Sin siquiera haber definido las autoridades de sus bloques legislativos, ni tener contactos con sus posibles aliados para alcanzar una mayoría en ambas Cámaras del Congreso, el presidente electo, Javier Milei, anunció este domingo que convocará a sesiones extraordinarias para tratar un proyecto "ómnibus" que incluya todas las iniciativas que el economista quiere para iniciar su gestión.
En LLA supieron que la intención es llevar adelante una agenda económica, que incluiría una serie de emergencias para reasignar partidas, pero no tienen confirmado si pedirá debatir el presupuesto enviado por el actual Gobierno el 15 de septiembre, con el tratamiento postergado por un acuerdo realizado entre el entonces candidato presidencial y su rival, el ministro de Economía, Sergio Massa. En la oposición, actual y futura, no tienen dudas: creen que Milei dejará caer la ley de leyes para aplicar un ajuste mediante la licuación de las partidas.
La ley de administración financiera establece que si el Congreso no sanciona el Presupuesto, debe prorrogarse el que esté vigente, lo que con una inflación cercana el 200% anual le permitiría al libertario mantener los montos nominales de las partidas aprobadas hace un año y licuarlas.
De esta manera, habría una recaudación por encima de lo estipulado -a valores nominales- que podría usarse para cubrir parte del déficit o hasta para reasignar esos recursos, mediante la prometida reducción de impuestos. Sería una motosierra gradual, pero intensa. En su plan de gobierno, el presidente electo promete recortar varios rubros, como la obra pública, los subsidios económicos (que permiten el funcionamiento con servicios públicos) y las transferencias discrecionales a las provincias.
En LLA reconocen que incorporar estas premisas al proyecto de Presupuesto enviado por Massa no tiene mucho sentido, porque sólo ahuyentará los votos necesarios para aprobarlo y hasta abriría un debate para aumentar el gasto en vez de reducirlo. De hecho, en su diseño habitual, la ley de leyes tiene un articulado y un sinfín de anexos con el listado de obras públicas, que Milei quiere eliminar para siempre. Nadie en el Congreso imagina que esa idea pase el filtro parlamentario.
Los gobernadores entraron en estado de alerta: este martes se reunirán los oficialistas y los de Juntos por el Cambio, todos a la espera de una hoja de ruta clara del flamante Gobierno. Los de JxC invitaron a sus referentes legislativos para pedirles mantenerse unidos y así tener más elementos de presión. Este grupo, además, había sondeado poner al segundo de Guillermo Francos en el Ministerio del Interior, para agilizar el contacto con las provincias. No lo consiguieron.
El paquete
La tropa legislativa de La Libertad Avanza se reunirá este lunes con Francos para definir las autoridades y obtener detalles de la agenda que recibirán el 11 de diciembre. Quienes pudieron hablar con el exrepresentante argentino ante el BID supieron que habrá "proyectos económicos" y una "reforma del Estado", pero aún resta saber si será únicamente un nuevo organigrama, que los presidentes electos suelen disponer por decreto y rara vez son objetados por el Congreso.
La otra alternativa es que el proyecto avance con algunos aspectos más polémicos de la plataforma electoral, como la eliminación de empresas públicas y la reducción de estructuras administrativas, un debate que podría agitar el Congreso en diciembre.
Un diputado que pudo reunirse con el ministro del Interior de Milei en el improvisado búnker del Hotel Libertador, descartó esa alternativa. "La idea que me transmitió es que haya leyes económicas. Cualquier otro tema puede esperar para las ordinarias", contó a Letra P.
El paquete tendría proyectos para declarar emergencias, un clásico de los gobiernos entrantes, que es una forma de habilitarlos a distribuir los recursos ya asignados con mayor discrecionalidad. Alberto Fernández las consiguió en 2019, ni bien asumió, y luego las utilizó para gestionar durante la pandemia. No está claro si se avanzará en reformas tributarias o esperarán más certezas sobre el por ahora trunco inicio del plan económico, que incluye un intento de rescatar los pasivos remunerados del Banco Central.
Francos dedicará la semana a terminar de definir el gabinete y delinear la estrategia legislativa, sobre la que hay más dudas que certezas. No está claro quién va a presidir la Cámara de Diputados, un cargo que se disputan Florencio Randazzo -con apoyo del próximo ministro- y Cristian Ritondo, jefe de la bancada del PRO y pedido por Mauricio Macri. Es necesario un consenso que permita reunir 129 votos para votar en la sesión preparatoria, que ya fue convocada para el 7 de diciembre.
El margen de alianzas es estrecho porque en la Cámara baja hay 257 bancas y La Libertad Avanza, por ahora, no puede sumar al menos 112 de ellas: las 105 de Unión por la Patria, las cinco de la izquierda y las dos del socialismo. El resto de la paleta de posibles aliados incluye a partidos provinciales y a todo el espectro de Juntos por el Cambio.
Casi nadie recibió el llamado de Francos para avanzar en una negociación para aprobar leyes en diciembre, ni siquiera quienes trabajan en un esquema de alianzas posible para llegar a una mayoría, como el senador Juan Carlos Romero y los diputados Emilio Monzó y Miguel Pichetto.
El ministro del Interior libertario se enfocó en su alianza con el gobernador de Córdoba, su conciudadano Martín Llaryora (ambos nacieron en San Francisco), que es fuerte desde lo simbólico, pero no atrae al resto de los líderes provinciales y suma pocos votos en el Congreso. Aún así, Milei quiere sesiones en el verano. "No puedo esperar a marzo", dijo.