Javier Milei cava su propia grieta con la receta de siempre
El Presidente apela a la vieja carta del adversario K. La repetición de disparates como estrategia política y el olor nauseabundo de la deriva autoritaria.
La realidad argentina es trepidante y a Javier Milei le sobran problemas de los que ocuparse. Sin embargo,la noticia del lunes fue la pelea encarnizada que el Presidente libró en Twitter con una cuenta fake del gobernador bonaerense Axel Kicillof. ¿Ese fue el tema del día? Sí, y eso habla de un estado de cosas en descomposición.
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En su posteo, destrata al principal dirigente de la oposición, a quien le cuenta las costillas sin piedad y, entre otras cosas, le reprocha un supuesto "accionar liberticida durante la pandemia".
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Advertido de que el mensaje que motivó su diatriba había sido escrito por "Axel Kici Love", una cuenta de 5.700 seguidores, mandó al equipo de comunicación de la Presidencia a difundir otro posteo en el que insiste en su argumentación arrobando al verdadero gobernador bonaerense. No hay remate.
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El papelón dio tanta risa que el diputado Leandro Santororogó por el regreso del defenestradoIñaki Gutiérrez al manejo de las cuentas presidenciales.
Prehistoria de una gaffe
La tirria tiene algunos días de cocción.
La defensa que hizo la diputada peronista Julia Strada del carácter estatal del Banco Nación motivó a Milei a descalificarla en una entrevista radial como "una pseudoeconomista floja de papeles". Strada, a su vez, le contestó con un hilo en el que deshizo, con datos precisos, la porfía presidencial en privatizar una entidad que no solo es clave para el desarrollo nacional, sino que gana dinero. Parece que el hombre se quedó con la sangre en el ojo.
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La apología que hizo "Kici Love" de la mencionada, ponderando los antecedentes del gobernador como economista en relación con los magros del primer mandatario, resucitó la ira Milei, pero lo sugestivo es que eso coincidió con una referencia confrontativa del vocero Manuel Adorni.
Este se apalancó en un tiroteo por una disputa de tierras en La Matanza, que dejó cinco muertos, para burlarse de "tanta publicidad del Estado presente".
El Gobierno busca deliberadamente el choque con el principal referente institucional que tiene hoy el peronismo.
La repetición hace estrategia
Los dichos de Adorni no fueron una casualidad, lo mismo que el capricho de Milei de buscar el cuerpo a cuerpo con un dirigente que ni lo mencionó. Si hay método, es estrategia.
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El ultraderechista observa que la realidad aprieta y que crece el riesgo de que su nivel de ponderación social acuse pronto cuenta de ello.
Ante eso, se aferra a la carta que, en la campaña, le permitió crecer del 30% hasta el 55% –el antikirchnerismo–, una que viene desgastada por exceso de uso y que es ajena a su discurso original, pero que podría volver a servirle en la emergencia.
La agresividad, con todo, no se vuelca sólo sobre un gobernador de cuya estabilidad depende, en buena medida, la estabilidad del Gobierno, dado que las crisis sociales en el conurbano bonaerense suelen estallar en la Plaza de Mayo.
Al contrario, tras la disputa del mandatario con la memoria de Hugo Arana, el biógrafo de Milei, Juan Luis González, resaltó con acierto que en los últimos días este se ha peleado con la periodistaSilvia Mercado por una apostilla de color sobre sus perros clonados, con una serie de artistas populares y con todo lo que se le puso adelante.
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Asimismo, no dejó de acusar de "coimeros" a los diputados, en especial a aquellos que quieren salvar el corazón de su ofensiva desreguladora. El pichettismo salió a reclamarle que cese con los "agravios", mientras que el radical Rodrigo de Loredo le advirtió, recio, que sus insultos no evitarán que le brinde al Gobierno "las herramientas legales que necesite". Fuerte. Acá no entiende quien no quiere.
¿Son o se hacen?
El detalle agobia, pero es útil para pensar qué le pasa a esta gente.
Así, el Gobierno briga con todo el mundo, tratando de arriar a los díscolos hacia posturas que, asegura, valida una mayoría social que se sostiene sin fisuras desde el ballotage. ¿Será así?
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Para generar ese efecto se vale de recetas de comunicación similares a las aplicadas por otras ultraderechas en el mundo, sin reparar en que ni Donald Trump ni Jair Bolsonaro, por caso, debieron cabalgar sobre un país que registra más de 200% de inflación anual, que para abatirla se ha optado por un ajuste socialmente corrosivo y que la receta prescripta tiene efectos secundarios tan severos que hacen que el paciente se levante de la cama y amenace con huir del hospital.
¿Vamos hacia un modelo a lo Bukele, quien cobró su primera notoriedad internacional por echar a sus funcionarios por Twitter?
La parte de la sociedad que avaló con su voto el amateurismo y el autoritarismo del candidato Milei podría no avalar el amateurismo y el autoritarismo de un presidente que rigorea al Congreso, descalifica a la oposición y hasta al "opoficialismo", se pelea con periodistas críticos y "del palo" y, más grave, amenaza a la sociedad con ajustes mayores que suenan más a venganza que a plan económico.
Tal como van las cosas, la pretensión de "domar" literalmente a medio país podría convertirse en un bumerán en un abrir y cerrar de ojos, volviendo en contra todo lo que el oficialismo se autocelebra.
Llegado ese caso, ¿prevalecerá un sano baño de humildad o lo harán las mañas autoritarias, los amagues represivos, la intención de suma del poder público, el lenguaje macartista, los decretazos y las amenazas de referéndum a toda hora?
Esa anunciada deriva autoritaria del mileísmo es lo que huele a podrido.
Los De Loredo del momento le harían un favor al país e incluso al oficialismo si demostraran que la democracia argentina no es un chicle que se dobla sin fin.