Después de su sorpresiva victoria que obtuvo el 13 de agosto, el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, se puso como principal objetivo mostrar una imagen de gobernabilidad que hasta ese entonces ni se había preocupado en construir: lo hizo con el anuncio anticipado de quienes integrarían un reducido gabinete, compuesto por ocho ministerios, en caso de llegar a la Casa Rosada. Con la entronización de este domingo, arranca la transición del libertario con el gobierno de Alberto Fernández, con pocas vacantes, pero que son en puestos claves.
El principal misterio es el Ministerio de Economía, el área más sensible de cualquier Gobierno, donde su elegido lo mantiene en secreto. Mientras que su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, quien en los últimos días tomó vuelo propio en el espacio, tampoco confirmó sus preferidos para las carteras de Seguridad y Defensa, ambas carteras que le fueron asignadas.
Por las pistas que dejó Milei, para Economía suenan asesores de perfil bajo, todos referenciados en el CEMA, el centro de estudios liberales. Uno es Héctor Rubini, quien se presenta como jefe de los equipos técnicos de LLA. Otro economista escuchado por Milei es Agustín Monteverde.
En el equipo de campaña aseguran que nadie sabe bien quién ocupará el sillón principal del palacio de Hacienda si el diputado gana el ballotage. “Si decimos el nombre ahora, lo matan”, se excusó de develar el misterio el candidato presidencial en varias de sus prolongadas entrevistas durante la campaña. Contó que estuvo 11 horas debatiendo con el elegido antes de tomar la decisión.
El economista que más levantó el perfil en el campamento libertario después del 13A fue Emilio Ocampo, también del CEMA y miembro del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso. Ocampo fue anunciado por Milei como su potencial presidente del Banco Central, con la misión de programar su cierre definitivo. Logró atraerlo con una hoja de ruta para el plan de dolarización, que se iniciaría con el rescate de los pasivos remunerados del Banco Central (las Leliq) y continuaría con un canje no compulsivo de la moneda estadounidense por el circulante.
Milei nunca confirmó de dónde saldrían los dólares para rescatar los papeles y construir una base monetaria en esa moneda: sólo habló de fondos de riesgo interesados. Tal vez Ocampo sea el nexo con esas usinas financieras, hasta ahora desconocidas.
La obsesión por dolarizar cuánto antes le bajó el precio a los menemistas Carlos Rodríguez y Roque Fernández, quienes son más cautos con ese plan y hasta agosto cotizaban para ocupar algún cargo. Al primero se lo mencionaba en alguna función de coordinación.
Los nombres
El ingeniero Nicolás Posse es el elegido por Milei para ser jefe de Gabinete de una gestión libertaria, como anticipó Letra P. Ambos trabajaron en Corporación América, empresa de la que Posse se alejó en el invierno para coordinar los equipos técnicos de La Libertad Avanza. Sin experiencia en la política, es amigo del diputado y una de las figuras de mayor confianza.
La jefatura de Gabinete es un cargo obligatorio y no forma parte del organigrama que define cada Gobierno. Para el suyo, Milei programó ocho ministerios y la privatización de las empresas públicas, sin excepciones. Tarde o temprano, habría motosierra para YPF, Telam y Aysa, entre otras. Aerolíneas Argentinas tendría dos años de financiamiento para que los empleados la hagan rentable y se la queden.
A contramano de Posse que no se le conoce la voz, Guillermo Francos, potencial ministro del Interior de Milei, es desde hace 40 días el jefe político de La Libertad Avanza, el nexo con los dirigentes propios y ajenos y uno de los voceros principales del espacio. También conoce al candidato de la época de Corporación América, la empresa de Eduardo Eurnekián.
Para dar el salto a "Las Fuerzas del cielo", Francos abandonó en agosto su cargo de representante argentino ante el BID, dónde respondía a las órdenes del rival de su jefe, el ministro de Economía, Sergio Massa. En las últimas décadas, alternó cargos corporativos con la función pública. Tuvo un paso como diputado de Acción por la República, el partido de Domingo Cavallo; y por la presidencia del Banco Provincia en la primera gobernación de Daniel Scioli.
