LIBERTARIOS VS. FEDERALES

El método Rovira para blindar Misiones frente a la amenaza de la ola violeta

Después de la peor elección en más de dos décadas, el oficialismo provincial descree de la amenaza que pueden representar las ideas de Javier Milei. Por qué.

Carlos Rovira sabe bastante de crisis. Por eso, no parece inmutarse ante la ola violeta con la que Javier Milei amenaza con llevarse puesto a todo el sistema. A cargo de las riendas del poder de Misiones desde hace más de dos décadas, confía en que las elecciones del domingo pasado quedarán atrás rápidamente y piensa en su próximo movimiento.

Como ya contó Letra P, Rovira emplea una estrategia que consiste en no confrontar de modo directo con la Casa Rosada. Desde 2003 a esta parte abrió los brazos a todos los presidentes y logró convertir a Misiones en protagonista de la sinfonía política nacional.

Metódico, juega callado, casi no aparece en público y no se mueve de su provincia, pero no tiene empacho en asumir riesgos cuando la situación lo requiere, como cuando ordenó a su dupla en el Senado votar en contra del proyecto de Ficha limpia para sostener el peso de una provincia alejada del centro geográfico que logra sentarse a la mesa de los grandes debates nacionales.

Rovira jóven aplaude.png
Carlos Rovira fue gobernador de Misiones entre 1999 y 2003.

Carlos Rovira fue gobernador de Misiones entre 1999 y 2003.

Tanto en Buenos Aires como en Posadas, su presencia sobrevuela todas las discusiones. Qué hará, qué pensará, cómo la ve, a dónde pondrán los votos sus espadas en el Congreso. Al objetivo de mantener ese poder, que se gana el respeto desde el silencio en medio de un mundo estruendoso, responde el cambio de ropaje que aplicó a su armado histórico para estas últimas elecciones.

Se trata de un paso más hacia la consolidación de un estilo de conducción que ya se comió al kirchnerismo y al macrismo y ahora va por las expresiones libertarias. Todos adentro, en un blend que sirve para sostener el statu quo de una provincia en la que nadie parece sorprenderse demasiado.

Carlos Rovira, un piloto de tormentas

La crisis de representatividad que se expresa en la baja participación y el descrédito de los partidos políticos tradicionales no aparecen como un problema novedoso para el rovirismo, que nació en un contexto en el que había personas que usaban fetas de salame para impugnar su voto.

Puntualmente, la experiencia del Frente Renovador de la Concordia surgió cuando el estallido social y político de 2001 había puesto a la UCR en una crisis terminal y las campanas del ocaso musicalizaban el fin de su relación con Ramón Puerta. Rovira había sido electo en la boleta del PJ en 1999, pero, alejado de las grandes estructuras que dominaron la política nacional durante toda las segunda parte del siglo 20, fue reelecto en una alianza de los minoritarios partidos Popular Independiente, Unión y Libertad y Progreso Social. En las elecciones del domingo, la alianza oficialista ya contaba 30 sellos más.

Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/Letra_P/status/1931934730787623341&partner=&hide_thread=false

Rovira quiso modificar la Carta Magna provincial para ir por otro mandato, pero su espacio perdió la constituyentes de 2006, luego de una campaña muy dura en la que su imagen se nacionalizó con perfil de caudillo todopoderoso. Fue un golpe duro que lo obligó a reinventarse. Entonces acomodó la sucesión y saltó de la gobernación a la presidencia de la Cámara de Representantes, desde donde digitó la vida política e institucional de Misiones durante los siguientes 16 años. Así, prácticamente, creó un estilo.

A diferencia de la mayoría de los hombres de Estado que dominan la vida política de las provincias argentinas, Rovira entendió que no era necesario ocupar la oficina principal de la Casa de Gobierno para poder conducir los destinos del proyecto político que conduce.

Rovira en su banca en la Cámara de Representantes de Misiones.png
Carlos Rovira en su banca en la Cámara de Representantes de Misiones.

Carlos Rovira en su banca en la Cámara de Representantes de Misiones.

Diputado raso desde diciembre de 2023, sigue reuniendo a su tropa en la Cámara de Representantes para bajar una línea que apela al sentido de pertnenecia provincial más arraigado en el sentimiento profundo del misionero promedio. Con la grandilocuencia necesaria como para despertar esas pasiones en la ciudadanía también echa mano a ese recurso cuando le habla a la militancia o en los pocos actos oficiales que todavía encabeza.

