SEMANA SANTA FE

UCR y socialismo, un matrimonio tan necesario como tóxico

Los dos socios más importantes de Unidos atraviesan un frente de tormenta. Maximiliano Pullaro avanza y el PS quiere imponer sus condiciones en Diputados.

Así asoman el presente y el futuro de un tire y afloje permanente en Santa Fe.

Idas y vueltas del radicalismo y el socialismo

A esta altura parece una lógica tóxica del vínculo. El radicalismo, con todo el peso del comando del Estado y la audacia de Pullaro, avanza y avanza. El socialismo, con mayoría oficialista en Diputados, se esfuerza una y otra vez para imponer condiciones y pedir modificaciones. A veces, el PS tiene más olor a oposición que la propia oposición santafesina.

Hay matices. El socialismo que tensa es el que ganó las legislativas de la mano de Clara García y tiene a Joaquín Blanco como jefe de bloque. “Popi” es una de las personas más amadas y odiadas –a la vez– de la política doméstica. Hay otro eje interno, que tiene a Antonio Bonfatti en la cámara baja y a Susana Rueda como ministra de Cultura, que ya le avisó a Pullaro hace un par de meses que no comparte la estrategia de los primos. “Ahora conducen ellos y nosotros acompañamos”, aclara un exponente del sector que, al mismo tiempo, avisa que “no hay intención de resquebrajar la unidad partidaria”.

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“Si en Unidos todo es uniforme achicamos la coalición”, contraataca una de las espadas del grupo que siguió a Miguel Lifschitz. Ese sector del socialismo defiende los matices y las tensiones porque el oficialismo requiere de “voces firmes”. Proclama, a su vez, un diálogo permanente con Pullaro y el presidente de la UCR, Felipe Michlig, para remarcar la solidez de la alianza.

No es nueva la tensión en Unidos para Cambiar Santa Fe

El gobierno provincial admite la tensión, pero considera que arrancó hace unos meses. “Están tratando de poner en valor el pedacito que administran”, señala uno de los funcionarios más encolumnados del Ejecutivo.

Si bien el sector tiene unos para nada despreciables nueve escaños, el pullarismo ya demostró que se atemoriza en ir a buscar lealtades fuera de Unidos. Ya ocurrió más de una vez con el perottismo y con el endeudamiento sorprendió al conseguir el aval de los senadores del PJ.

Pasó desapercibido, pero para conseguir los dos tercios necesarios para el tratamiento sobre tablas del proyecto, el gobierno gestionó las ausencias de una diputada massista y dos jugadores de Amalia Granata. Además, para demostrar la solidez del acuerdo con los senadores, consiguió el voto positivo de la exvicegobernadora Alejandra Rodenas. La diputada luego votó en contra del endeudamiento, pero le sirvió al gobierno de Pullaro para alentar la votación. La terminal que conforman la dupla entre Armando Traferri y Rodenas, evidentemente, está intacta.

La construcción de Maximiliano Pullaro

“El gobierno construye relaciones y va ampliando”, proclama el pullarismo. En esa lógica, en la Casa Gris no dejan de observar que la agenda está absolutamente nacionalizada, más aún después de la confirmación de la condena a Cristina Fernández. Ese será otro punto de discordia entre el radicalismo y el PS.

La UCR entiende que no es negocio elevar a Unidos a una categoría nacional con una agenda hiperpolarizada. Tampoco, según sus intereses, enfrentar a ciegas a La Libertad Avanza, porque hay en Santa Fe un electorado compartido. El socialismo, en cambio, sí entiende que hay que hacer una oposición dura al presidente Javier Milei. Se abrirá, seguramente, otra puerta de conflicto entre los socios.

La presidenta de la Cámara de Diputados Clara García y el gobernador Maximiliano Pullaro, pilares de Unidos para Cambiar Santa Fe.
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