El intendente de Río Cuarto, Guillermo de Rivas, tomó una decisión que generó controversia: la Maternidad Kowalk dejará de atender los nacimientos para transformarse en un centro pediátrico y de salud sexual y reproductiva. Tras un vaivén comunicacional, el gobierno local insiste en razones médicas de fondo, mientras la oposición lo ha convertido en su bandera.
Todo comenzó con un traspié del nuevo director de la entidad, Diego Cagnolatti, quien en sus primeras palabras como funcionario público pronunció una frase polémica: “No vamos a hacer más partos”. La frase pareció desbaratar de entrada cualquier posibilidad de enderezar la comunicación de esta medida antipática. Aunque había anuncios positivos sobre nuevas prestaciones para embarazadas, niños y varones, todo quedó eclipsado por el punto final a los alumbramientos en la centenaria institución municipal.
Fue tal el ruido que generaron los cambios anunciados en el sur de Córdoba que el resto de las novedades se perdieron en un segundo plano. En ese limbo cayeron los nuevos controles pre y posparto, la atención pediátrica de lunes a viernes, que busca traer soluciones al déficit de médicos con esta especialidad y el trabajo articulado con el Hospital para los nacimientos.
A este episodio le siguió una semana de disputa en la arena pública, principalmente en los medios, donde se vio a un gobierno que nunca terminó de hacer pie para imponer su versión de los hechos e instalar la idea de que tomó una medida positiva para mejorar la atención de personas gestantes. La discusión, lejos de haberse saldado, sigue tan vigente como al principio, con defensores y detractores cruzando declaraciones todos los días, pero también con acciones que empiezan a organizarse.
Sostienen que Río Cuarto no podía garantizar los servicios mínimos
Frente a este escenario, en el gabinete de De Rivas aseguran que era materialmente imposible adecuar las instalaciones de la institución al nuevo paradigma de salud, que implica prestaciones de mayor complejidad y –sostienen- exige contar con una unidad de terapia intensiva y otra de neonatología. Dos servicios que hoy no tiene, pero sí están disponibles en el Hospital San Antonio de Padua.
“No se trata de una definición política, sino de un criterio médico, que apunta a que los nacimientos sean atendidos con servicios de mejor calidad. Las prestaciones necesarias para las embarazadas se duplicaron respecto a años anteriores”, aseguran.
Maternidad Anuncio.jpeg
Guillermo de Rivas y un anuncio que generó polémica en Río Cuarto
Consideran que detrás del rechazo a estos cambios se esconde un interés “cien por ciento político” partidario y ofrecen como prueba el hecho de que, durante más de un año, la institución municipal estuvo cerrada por obras y el Hospital atendió más de 1000 alumbramientos sin ninguna queja.
Destacan por otro parta que no dejaron al intendente solo en esta cruzada y que eso explica la cantidad de funcionarios que desfilaron por los medios para bancar esta polémica medida.
El bloque de Adriana Nazario habla de subordinación al centralismo cordobés
Las fuerzas de la oposición, en cambio, hacen una lectura del trasfondo muy diferente. En La Fuerza del Imperio del Sur, que llevó de candidata a intendenta a Adriana Nazario, hablan de razones políticas. En este sentido, enmarcan este episodio dentro de un contexto más amplio que caracterizan como de "subordinación del peronismo local al centralismo del PJ cordobés" que comanda Martín Llaryora.
Por eso hacen hincapié en que fue el ministro de salud provincial Ricardo Pieckensteiner, y no otro, quien anunció los cambios de una maternidad que, a partir de ahora, dejará de albergar nacimientos.
Adriana Nazario y Gonzalo Parodi
Los bloques de Adriana Nazario y Gonzalo Parodi cuestionaron el recorte a la salud pública
Eugenio Agostini
Del otro lado, los radicales del bloque Primero Río Cuarto le achacan a De Rivas la aplicación de un recorte en el último lugar por donde debiera pasar la motosierra. Recuerdan además que se hizo una inversión de 190 millones de pesos para acondicionar los quirófanos a las nuevas exigencias de los estándares de salud de la provincia, por lo que califican como “inexplicable” la nueva función del centro de la calle Kowalk.
Por otra parte, se conformó un colectivo de defensa de la histórica entidad de salud, denominado “personas autoconvacadas a favor de los partos en la Maternidad Kowalk”, que cuestionó a la gestión de De Rivas, en estos términos: “Estamos asistiendo a otra pérdida de camas de internación en el sector público de salud, sumada a las que ya se han perdido. Estamos renunciando a contar en la ciudad con un lugar especial para el cuidado del embarazo, del parir y el nacer.
Este viernes, el grupo llevará adelante un abrazo simbólico al edificio de la calle Kowalk.
Preocupa que este caso desgaste a Guillermo De Rivas
Al día de hoy, la polémica se mantiene con vida dentro del ecosistema mediático local, donde sigue alimentando la mayoría de las agendas periodísticas. Por su parte, la oposición vio su potencial y lo tomó como bandera, para dar inicio a una interminable serie de repudios y defensas de la determinación adoptada por el Ejecutivo riocuartense.
El día después del anuncio, la secretaria de gestión Karin Bogni salió a bancar los trapos y luego la siguieron otros cuatro funcionarios para responder al fuego opositor: Leandro Carpintero, presidente del bloque oficialista en el Concejo; su par de bancada Milagros Obregón; la presidenta del cuerpo, Ana Medina; y Martín Cantoro, secretario de Obras Públicas.
También le puso el pecho a las balas Daniel Cofone, coordinador general de Salud Reproductiva, Niñez y Adolescencia de la Provincia de Córdoba. En la conferencia original, ya habían bancado esa parada de Pieckenstainer, ministro de Salud; Diego Cagnolatti, nuevo director de la institución municipal y el propio De Rivas.
de rivas maternidad rio cuarto.jpg
El equipo de Guillermo de Rivas teme por una polémica autogenerada, de alto impacto en la conversación pública del sur de Córdoba
Un comportamiento diferente asumió el subsecretario de salud municipal, Isaac Pérez Villareal, máximo responsable de la cartera sanitaria local, pese a que también se sentó a la mesa del relanzamiento. En efecto, estaba a la par de todos los funcionarios provinciales y locales, pero no emitió una sola palabra al respecto. Ni entonces, ni ahora: desde el jueves de la semana pasada se mantuvo en completo silencio.
La cuestión de una maternidad sin alumbramientos, después de más de cien años de historia, parece tener la capacidad de conectar con fibras profundas de la identidad riocuartense y ésa es una de las vías que los opositores transitan para llegarle a la gente. Es difícil saber cuánto penetró este asunto en la opinión pública pero -si vale de muestra- la mayoría de los comentarios espontáneos en las redes sociales fueron negativos frente a los cambios.
Por lo bajo, algunos de los funcionarios del Gobierno local admiten estar preocupados porque este episodio termine esmerilando la imagen de De Rivas.