El macrismo le exigió a Karina Milei revisar el decreto presidencial. Cómo llega el Gobierno a la sesión por el veto a jubilaciones. La agenda de Sturzenegger.
Cristian Ritondo y Silvia Lospennato, del PRO, promotores de la ley de acceso a la información pública que resiste Javier Milei.
La cumbre en la Casa Rosada entre funcionarios del gobierno liderados por Karina Milei y las comitivas legislativas del PRO y La Libertad Avanza (LLA) no alcanzó para definir una corrección al decreto que restringe la ley de acceso a la información pública. El obstáculo es que Javier Milei se niega a divulgar su agenda en la Quinta de Olivos.
Sí hubo consenso en difundir en línea información que suele ser requerida en forma reiterada, mientras que podrán desestimarse los pedidos de opiniones, que se hicieron muy frecuentes. En la reunión, que tuvo la coordinación del secretario de relaciones parlamentarias Omar de Marchi y la participación de los exoficialistas del MID, las macristas Silvana Giúdice y Silvia Lospennato llevaron el reclamo de retomar la aplicación plena de la ley de acceso a la información, pero sólo lograron el compromiso de reunir una “mesa técnica” esta semana.
Fue el mayor punto de desacuerdo del encuentro de este lunes, en el que además el Gobierno buscó garantizar la aceptación de los aliados al veto de la reforma previsional, que se discutirá en la sesión del miércoles. El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, detalló la agenda que enviará en proyectos desde la semana próxima.
El decreto de Milei deja en sus manos la facultad de considerar cuándo una información es pública y cuándo es privada. “Él no quiere relatar su vida cotidiana. Si no viviera en la residencia presidencial, no sería necesario. Eso hay que aclararlo”, explicó a Letra P una fuente del Gobierno. En Balcarce 50 dicen haber recibido más de 500 pedidos de acceso a datos públicos este año y lo comparan con 2023, cuando el número de solicitudes no llegó a 100.
El decreto también impide la difusión de otras informaciones como anotaciones personales, datos preliminares a medidas de Estado o todo material considerado “sensible”, una definición que el Presidente de turno puede interpretar a gusto.
“La manera de responder a la cantidad de pedidos es con una transparencia activa, que es publicar datos. Mientras que los pedidos de opiniones no están previstos. Pero creemos que en el decreto hay cosas que están en la ley y la reglamentación está cercenando”, sostuvo Lospennato al salir de la Casa Rosada.
A la reunión de la mesa técnica de esta semana -sin fecha- se sumará Karina Banfi, de la UCR, una de las especializadas en el tema. Fue una de las voces que el miércoles exigió a Guillermo Francos derogar el decreto reglamentario.
Banfi se llevó del recinto una promesa de revisión por parte del ministro que no está garantizada, al menos en su totalidad, según confirmaron a Letra P fuentes cercanas al Presidente. “Milei no va a responder pedidos sobre cuántos perros tiene o a qué amigos recibe. En eso no va a ceder”, remarcan.
En la Casa Rosada no estuvo Francos, aquejado por problemas de salud. La posición del Presidente la expresó el funcionario de Interior Lisandro Catalán. El otro funcionario fue el secretario de Transformación del Estado y Función Pública, Maximiliano Fariña.
El PRO estuvo coordinado por el jefe del bloque, Cristian Ritondo: el MID, por sus tres miembros: Oscar Zago, Eduardo Falcone y María Cecilia Ibáñez.
Al igual que el 30 de agosto, cuando Milei recibió al PRO, la hermana presidencial hizo ir a la Casa Rosada a oficialistas de la cámara baja, esta vez liderados por el presidente de ese cuerpo, Martín Menem. Estuvieron además Gabriel Bornoroni, Nadia Marquez, Carlos Zapata y Santiago Santurio.
Ritondo le reprochó a Karina Milei no haber sido consultado para tomar decisiones, como -argumentó- se comprometió Milei hace diez días. Según informó el diputado al salir, acordaron que haya reuniones semanales para evitar desencuentros.
Catalán hizo el conteo para quedarse seguro de que el miércoles no volverá a haber miembros del PRO y del MID que no se animen a rechazar la reforma previsional, como ocurrió en junio. Esta vez será decisivo.
Lospennato, una de las que no se quiso quedar esa vez, garantizó que votará en contra, pero aclaró que no será gratis. “A ustedes los votan los pibes, a nosotros los viejos”, desafió la diputada.
La bronca en el PRO es que el Gobierno no aceptó la salida alternativa de pagar el 8,1% en cuotas, acercada por María Eugenia Vidal.
Ritondo aprovechó para pedir una coordinación conjunta y Lospennato describió la larga agenda del PRO que aún no camina en Diputados, con temas como ficha limpia. Los debates en comisiones se diluyen.
La última parte de la reunión fue para que Sturzenegger cuente sus planes desreguladores, que empezarán con el envío de la ley de hojarascas, un compendio de derogaciones o reformas de viejas normas que, según el Gobierno, impiden la libertad económica y civil.
Esto último tendrá un capítulo especial con la reforma de ley de divorcio, para que pueda realizarse en forma express, con un sistema flexible de inscripción de sucesiones patrimoniales.
Se trata de uno de los capítulos de la versión original de la ley ómnibus que fue desechada en el verano por el rechazo de la oposición dialoguista.
El PRO y el MID aceptaron esta idea, pero advirtieron que las simplificaciones de procesos judiciales no debe alterar el traspaso de la justicia a la Ciudad de Buenos Aires “ni tomar cuestiones de fondo de orden penal”, señalaron a Letra P fuentes del macrismo.
Otro tema que estaría en debate sería un proyecto para evaluar a los docentes de todo el país, con examen final. No será fácil que pase por el Congreso, por el recelo que siempre hay a las autonomías provinciales.