicales con peluca que dieron el salto desde la UCR a los brazos libertarios del presidente Javier Milei, al punto de que en medio del escándalo por la estafa con la criptomoneda $Libra se autodefinió como “un escudo para la gobernabilidad de Milei”.
Ahora hace fuerza para que Zárate siga el mismo camino más temprano que tarde y desoiga los cantos de sirena que le acerca el cordobesismo para sumarlo a sus filas. Sin manifestaciones de adhesión tan enfervorizadas hacia las fuerzas del cielo, este último también busca su lugar entre los libertarios.
La pelea de Luis Picat con los alfiles de Martín Llaryora
Días atrás, Picat se cruzó feo con el jefe de los legisladores provinciales de Hacemos por Córdoba, Miguel Siciliano, por un tema excluyente: la presión impositiva provincial, especialmente a través de Ingresos Brutos.
Picat salió en defensa de los intereses de su sector (es productor agropecuario) y reclamó baja de impuestos. Siciliano le retrucó que las imposiciones al campo son mínimas y le pidió que se preocupe más para que Córdoba recupere los ingresos que la Nación le retacea.
Un par de días después, Picat tributó al oficialismo nacional que la Municipalidad de Jesús María llegó a un acuerdo con el Banco Nación para bajar la tasa que cobra al sector bancario. Es decir, modificó la base imponible, siguiendo una sugerencia del ministro de Economía, Toto Caputo, hacia todos los municipios, en el marco de un conflicto que se había judicializado.
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Jesús María resignará, por esa vía, varios cientos de millones de pesos al año de sus arcas, pero políticamente Picat y Zárate facturaron fuerte ese paso, para congraciarse con el credo libertario de bajar el gasto público a su mínima expresión.
“Sostenemos la decisión de que nuestra ciudad posea una de las menores cargas impositivas de toda la provincia de Córdoba. Desde el 2023, eliminamos 59 tasas y generamos programas de incentivos para atraer inversiones”, dijo el intendente.
Todo esto, con un telón de fondo particular: hasta agosto pasado, el municipio acumulaba una fuerte caída en su recaudación, del orden de los $500 millones.
La ciudadanía de Jesús María, sin alivio
Esa secuencia de alivios fiscales sectoriales se da en simultáneo con una suba de las tasas municipales de Jesús María para sus 40.000 vecinos. Ellos, a diferencia de las entidades bancarias, no son beneficiarios directos de una menor presión impositiva, sino más bien todo lo contrario.
Durante la discusión y aprobación del Presupuesto 2025, por primera vez en años Jesús María se desmarcó de un acuerdo no escrito, pero siempre vigente y cumplido estrictamente, de que junto a los municipios vecinos de Colonia Caroya y Sinsacate aumentarían sus tasas cada año en la misma proporción.
Ganancia doble: unificaban criterios económicos y políticamente amortiguaban críticas y eventuales reclamos.
El acuerdo regional incumplido por Federico Zárate
Para este año, Colonia Caroya aumentará sus tasas un 130%. De hecho, en la apertura de sesiones, la intendenta Paola Nanani, anunció esta semana la eliminación de 12 tasas para incentivar que impactan sobre el comercio y la producción, pero Jesús María sube la tasa a la propiedad un 160% y el agua potable, un 200%, contra una inflación anual que en 2024 cerró en 117,8%.
En rigor de verdad, el aumento real será mucho mayor, especialmente para la ciudadanía de Jesús María que no haya podido pagar por anticipado mediante la cuota única anual.
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El intendente de Jesús María, Federico Zárate, y su antecesor, Luis Picat.
Fuente: X
Esto es porque las subas mencionadas sólo impactan en la primera cuota bimestral. Las siguientes se actualizan automáticamente por inflación, que el municipio de Jesús María proyecta en el orden del 40%.
Un criterio con el copyright de Luis Picat
La imposición es doble. Si ya durante 2024 los vecinos pagaron mes a mes cedulones con precios actualizados, ¿por qué va de nuevo ahora la fórmula de una suba inicial de 160% o 200%, más la carga extra de la actualización cada dos meses?
Ese mismo criterio impuso Picat cuando fue intendente, antes de Zárate. En 2023, los vecinos de Jesús María pagaron tasas con una suba real del 206%, 80 puntos por encima de la inflación anual registrada.
El modelo libertario nacional parece replicarse hacia abajo sin fisuras: menos impuestos a los peces gordos (bancos, exportadores, mineras) y fuertes subas para los sectores de menor capacidad contributiva (vecinos, monotributistas, jubilados).