Conciente de lo que alejadas que esas ideas pueden empezar quedarle a las generaciones por venir, hace unos años también entendió que era momento de abrir camino a una nueva camada de dirigentes para renovar la propuesta con la que gobierna Misiones desde hace más de dos décadas.

La apuesta por la renovación en Misiones

En Misiones, la gente baja la voz cuando habla del líder de la renovación. Aseguran que no es por miedo, sino por un respeto contruido a lo largo de los años y los objetivos cumplidos. En el búnker en que celebró la victoria del domingo pasado, Rovira saludó con besos, abrazos y apretones de manos a cada uno de los referentes que se cruzó en su camino. Lo mismo hizo cada referente renovador que fue a votar. Militantes, periodistas, policías e integrantes de las fuerzas de seguridad recibieron su saludo personal, casi como un sello desitintivo de una forma de hacer política, relacionarse con el entorno y, por qué no, demostrar poder.

En Misiones pueden cambiar muchas cosas, pero el método no se modifica. El rumbo de la nueva etapa de la renovación no sólo tiene que ver con la irrupción de figuras políticas que ni siquiera habían nacido cuando Rovira asumió su primera gobernación, sino con una nueva apuesta para el desarrollo de la matriz económica misionera.

Carlos Rovira con los dedos en V junto al gobernador Hugo Passalacqua y el vice Lucas Romero Spinelli.png
Carlos Rovira con los dedos en V junto al gobernador Hugo Passalacqua y el vice Lucas Romero Spinelli.

Carlos Rovira con los dedos en V junto al gobernador Hugo Passalacqua y el vice Lucas Romero Spinelli.

Así como Puerta gobernó durante toda la década del '90 con el manual menemista del achicamiento de lo público, Rovira comandó el cambio de paradigma de los primeros 2000 a partir de un refortalecimiento del rol del Estado que empezó a crecer y a extenderse hacia toda la provincia. Pasada la crisis de los primeros dos años, vinieron los buenos tiempos de recuperación y números positivos para las regiones agrarias que empujaron la actividad y también permitieron que las arcas provinciales volvieran a engordarse.

Apoyado también en la bonanza nacional que repercutía en obra pública que fueron embelesando la provincia y abriendo la oportunidad para negocios e inversiones, el rovirismo se convirtió en una aspiradora en la dirigencia, la militancia y el empresariado. También de personas que directa o indirectamente empezaron a depender del Estado provincial, en una provincia en el que las ideas liberales siempre tuvieron una recepción por encima de la media nacional.

La caja, entonces, empezó a resultar un elemento fundamental para conservar y extender la hegemonía. En una de las jugadas más polémicas del ciclo renovador, el rovirismo instauró un sistema de cobro anticipado del impuesto a los Ingresos Brutos por la mercadería que ingresa a la provincia por la Ruta Nacional 12, que conecta a la Misiones con Brasil, y la Ruta Nacional 14, que la conecta con Corrientes. La oposición empezó a llamarla “Aduana paralela”.

Ese sistema que se convirtió en una de las herramientas de recaudación más exitosas entre las aplicadas por las provincias argentinas permitió a la renovación fondearse para sostener su modelo de gestión con el que siguió respondiendo a las demandas que los diferentes sectores de la sociedad correntina, desde los empresarios hasta los más postergados, demandaban como parte del contrato que como contrapartida empoderaba al Frente Renovador.

Además, ese dinero sirve a diario para enfrentar el declive de la coparticipación y el retaceo de los fondos nacionales que empezaron a resentirse sobre el final del kircherismo y, más allá de los matices, apenas si subsisten desde la llegada de Milei a la Casa Rosada.

Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/Letra_P/status/1933932448565391409&partner=&hide_thread=false

Sin emabrgo, esos recortes se sienten y la falta de fondos frescos impacta en el día a día del electorado misionero que el domingo dejó sentado su descontento en dos movimientos que se destacaron por sobre otros turnos electorales: mucha gente no fue a votar y otra tanta lo hizo por candidatos directamente antisistema, como el expolicía entonces preso Ramón Amarilla o el mileísmo que representó a Diego Hartfield, un extenista reconvertido en broker como principal candidato.

