Aunque consideran que el líder de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, le hace más daño a la oposición en Juntos, la dirigencia peronista que comanda distritos de Buenos Aires reconoce que perderá votos a manos del minarquista y por eso pone en marcha un plan de control de daños a dos puntas. Confían en retener a una porción del electorado volátil con una militancia territorial aceitada, aunque subiendo al ring al libertario para que le robe más a su adversario, con el cual el economista de los pelos revueltos comparte el voto ideológico.
“El voto duro del peronismo es sólido, muy difícil de perforar, no creo que Milei pueda entrar ahí, pero sí considero que puede perforar el voto duro de Juntos y que eso nos termine beneficiando”. Lo dice a Letra P un intendente del Frente de Todos que comanda un distrito del interior de la provincia y similares palabras utiliza un importante dirigente del sur del conurbano al analizar el impacto que podría tener Milei en ambas coaliciones.
Para que eso pase, explican en las usinas de pensamiento K bonaerenses, “no hay que dejar que Milei se desinfle”. Esa es una de las lecturas que parte del peronismo hizo luego del último discurso de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en La Plata. “Hay que subirlo al ring para lograr que parte de voto que podría ir a Juntos y nunca al peronismo se fugue a Milei”, dice un peronista que arma en la Tercera sección.
Parte de esa estrategia ya está en marcha, tanto en los discursos públicos de la dirigencia que apunta al miniarquista como en acciones puntuales que se despliegan en el territorio. Un ejemplo: días atrás, la agrupación Arturo Jauretche, que responde al ministro de Seguridad Aníbal Fernández, plantó mesas de difusión en Quilmes con repartija de volantes y charla con los transeúntes para polarizar con Milei.
Esa sería una primera estrategia del plan de control de daños: no dejar que Milei se desinfle. Luego viene un segundo paso, poner en marcha la militancia para revertir un posible voto, especialmente de sectores jóvenes de los barrios humildes del conurbano donde entró el discurso libertario, y que en otro momento fue parte del electorado peronista.
Dirigentes con larga trayectoria en campañas electorales consideran que una vez que se ponga en marcha la maquinaria electoral con despliegue territorial y la militancia activada, podrán recuperar parte de ese voto que hoy, decepcionado por la marcha del gobierno, está tentado a inclinarse por el voto antipolítica que encarna Milei.
En esa línea, analizan además que, en el caso de Juntos, por su propia lógica de construcción e impronta no tiene esa capacidad militante en el territorio que pueda llegar con fuerza a convencer. Dicen, también, que históricamente su electorado está muy influenciado por los grandes medios de comunicación, que hoy le están dando protagonismo a la figura de La Libertad Avanza. Además, claro, que hay más puntos que unen ideológicamente al PRO con los libertarios que con el pensamiento peronista.
Sin embargo, aunque hay análisis y estrategias electorales en marcha, todavía hay una gran cuota de incertidumbre. Como sea, “es una incógnita cómo va a comportarse un electorado que está decepcionado de todos los sectores y de la política, pero que tampoco es irracional… posiblemente se incline por lo que considere el mal menor. Al menos, tenemos que ser eso”, redondeó una fuente con cierta resignación desde un despacho municipal.