El candidato a presidente de la Libertad Avanza, Javier Milei, confirmó esta semana que participará de los dos encuentros del debate presidencial previstos por ley con sus cuatro contrincantes para llegar a la Casa Rosada, pero antes exigió dos garantías para no dejar su silla vacía: que las repreguntas no se realicen en un cara a cara y supervisar la selección que se hará de las consultas de la ciudadanía.
Milei y su hermana Karina aterrizaron este viernes en Estados Unidos, en un viaje que sorprendió a su equipo de colaboradores, que debió suspender una visita a San Luis organizada para este fin de semana. En su entorno se preocuparon por negar cualquier agenda política y económica. “Sólo fue por temas personales”, aclararon. Hace dos meses también tuvo un desembarco norteamericano repentino de 48 horas sin previo aviso para visitar a un rabino.
Ambos Milei tienen previsto retornar el domingo y el lunes Karina participará de la reunión decisiva en la Cámara Nacional Electoral para definir los términos finales de los debates presidenciales, que serán el 1 y 8 de octubre, en Santiago del Estero y la Ciudad de Buenos Aires.
Los anteriores encuentros de la jefa de campaña con los representantes de los otros cuatro candidatos fueron tensos. Tanto, que durante una discusión preguntó cuál era la sanción si su hermano no concurría. El resto de los apoderados se apuró en filtrar esas discusiones y obligaron a Milei a aclarar que nunca pensó en ausentarse, una decisión que desde 2019 tiene sanciones porque los debates presidenciales están regulados por ley.
Al libertario no le causó gracia que el reglamento obligue a tomar decisiones por consenso entre los candidatos y, si no es posible, autorice a la Cámara electoral a fijar condiciones por su cuenta. Milei no está dispuesto a llegar a esa situación, si siente que las reglas del juego lo perjudican. Para evitarla, le encargó a su hermana conseguir pautas claras para los dos temas que más lo incomodan: la modalidad que se usará para que los candidatos realicen repreguntas y la incorporación de las consultas de la ciudadanía, una de las novedades que tendrán los debates.
La otra innovación es la obligación para los aspirantes presidenciales de explicar cómo van a cumplir sus propuestas, un segmento que también se convirtió en el más esperado para los detractores del libertario. A él esto no le preocupa tanto.
Las repreguntas ya se implementaron en 2019, pero Milei se asustó cuando supo que habían surgido propuestas para que se realicen mediante un careo entre los candidatos, similar al que tuvo que someterse en el debate de la elección de la Ciudad en 2021, organizado por la señal de TV Todo Noticias. En aquella ocasión, el diputado la pasó mal en el mano a mano con la candidata de la izquierda Miriam Bregman, a quien ahora vuelve a enfrentar en la contienda presidencial.
“No vamos a aceptar que los cuatro candidatos pidan llevar a un rincón a Javier para masacrarlo. Eso no va a pasar”, remarcan en el equipo de La Libertad Avanza.
La otra discusión de Karina es por el protocolo que se usará para incorporar preguntas de la ciudadanía, porque su hermano teme que los organizadores filtren consultas para dejarlo mal parado y así favorecer a sus rivales. En las últimas conversaciones, a la jefa de campaña le quedó claro que podrá supervisar la recepción de las preguntas para evitar una selección maliciosa de algún organizador. No confía en los moderadores.
Hasta el jueves a la noche, antes de subirse al avión, Karina Milei creía que estaba cerca de asegurar las condiciones que exigía su hermano para debatir. De todos modos, la reunión decisiva será el lunes y fuentes de la Cámara electoral señalaron a Letra P que ningún candidato deslizó señales de querer arruinar todo. El jueves se hará el sorteo para ordenar los momentos que tendrá cada uno.
Los preparativos
Santiago Caputo es el consultor político elegido por Milei para esta campaña y, después del triunfo de las primarias, lejos está de pensar en cambiarlo. Es sobrino de Nicolás Caputo, el amigo de Mauricio Macri, y conoció al candidato presidencial a través de los legisladores porteños Ramiro Marra y Eugenio Casielles, sus amigos desde la juventud.
Caputo repasa cada discurso de Milei, quien suele preparar los apuntes con mucha antelación. Con los debates presidenciales no será la excepción, sólo que esta vez el candidato presidencial también estudiará cada temática con sus especialistas.
Por caso, ya empezó repasar las problemáticas de Salud, Trabajo, Desarrollo Social y Educación con Sandra Pettovello, quien si el libertario es presidente tendrá a cargo esas áreas en el Ministerio de Capital Humano.
Con Diana Mondino, Milei intercambió lineamientos de la política exterior. Para todos los temas consulta además a Nicolás Posse, su excompañero en Corporación América y futuro jefe de Gabinete si La Libertad Avanza gana la elección presidencial.
Otro desafío del diputado durante los debates será aclarar sus frases más polémicas, como la propuesta que hizo hace un año de habilitar la venta de órganos, un momento que sus asesores recuerdan como el primero en el que su imagen pública se derrumbó por unas semanas, pero luego repuntó. Otra paso en falso reciente fue su promesa de cerrar el Conicet, que improvisó durante una entrevista televisiva y fue capitalizada por todos sus rivales.
Quienes pudieron hablar con Milei esta semana, antes de su viaje sorpresivo a Estados Unidos, lo notaron molesto por "las operaciones" que le adjudica a Juntos por el Cambio, e incluyen recortes de videos suyos con frases poco felices, como usar la palabra mogólico como insulto. Recién el lunes por la tarde, después de cerrar las condiciones de los debates, definirá como sigue su agenda. Sólo tiene pautado viajar a La Plata el martes y a San Luis el 16. Nada más.