A poco más de una hora del cierre de los comicios, en el equipo del candidato a presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, admiten que los primeros resultados que llegan no les permiten ganar en primera vuelta, el sueño que tenía el economista para este domingo por la noche, sino que lo colocan en un ballotage con el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa. Pero además hay temor sobre un estancamiento que tampoco le posibilite terminar la jornada con un cómodo primer puesto.
"Nadie piensa en ganar en primera vuelta. Sabíamos que iba a haber una segunda", confirmó en un breve diálogo con la prensa Guillermo Francos, uno de los asesores de Milei, en el búnker de La Libertad Avanza que funciona en el Hotel Libertador, de la Ciudad de Buenos Aires. "Sabemos que es una elección muy pareja, como se ha visto en todas las encuestas que se han hecho públicas", fue otra de las frases del exrepresentante argentino en el BID, quien informó además que hay denuncias por roturas de 4500 boletas. "Vamos a pedir que se consideren válidas", anticipó.
La paridad no estaba en los planes de Milei, quien esperaba al menos ampliar el primer puesto de las elecciones primarias. Después de votar en la sede de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), el economista se instaló en el piso 21 del hotel, donde llegaron su hermana Karina, su pareja Fátima Flórez, el candidato a jefe de Gobierno, Ramiro Marra; y el legislador porteño Oscar Zago, entre otros.
El pequeño salón del hotel está abarrotado de periodistas de todo el mundo y después de las 18 comenzaron a acercarse algunos colaboradores de Milei, para confirmar que el sueño de la primera vuelta no fue posible. "Tampoco podemos lamentarnos. Hace tres meses no sabíamos si pasábamos los 20 puntos", fue una frase que dejó uno de los principales asesores del economista. Sin bocas de urna encargados, a las 19.30 los dirigentes de LLA comenzarán a recibir las actas de los fiscales, esas que en agosto les confirmaron un primer puesto que no esperaban.
Milei bajará después de las 22 horas, con números más certeros. Si los resultados lo justifican, no descarta salir afuera a hablar a la calle, ante la militancia que se acerque. No está garantizado.