Desde la habitación del piso 21 del hotel Libertador, el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, bajará al búnker montado en el primer piso cuando conozca los resultados de la provincia de Buenos Aires. Le permitirán saber si, a la frustración de no poder ganar en primera vuelta, le suma la de no ser el más votado de las elecciones primarias y quedar detrás del oficialista Sergio Massa, un escenario que no estaba ni en sus peores pronósticos, pero que sus colaboradores no descartan.
Los asesores del economista no descartan un segundo puesto si la caída en Buenos Aires es tan estrepitosa como indican algunas actas que empezaron a llegar. "Si Massa pasa los 40 puntos, suma la mitad a nivel nacional y te mueve todo el tablero. Es lo que tenemos que esperar", reconocían.
En las cuentas de la tropa libertaria figuran triunfos en Córdoba, Mendoza y en provincias del norte, una buena elección en Santa Fe y actuaciones aceptables en la Patagonia. El problema es el territorio bonaerense -donde Carolina Piparo era la candidata de LLA- y sobre todo el conurbano, donde Massa repuntó más de los esperado por los estrategas de LLA.
"Desde (la incorporación de Luis) Barrionuevo en adelante, sólo hicimos cagadas", protestaba uno de los candidatos de LLA en el búnker, mientras le llegaban datos de la provincia de mesas bonaerenses. Había reproches a Milei por cuestionar al Papa Francisco y empujar una militancia en su contra.
Una muestra del clima de incertidumbre y reproches que hay es que había dirigentes que le cuestionaron a Guillermo Francos haber dicho a las 18.30 que era una elección pareja. "¡Le dio el escenario a Massa!", lo cuestionaban.