El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 656 con el que Javier Milei sumó 100 mil millones de pesos a los fondos reservados de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) podría convertirse en letra muerta por una rebelión de la UCR, que deja al gobierno casi sin chances de poder ratificar en los recintos del Congreso. Si fuera rechazado, el decreto quedaría anulado de un plumazo.
Preocupado, el asesor premium Santiago Caputo citó este lunes a su despacho a Miguel Pichetto, jefe del bloque Hacemos Coalición Federal (HCF), quien junto a la Coalición Cívica (CC) presentó la semana pasada proyectos para rechazar el DNU de la SIDE.
El problema del Gobierno es que a la mayoría del bloque UCR de Diputados tampoco le agrada financiar más espías. En el Senado, por el partido centenario ya había anticipado su negativa el fueguino Pablo Blanco y se sumaría Maximiliano Abad, presidente del comité bonaerense del partido centenario.
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Con estos pronunciamientos, la oposición alcanzaría mayoría en la cámara baja para derogar el DNU y quedaría a sólo dos votos de reunirla en el Senado, siempre en caso de que el Gobierno no logre fracturar Unión por la Patria (UP).
Como explicó Letra P, el secreto de Milei en este y en otros temas es persuadir a los gobernadores radicales, de UP y de partidos provinciales para que el recinto no sea dominado por una alianza entre el peronismo y outsider que hasta ahora ayudaron a la Casa Rosada.
La UCR que se opone a Javier Milei
El bloque UCR de Diputados debatirá sobre la SIDE este martes a las 18. Hay ocho miembros que ya anunciaron al jefe Rodrigo De Loredo que rechazan el decreto 656/24: Facundo Manes, Pablo Juliano, Marcela Coli, Pedro Galimberti, Fernando Carbajal, Jorge Rizzoti, Manuel Aguirre y Juan Carlos Polini.
El ruido en la bancada radical es que, con estos rechazos, el DNU quedaría al filo del rechazo en Diputados si se sumara UP (99 votos), la izquierda (5), la CC (6) y los ocho firmantes del proyecto de HCF que lidera Margarita Stolbizer. Sería sólo un piso.
Con este escenario, en el bloque UCR de Diputados hay un efecto cascada en contra de los fondos reservados que, llegado el caso de una sesión, le haría imposible a Martín Menem juntar los votos para sostenerlo y derivaría toda la presión en el Se, dónde las miradas del Gobierno están puestas en Victoria Villarruel. "Si bien hay un planteo concreto de un sector, la postura mayoritaria es contraria al DNU", dijo a Letra P una fuente de la bancada radical de la cámara baja.
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El único recaudo de la UCR es que hasta los más díscolos prefieren que el decreto se trate en la comisión bicameral de trámite legislativo, presidida por el senador libertario Juan Carlos Pagotto, quien no tiene planes de convocar. Por pedido de sus correligionarios, el diputado radical Francisco Monti le enviará una nota al riojano para que active el trámite. Si no lo hace y transcurren 10 días hábiles del ingreso del expediente al Congreso, igualmente el DNU puede ser tratado en los recintos.
La urgencia de Caputo
El en el Senado, con los rechazos de Blanco y Abad, si UP se mantiene unido quedarían a sólo dos votos para derogar los fondos reservados, un número que puede llegar con partidos locales y outsiders. Tal vez, para evitar ese desenlace, Caputo insiste en darle la presidencia de la bicameral de fiscalización de inteligencia al senador Edgardo Kueider, de Unidad Federal.Uno de sus compañeros de bloque es el correntino Carlos Espínola, miembro de la bicameral de DNU.
El temor a perder el control de los fondos reservados de la SIDE obligó a Caputo a activar las gestiones para que no le borren el DNU. Este lunes recibió a Pichetto e hicieron números. Las autoridades de la bicameral de inteligencia y el decreto de recreación de la central de espías formaron parte de la reunión que el rionegrino ni siquiera le anticipó a sus pares.
En HCF no aceptaron quedar fuera de la comisión que controla los espías, donde Menem le había asegurado un lugar a Emilio Monzó. El riojano abrió la negociación a cargos vacantes, como la Defensoría del Pueblo, embajadas y la Auditoría General de la Nación (AGN). Nunca se cerró.