Las distintas tribus del Partido Justicialista (PJ) de Entre Ríos se muestran los dientes de cara a las elecciones internas del 29 de junio en las que se definirán candidaturas para octubre. Guillermo Michel, Adán Bahl, Gustavo Bordet y algunos intendentes son los principales actores. Frente a ellos, divididos, por lo menos otros cuatro sectores pugnarán por algo de protagonismo.
Por el oficialismo, Michel se muestra con los principales intendentes, con el exgobernador Bordet y con Bahl, el último candidato por el peronismo al máximo cargo provincial, que además estuvo cerca de quedarse con el premio. El exsenador Héctor Maya quiere competir esponsoreado por UPCN. El intendente de Santa Elena, Daniel Rossi, condenado por corrupción, pretende portar el estandarte de la honestidad. La agrupación PAR se muestra crítica de la conducción y pedía internas. Jorge “Kinoto” Vázquez, presidente de la departamental Paraná del PJ, viene avisando que llegó su momento.
Guillermo Michel y Adán Bahl, el oficialismo del peronismo
En lo que de modo amplio e impreciso se podría denominar el oficialismo del peronismo de Entre Ríos se anota Michel, que se viene moviendo desde el momento cero. Lo hace como la voz crítica de las políticas paleolibertarias de Javier Milei y de las que aplica Rogelio Frigerio en la provincia. Sabe que sin cargo tiene la lengua libre. Desde ese lugar, esgrime observaciones e instala temas en la conversación pública. Con el puntapié en Gualeguaychú, donde juntó a las distintas facciones peronistas, le dio luego seguimiento a esa política en Gualeguay, Villaguay y Larroque. Incluso, sacudió la agenda con la esperada foto de unidad en la capital del peronismo, Concordia, donde fue el único foráneo de la postal.
Por su parte, Bahl, exintendente de Paraná y último candidato a gobernador del PJ, que aun lamenta los pocos votos que le faltaron para alzarse con el premio mayor, mide cautelosamente las apariciones públicas, que son casi nulas. Publicó fotos durante la primera marcha por la universidad pública y tuvo otra aparición en una institución educativa en una exposición sobre gestión de gobierno. Letra P había contado que Bahl se autoinfligió un voto de silencio pero que, de todos, recorría y hablaba con todos. Sin cargo alguno, si la pretensión es volver a la arena electoral. En ese sentido, muchos entienden que la parada de 2025 es una oportunidad.
En otra vereda, los principales intendentes peronistas de la provincia están dados a la faena de gobernar y, por eso, arriesgar protagonismo es un riesgo que deberán evaluar con dos años de gestión por delante. Apoyar, estar presentes en la campaña, e incluso, si es necesario, aportar nombres está, sin embargo, entre las opciones. Pero, según fuentes de las principales ciudades, no habrá puja para imponer a nadie. Entre los principales intendentes se cuentan a Rosario Romero en Paraná, a José Lauritto en Concepción del Uruguay, y a Adrián Fuertes en Villaguay, por citar nombres del centro de la provincia y de cada una de sus costas. El nombre de José Cáceres, aunque durante el proceso deba mantener cierta ecuanimidad, también hay que inscribirlo aquí.
El nuevo sector y el dirigente de Paraná
“Sí, vamos a jugar. Más vale”, dijo a Letra P un dirigente de PAR, Peronismo Amplio Renovador, que no habla en público desde el proceso electoral de 2023. Qué significa, en este contexto, “jugar” es una pregunta que se torna relevante. Jugar es, simplemente, competir o mostrar poderío, el que sea que tengan, para contentarse con un lugar en las listas, expectante en la medida de lo posible. Una tercera opción de ese "juego" es medirse para posicionarse para 2027, que está a la vuelta de la esquina y es la batalla en donde el peronismo no puede darse el privilegio de perder soldados.
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El casi seguro cronograma electoral de la interna del PJ de Entre Ríos.
Para "Kinoto" Vázquez, de Peronismo para la Victoria, aplica una lógica similar. Aunque conversa con dirigentes de todas las tribus y tiene el respaldo del exdiputado José “Conde” Ramos, avisa que mantiene “diálogo permanente no solamente con la militancia, sino con toda la dirigencia”. En este caso, las posibilidades objetivas de competir, como consecuencia de la carestía de recursos, se estrechan. Son claras las intenciones y es probable que la levantada de mano sea una forma explícita y tradicional de tratar de dejar nombres propios en el recuerdo para la próxima oportunidad.
El intendente y el exsenador por Entre Ríos que quieren ser
Rossi, de Santa Elena, tiene en su haber una larga trayectoria. Fue el vicegobernador de Jorge Busti en 1987 y luego electo en varias oportunidades presidente municipal de su ciudad, una localidad del departamento La Paz. En la provincia es recordado por causas de corrupción de las que tiene condena firme y que motivaron su corrimiento de la intendencia en anteriores gestiones. Paradójicamente, su discurso está centrado en la justicia. “Para 2025, Entre Ríos necesita una Conadep de la corrupción”, supo decir el año pasado. Sin estructura territorial desarrollada, en las últimas horas propuso su candidato. “El mejor candidato a diputado nacional es Carlos- Reggiardo”, dijo en X. Se trata del abogado que promueve sus denuncias públicas y en la justicia. Por ahora, es todo lo que mostró.
Maya, en tanto, fue diputado entre 1983 y 1987 y senador entre 1995 y 2001. También fue candidato a gobernador en 1999 y a vicepresidente en 2007 como compañero de fórmula de Alberto Rodríguez Saa. Ahora se anota para el Senado y cuenta con el respaldo de UPCN. Conocedor del peronismo y de dialogo frecuente con toda la dirigencia, la de su tiempo de actividad y la del presente, es esperable, según información recabada en fuentes de ambos sectores, que acerque posiciones con el oficialismo partidario. Claro que para ello, si sucede, queda un trecho por recorrer.