DEME DOS EN EL CAMPO

Doble Nelson a la maquinaria agrícola: boom de ventas con importaciones desde Brasil y bienes usados

Máquinas con poca integración local lideraron las operaciones del primer trimestre. Las unidades de segunda mano dieron el golpe letal.

Las fábricas nacionales de maquinaria agrícola les reclaman a Javier Milei y a Toto Caputo que bajen los impuestos para competir con la avalancha de importaciones desde Brasil que habilitó el Gobierno. Además, las siete terminales globales radicadas en el país, que traen partes y unidades terminadas, se quejan por el ingreso de equipos usados.

“Hicimos un estudio de competitividad y el principal factor es el impositivo. Sólo la diferencia entre la alícuota de IVA con que compramos insumos, respecto de la que vendemos, influye en un 7% en el valor final de cada máquina”, le dijo a Letra P Enrique Bertini, presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA).

Al mismo tiempo, a las multinacionales, casi todas con sede en Brasil y plantas en Argentina, que se reúnen en la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT), el Gobierno les habilitó la importación de máquinas importadas usadas, que son las mismas que ellos venden OKM. John Deere, Class y AGCO (Massey Ferguson, Valtra, Challenger y Fendt), entre otras, ya advirtieron que no van a realizar los servicios de post venta a las importadas usadas aunque sean de sus compañías.

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El sector de maquinaria agrícola nacional, que ubicó a Argentina entre los 30 exportadores de maquinaria agrícola del mundo y, que ocupa a 40.000 puestos de trabajo, no tiene interlocutor oficial.

“Pedimos al Gobierno que arme una mesa de trabajo, hasta ahora no hemos sido escuchados”, dijo Bertini y agregó: “Fuimos a la Secretaria de Industria de Esteban Marzorati, pero la política económica baja del triángulo de hierro y los secretarios no tienen poder para definir nada".

Brasil es más barato

Bertini explicó que “las provincias cobran Ingresos Brutos por 33% y los colegas brasileños pagan un 16%”. Fabricantes locales y ejecutivos de las multinacionales le apuntan a Sturzenegger. “Tiene un desconocimiento ilimitado del sector, festejó como un gol la importación de maquinaria usada. No tiene idea del daño que hace y de las consecuencias negativas”, plantean.

Un asesor del sector metalúrgico agregó otra complicación del momento: en Brasil el costo de la mano de obra, calculada en dólares, es la mitad del salario de un metalúrgico argentino. “Es la paradoja del dólar atrasado, que además hace muy difícil la exportación”, dijo.

En la muestra Agroactiva, Adrián Scarpeccio, titular de la firma Búfalo S.A., una de las mayores exportadoras de maquinaria, con alianzas estratégicas en el mundo y más de 5.000 sembradoras exportadas, aseguró que "con este dólar no nos dan los números y perdemos clientes".

Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), que el equipo de Caputo celebró, muestran que en el primer trimestre de 2025 el sector de la maquinaria agrícola creció en unidades en relación con 2024: se vendieron tractores +19%, sembradoras +43,8%, cosechadoras +58,1%, implementos +36,4%. Fue el mejor primer trimestre desde 2019.

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“El 98% de las cosechadoras que se venden en el país son brasileñas y el 86% de los tractores también”, afirmó Bertini, quien no toma en cuenta las cifras del INDEC y ni el dato de patentamientos porque “no discriminan entre productos importados y productos realizados con mano de obra local”.

“Hubo mayor movimiento en las operaciones producto de los créditos de ExpoAgro, pero es un negocio de los brasileños. Si el Gobierno les permite vender sin necesidad de integrar localmente, su negocio es vender. En Argentina nunca se pudo definir que es producto nacional, no lo hicieron los gobiernos anteriores y menos éste”, planteó.

El sector tiene tres patas básicas para funcionar, la cosecha, que fue buena en la zona núcleo; los precios de los granos, que bajaron y dejaron la rentabilidad al filo; y el crédito, que renació en la era Milei. En Agroactiva se gestionaron préstamos por u$s 6.500 millones para maquinaria agrícola.

El parque de maquinaria agrícola está envejecido y necesita renovación. En Agroactiva, las multinacionales mostraron una baja de precios del 15% en sus unidades.

Toto Caputo ignora a Vassalli

Las fábricas de cosechadoras fueron prácticamente arrasadas en el país. En algún momento existían casi 30, actualmente sobrevive Vassalli, ubicada en la localidad santafesina de Firmat y que tiene casi 300 trabajadores.

En 2024, la compró para recuperarla el empresario entrerriano Eduardo Marso. Prevé fabricar 60 máquinas este año con innovaciones específicas para el sistema de siembra directa. Sigue explorando mercados externos, por caso, en países de Europa del este.

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La industria preocupada por las importaciones de maquinaria agrícola

La industria preocupada por las importaciones de maquinaria agrícola

En diálogo con Letra P, allegados a la firma explicaron: “Estamos produciendo cuatro modelos de máquina y tenemos tres modelos más en desarrollo. Tenemos proveedores locales, pero por costos ya se están buscando reemplazante importado”.

Estas agripartes importadas reemplazan el trabajo de los talleres metalúrgicos que son proveedores naturales de las empresas nacionales y que conforman la cadena de valor metalúrgica, fundamental en el triángulo productivo de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires.

“La familia Marso está haciendo una patriada con Vassalli. No está especulando y el Gobierno no ve este esfuerzo fabuloso”, afirmó Bertini.

Sturzenegger y la maquinaria usada

“La medida es una aberración. Es una muestra de que el Gobierno no conoce el sector, no conoce el interior, no sabe de qué vive la gente. Importar máquinas usadas es un placebo que a la larga nos va a traer un dolor de cabeza”, dijo a este portal Néstor Cestari, quien exporta desde hace décadas al Mercosur, Europa central y del Este desde la localidad bonaerense de Colón.

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Néstor Cestari y su equipo, preocupados por las importaciones de maquinaria usada.

Néstor Cestari y su equipo, preocupados por las importaciones de maquinaria usada.

“La competencia sólo en las empresas nacionales es muy dura y a esto hay que sumarle el ingreso de las importadas. Ahora los equipos usados complican hasta a las multinacionales, porque les compiten directamente con los mismos productos”. explicó Cestari.

“Nosotros nos arremangamos hace años para competir, pero si este Gobierno, por bajar costos, deja entrar a los productos chinos o turcos; nos vamos a fundir todos”, afirmó Cestari que ya compite con una marca de tolvas brasileñas que vienen totalmente armadas desde Brasil y se venden en la ciudad santafesina de Rosario.

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Cestari precisó que para la industria de la maquinaria agrícola en Brasil tiene una carga impositiva, sin contar cargas laborales, del 12%; México del 20%; y en Argentina tenemos un 33 al 35%. Es difícil competir, son muchas asimetrías. Por ejemplo, los créditos subsidiados por Estado que tienen en Brasil”.

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