EL PERONISMO EN SU LABERINTO

Importar el cordobesismo de Martín Llaryora, el desafío del peronismo no K bonaerense

El encuentro de Zabaleta con el gobernador, parte de la construcción de La banda de la sopa. Antes fue Gray. Cómo formatear una agenda federal 2025.

Zabaleta, que el año pasado perdió la intendencia en manos de La Cámpora, habló de la necesidad de construir una opción peronista no kirchnerista más amplia, discutir liderazgos y terminar con las listas "a dedo". Hubo coincidencias en muchos de los planteos y buena sintonía, con acuerdo para difundir el contenido del encuentro y una foto en los que se los ve sonrientes, con una caja de los tradicionales alfajores cordobeses y un poncho.

La foto con Fernando Gray

Los acercamientos hacia el gobernador cordobés de parte del peronismo que integra Zabaleta se repitieron en los últimos meses. En marzo pasado, el que viajó a la provincia mediterránea fue el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, que también difundió sus propias fotos con Llaryora. En las últimas semanas, estuvo con el gobernador otro de los que forman parte del grupo, el platense Federico Martelli, que forma parte de la Red Federal Peronista con el titular del gremio de peajes y dirigentes de todo el país.

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Juanchi, Gray y Facundo Moyano vienen moviéndose en conjunto buscando sumar masa crítica entre intendentes y otros dirigentes territoriales unidos por su enfrentamiento con La Cámpora y con sed de revancha, pero a prudencial distancia del gobernador Axel Kicillof. En mayo pasado, cuando la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezaba su acto en Quilmes, todos ellos compartieron fotos con la leyenda "¡Otra vez sopa!" y el grupo fue bautizado como "La banda de la sopa".

La pata bonaerense

El grupo tiene como primer objetivo intentar convertirse en la pata bonaerense del cordobesismo de Llaryora, que más allá de las fotos con los bonaerenses y con dirigentes del peronismo santafecino parece reacio a la idea de salir de Córdoba con un proyecto de armado nacional.

Pero no encuentran por ahora una figura nacional que se ponga al frente de un armado que parece decidido a competir en las legislativas del año próximo como primera parada para un proyecto presidencial en 2027. Algunos en ese grupo miran al exministro de Economía Martín Guzmán, cada vez más lanzado en su carrera política. Pero la mayoría imagina a Llaryora y a la provincia de Córdoba como una pieza clave para cualquier construcción.

La mirada de Martín Llaryora

Con un complicado frente interno de conflictos gremiales y una delicada situación financiera, el gobernador avisa a los dirigentes que van a visitarlo que por ahora se concentrará en la agenda local. "Si salgo de Córdoba a hacer política, los cordobeses me van a matar", le dijo hace algunas semanas a un grupo de dirigentes peronistas de todo el país de la Red Federal Peronista que fueron a visitarlo.

Como contó Letra P, Llaryora ya no quiere hablar de cordobesismo, el nombre que se convirtió en marca registrada para el movimiento peronista de esa provincia que fundó José Manuel De La Sota y continuó Juan Schiaretti. Hoy, a 25 años del inicio de ese período de gobiernos peronistas con sello propio, se repliega en la marca Partido Cordobés y la proyecta con Hacemos por Argentina como identidad nacional.

En las charlas políticas con referentes del peronismo bonaerense, el cordobés repite que quiere mantenerse lo más lejos posible de la estructura del PJ nacional, donde la conducción interna deberá resolver en los próximos meses la elección de nuevas autoridades. Su destino parece estar en una alternativa de centro, en tándem con otros gobernadores y a toda la distancia posible de cualquier rastro de kirchnerismo.

Moyano, Martelli, Zabaleta y Gray en la fábrica textil Galfione.
Roberto Cristalli, titular del gremio docente de Córdoba. 

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