Las dos primeras confirmaciones de Milei en agosto fueron las de Sandra Pettovello para ocupar el Ministerio de Capital Humano; y de Diana Mondino para el de Relaciones Exteriores.
Pettovello no logró su banca en Diputados por la Ciudad por lo que si Milei pierde no podrá iniciar su carrera política. Su Ministerio es la creación más ambiciosa del economista: Incluiría a la secretaría de Educación, donde el referente de LLA es Martín Krauze; la de Salud, que tiene a cargo al pampeano Eduardo Filgueira Lima; y la de Empleo, en la que el elegido es Gustavo Morón, un lobista del negocio del sector de los seguros que fue funcionario de Mauricio Macri y se mantuvo en el primer año del actual gobierno.
Krauze puso en duda que esté dispuesto a asumir, luego que se viralizara un video en el que se lo escucha banalizar el holocausto. Filgueira Lima sí está dispuesto a ser el jefe de los equipos sanitarios y colaboró con Milei para el debate.
La gestión en estas áreas no está clara. El plan de gobierno presentado por escrito en julio, Milei señala que los mejores sistemas de salud y de educación son aquellos en los que “cada argentino pague sus servicios”. En su último spot de campaña, el libertario promete lo contrario.
Mondino ganó una banca en Diputados por la Ciudad, que no ocupará si asume como canciller, como se adelantó. En el palacio San Martín, la economista deberá seguir al pie de la letra la estricta política exterior definida por Milei: preeminencia de Estados Unidos e Israel y la ruptura de relaciones con China y Brasil, al costo que sea.
Otro potencial ministro anunciado por Milei es Guillermo Ferraro, para Infraestructura, donde tendría la tarea de eliminar la obra pública y reemplazarla por el sistema de “iniciativa privada”, como el que funciona en Chile. Ferraro fue director de KPMG Argentina hasta abril y conoce al diputado de trabajos que la consultora hizo para Eurnekián.
El último nombre definido por el candidato presidencial es para su eventual Ministerio de Justicia: se trata del mediático abogado Mariano Cuneo Libarona, recordado por su protagonismo en el caso Cóppola en los años noventa. También conoce al economista a través de Eurnekián. Llevaría adelante el plan del libertario para darle autonomía financiera al Poder Judicial.
Hay más secretarías con nombres asignados por Milei. En Agricultura, su referente es Fernando Vilella, director del Programa de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía. Su tarea no sería fácil si es que el economista insiste con alterar las relaciones con los compradores de granos.
En Energía, el libertario tiene en carpeta a Eduardo Rodríguez Chirillo, actual asesor del BID. También está definido quién sería titular del Conciet, que Milei había anunciado cerrar. Daniel Salamone, un experto en clonación de animales.
Las dudas de Villarruel
Para Seguridad y Defensa, Villarruel se reserva los nombres. Una versión de las últimas semanas es que estos cargos podrían ser parte de una negociación de la diputada con Macri. En Seguridad se mencionó a Guillermo Montenegro, diputado electo y figura de confianza de la abogada con quien compartió el control del Partido Demócrata de la provincia de Buenos Aires. Pero no estaría muy interesado en no asumir su banca. Milei no descartó el retorno a esa cartera de su exrival Patricia Bullrich o de alguien del mismo perfil.
En Defensa, Villarruel tiene como referente al coronel retirado Jorge Vives, pero nunca lo confirmó. Una versión fue que la diputada podría elegir al excarapintada Juan José Gómez Centurión, excandidato presidencial y exsocio de LLA en 2021, pero el rumor no fue ratificado por fuentes del espacio. La diputada tampoco definió quien ocuparía la Agencia Federal de Inteligencia, otra área que tiene asignada en el reparto. Entre los agentes orgánicos hay exmilitares muy interesados en tomar el control.