Javier Milei logró aprobar en el Senado la ley ómnibus, con modificaciones dispuestas en el debate en comisiones y otras incorporadas en la sesión que deberá evaluar ahora en Diputados, que tiene la opción de considerar los cambios o ratificar el texto aprobado en esa Cámara. Al término de esta nota, se realizaba el debate en particular. La expectativa estaba puesta en qué ocurriría con las facultades delegadas.
La votación llegó después de 12 horas de debate y a un mes del ingreso del proyecto desde la cámara baja. Finalizó con un resultado 36 a 36 y fue necesario un desempate de Victoria Villarruel, quien se mantuvo al mando de la sesión porque el Presidente retrasó su viaje a Italia para participar del G7. La vicepresidenta quiso dar un discurso antes de emitir su voto, pero desde Unión por la Patria gritaron al unísono para impedirlo. Sus palabras sólo se escucharon ante las cámaras.
“Hoy vimos dos Argentinas, una Argentina violenta que incendia un auto, que arroja piedras y que debate el ejercicio de la democracia; y otra Argentina: la de los trabajadores que están esperando con profundo dolor y sacrificio que se respete la votación que en noviembre del año pasado eligió un cambio”, dijo Villarruel, sin que nadie a su alrededor la escuchara.
La ley ómnibus, adentro
El proyecto fue aprobado con apoyo de los bloques La Libertad Avanza, el PRO, Cambia Federal, Unidad Federal y los partidos provinciales de Misiones y Río Negro. También votó a favor la UCR, a excepción de Martín Lousteau, el titular del partido, quien presentó un dictamen propio, pero de todos modos garantizó el cuórum.
La presencia del presidente de la UCR fue decisiva por la decisión de no ayudar a iniciar la sesión que tomó el bloque de Santa Cruz, integrado por José María Carambia y Natalia Gadano, quienes luego fueron al recinto a votar en contra. “Hay poco y nada de la ley bases que le cambie la vida a los jubilados, a la clase media y a las pymes”, sostuvo Lousteau, uno de los primeros oradores.
El tratamiento se extendió por 12 horas. Estuvo a punto de interrumpirse, cuando el senador kirchnerista Eduardo De Pedro pidió un cuarto intermedio por la represión que se produjo fuera del Congreso.
El senador perdió la votación, a mano alzada, después de una fuerte discusión con Villarruel. La UCR sólo aceptó que dos referentes por bloque fueran a recorrer el operativo, que por el uso de gases de a ratos hacía imposible caminar por la planta baja.
Los cambios de Javier Milei
Como explicó Letra P, el Gobierno negoció cambios durante toda la jornada para consolidar la mayoría que le permitió aprobar la ley en general.
Al inicio del debate, el presidente provisional, el libertario Bartolomé Abdala, anunció la primera tanda de modificaciones que surgió de la negociación con la oposición dialoguista en los últimos días. Se quitó del listado de empresas a privatizar Radio Televisión Argentina, Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino.
También se sumaron organismos que no podrán ser disueltos, como los vinculados a la cultura; la Comisión Nacional de Energía Atómica no podrá ser intervenida; y las obras públicas con 80% de ejecución deberán ser retomadas, al igual que las que tienen financiamiento de organismos internacionales.
Se aumentaron los plazos para presentar proyectos en el Registro de Grandes Inversiones (RIGI) y se eliminó el artículo que derogaba la reforma previsional.
Presionados por Lousteau, en la UCR no quedaron del todo conformes y fueron por más: consiguieron acotar el RIGI a proyectos agroforestales, infraestructura, minería, energía y tecnología. Sólo estos rubros tendrán los beneficios impositivos y cambiarios con inversión desde U$S 200 millones. Además, se armó un registro de pymes argentinas para que sean proveedoras.
También en el texto aprobado se aumentaron los plazos de excepción de los cobros de exportaciones de productos adheridos al RIGI a la obligación del ingreso y/o negociación y liquidación de cambios. Serán de entre dos y cuatro años; en vez de entre uno y tres. Los porcentajes de declaración se mantienen entre 20 y 100%.
La ayuda de los dialoguistas
El proyecto mantuvo aspectos centrales que serán sancionados en una sesión de Diputados, prevista para el 26 de junio. Uno es la reforma del Estado, que permite intervenir y disolver organismos, con una larga lista de excepciones. Milei quedaría facultado para remover empleados públicos y pasarlos a disponibilidad. Pasó sin filtro la reforma de proceso administrativo, que permite castigar al Estado si no responde a las demandas de particulares.
La reforma laboral se mantuvo, con aumento de período de prueba y reemplazo optativo de indemnizaciones por un fondo de cese laboral. Se podrá contratar a tres empleados sin registrar. El Senado incorporó el artículo que aumenta penas por bloqueos. Diputados debe definir si lo sostiene.
La oposición dialoguista intentó justificar su ayuda al Gobierno. "La gente votó a este Gobierno y nosotros debemos darle herramientas. Vamos a acompañar y tratar de ordenar la Argentina hacia un futuro mejor", sostuvo el jefe de la UCR, Eduardo Vischi.
Luis Juez, del PRO, afirmó que “no hay registro desde la vuelta de la democracia que en seis meses de gobierno un presidente no tenga un instrumento para armar una hoja de ruta". "Luego veremos si el instrumento que él eligió funciona, si la economía se reactiva y se sosiega la angustia", completó.
La kirchnerista Anabel Fernández Sagasti respondió: "Ni un solo artículo de esta ley, ni una sola coma, beneficia a las pymes. Muchos hablan con la izquierda y después votan con la derecha. Y se llenan la boca hablando de las pymes pero esta ley las destruye a las pymes".
El cierre estuvo a cargo de Ezequiel Atauche, de LLA. "¿Porque tantos recursos naturales y somos tan pobres? ¿Qué hay en el medio? La vieja política, que está hoy aquí buscando el pelo al huevo para que no se sancione esta ley", acusó.