Con la renovación de la renovación, Rovira disimula ese rol estadocéntrico que empieza a quedar a contramano de la historia y vuelve a acomodar el cuerpo apuntando a un perfil liberal en el que los más jóvenes parecen sentirse un poco más cómodos. La nueva generación, que tiene al vicegobernador Lucas Romero Spinelli como principal referente, expresa una apuesta a las políticas vinculadas a la tecnología y a la economía del conocimiento que ya tienen su propia obra monumental: el Silicon Misiones, un polo tecnológico que busca erigirse como referencia en la región en la que universidades y empresas trabajan en desarrollos que van desde el marketing digital hasta la nanotecnología.

El día después de las elecciones

Con todo, tanto el oficialismo como la oposición sabe que las del 8J fueron las peores elecciones en la historia del rovirismo. Ganó, pero nunca antes había sacado ese porcentaje de votos ni ese número de bancas. Tampoco había perdido tanto de lo que ponía en juego. Sin embargo, en Misiones aseguran que nada de los que se vio en el festivo búnker del Frente Renovador NEO es impostado.

Tres horas estuvo clavado el conteo de los votos en la página oficial que se encargaba del escrutinio provisorio. Excepto dos o tres medios que se reconocen opositores, todos los medios provinciales replicaban unos números que nadie sabía con certeza de dónde salían. La oposición denunciaba manipulación de los datos y, pese a estar advertidos al respecto, los medios nacionales replicaban esos números que, al fin de cuentas, eran los únicos existentes.

Rovira celebró en la Casa del Militante donde se reunió a la dirigencia y la militancia renovadora, dijo “ganamos”, agradeció el apoyo y habló de “un triunfo importantísimo”. Cuando se fue, después de la medianoche, el recuento se reactivó como por arte de magia y la diferencia que era de diez puntos, se achicó a casi siete. La oposición se mantuvo, pero el 30 a 20 con el que se imprimieron los diarios y se fueron a dormir la población misionera terminó siendo un 28 a 21.

Embed

La habilidad política que toda la provincia le reconoce al líder del espacio volvió a presagiar un riesgo y a activar los mecanismos para amortiguar el golpe y salir a pelear por lo que viene. En esa apuesta, vuelve a poner la carga sobre la oposición, que se dispersó siendo funcional una vez más a las necesidades del rovirismo. A lo largo de la campaña, todos se acusaron entre si de tener contactos con el oficialismo, que hizo campaña enfocándose en la gestión, despreocupado de esas denuncias que alimentó más de lo que se esforzó en negar.

“Aquí hay jóvenes con pensamiento liberal, jóvenes con pensamiento peronista, jóvenes con pensamiento radical, jóvenes con pensamiento independiente”, disparó Rovira en medio de los festejos que la oposición miraba desde lejos a sabiendas de que el desafío recae una vez más de su lado, mientras el ingeniero se prepara para jugar el partido que mejor le sale: esperar que sea el momento para volver a sorprender.

Embed
Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida por Letra P (@letra.p)

Como lo hizo en otras oportunidades, el misionerismo tachará la doble y mientras se presenta nacionalmente como garante de la gobernabilidad, estudiará el escenario para los futuos acuerdos públicos o privados que tedrán una primera manifestación en agosto, cuando haya que oficializar las candidaturas para las elecciones nacionales. Misiones deberá renovar tres bancas en la cámara baja. Apenas uno responde al oficialismo provincial.

Antes y después, esperará que la euforia violeta vaya menguando como ya se fueron apagando otras y las amenazas provinciales se disipen. Cuando eso pase, el rovirismo confía en que el electorado misionero volverá a encontrar en la provincia un modelo sólido en el cual refugiarse. Así la hegemonía se sostiene a lo largo del tiempo, más allá de los tropiezos que, entienden, responden más a un clima de época que muy posiblemente tenga otro momento de esplendor en las elecciones de octubre. Aunque eso, claro, tampoco les preocupa demasiado.

Sebastián Macías y Paula Franco, encabezan la lista de candidatos del rovirismo en Misiones.
La militancia del Frente Renovador de la Concordia festejó tras la jornada electoral en Misiones. 

También te puede interesar