Pablo Javkin votó sintiéndose local. El intendente de Rosario, que este domingo se disputa su reelección frente al sorpresivo candidato de Juntos Avancemos, Juan Monteverde, sufragó cerca del mediodía en una escuela céntrica. Acompañado de sus hijos -”lo mejor que tengo”, diría después- Javkin llegó caminando, repartiendo saludos y fotos a grandes y chicos. Junto a él, estuvo la plana mayor de su equipo de comunicación, encabezado por su campañólogo Luciano Olivera. "Ahora me voy a descansar porque se viene una noche larga", avisó el representante de Unidos para Cambiar Santa Fe en Rosario.
El alcalde rosarino votó en la escuela N° 431 “Gral. José de San Martin”, ubicada en calle Entre Ríos cerca del río Paraná, a pocos metros de su domicilio. El establecimiento de votación estuvo bastante concurrido por la política durante la mañana. Minutos antes que Javkin, la candidata a gobernadora por el Frente de Izquierda, Carla Deiana, también emitió su voto en el mismo edificio. Otra figura política a la que los avatares del padrón electoral le ordenaron votar allí fue Lionella Cattalini, diputada provincial del socialismo y una de las referentes de la campaña del partido de la rosa en Rosario.
La marea de medios abordó a Javkin en la puerta del colegio y lo acompañó hasta la mesa de votación, donde tuvo que hacer cola. Aprovechó ese momento para saludar y sacarse fotos con varias personas que compartían la fila con él o simplemente se le acercaban. “¡Pablo! ¡Una foto! Si no la gente no me cree que somos amigos”, le dijo una mujer. “¡Amigos y compañeros de facultad! Cuántas materias aprobé gracias a vos”, le devolvió el candidato. También se prestó para la instantánea con varios niños. “¡Qué lindo cómo viniste!”, elogió a una nena disfrazada de la Mujer Maravilla.
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Pablo Javkin llegó a votar caminando, acompañado de sus hijos
Finalmente, hubo un apartado para las cábalas, que estuvieron a la orden del día. “Desde el jueves hay cábalas”, respondió Javkin a la consulta. Una fue evidente: un miembro del equipo de comunicación de Ciro Seisas apareció por el lugar a la misma hora que el intendente con una remera de Osvaldo Pugliese, el tanguero al que los músicos otorgan la categoría de talismán. No fue la única: se rumorea que en las últimas semanas hasta hubo tiempo de hacer intentos por romperle algunos rituales a los rivales. Costumbres, diría el sabio Carlos Salvador Bilardo.
