Más de mil agentes orgánicos que cumplen funciones en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) esperan con ansiedad las elecciones presidenciales para conocer a las próximas autoridades del organismo, que durante la gestión presidencial de Alberto Fernández funcionó mediante una intervención porque la mayoría oficialista del Senado se resistió a tratar los pliegos de los funcionarios propuestos. La versión que se esparció entre los espías, según pudo constatar Letra P, es que, si La Libertad Avanza ganase las elecciones, la AFI sería otra área que el candidato presidencial, Javier Milei, podría delegar en su compañera de fórmula, Victoria Villarruel. Las otras serían Seguridad y Defensa.
La diputada sacó chapa de estar en tema durante el debate de aspirantes a la vicepresidencia organizado por Todo Noticias, cuando se burló de Agustín Rossi, quien comparte el binomio oficialista con Sergio Massa, por tener supuesta mala información de su pasado habiendo sido director de la AFI. Villarruel olvidó que el organismo no tiene la función de recolectar datos de la dirigencia política, sino de proteger al Estado de ataques externos y, sólo en algunos casos, actuar como auxiliar judicial.
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En la AFI tomaron nota del interés de la legisladora por el organismo e indagaron sobre sus vínculos entre los grupos de agentes que allí disputan poder en forma cotidiana. Concluyeron lo previsible: Villarruel tiene nexo con el sector de militares retirados que cumple tareas de inteligencia.
No se trata de personas condenadas por delitos de lesa humanidad pero sí que, puertas adentro de La Casa, suelen justificar los crímenes cometidos por los militares entre 1976 y 1983, sobre todo porque tienen muchos excompañeros detenidos desde la derogación de las leyes de Obediencia debida y Punto final.
Hija de un militar retirado y ex combatiente de Malvinas, Villarruel sostiene su militancia activa por el esclarecimiento de las supuestas víctimas de agrupaciones políticas de los 70. Evita reivindicar explícitamente el último gobierno militar, pero abundan filmaciones con apariciones televisivas de hace una década en las que justificaba el golpe de Estado.
Otro rumor que llegó a los agentes de la AFI es que Milei designaría a cargo a un abogado joven. La versión no fue descartada por fuentes cercanas al libertario, que dudan de que haya decidido delegar la inteligencia en Villarruel, como sí lo haría con Defensa y Seguridad. En la primera de las áreas, la diputada anunció una purga para desplazar a las designaciones realizadas durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Sabe que no sería completa sin la ayuda de los espías.
Como el Gobierno sólo puede nombrar al director y al vice de la AFI, la pelea real está entre los agentes orgánicos, quienes tuvieron que adaptarse a muchas restricciones en estos años. Los funcionarios elegidos, además, deben ser ratificados por una mayoría del Senado que desde el 10 de diciembre no podrá ostentar ninguna fuerza política. Sin consenso legislativo, pueden ejercer como interventores. Fue el caso de Cristina Caamaño, la directora del organismo elegida por Alberto Fernández entre 2019 y el año pasado, quien nunca logró que su pliego fuera tratado en la Cámara alta, ni siquiera cuando era controlada por CFK.
Caamaño no dejó un buen recuerdo en la AFI, donde el personal la acusa de haber armado "una ONG de capacitación" e ignorar las misiones específicas. Tuvo los mayores cruces con el área de contrainteligencia, que hasta 2015 controló durante cuatro décadas el mítico Jaime Stiusso, quien se retiró por su enfrentamiento con Cristina.
La gestión de la exfiscal quedó manchada por la filtración de los datos personales de agentes, lo que le costó una denuncia judicial en la que logró quedar sobreseída, destino compartido por casi todos los funcionarios cercanos al Presidente que pasaron por Tribunales. Antes de prorrogar la intervención y enviar su pliego por quinta vez, Fernández reemplazó a Camaño por Rossi, quien a poco de asumir tuvo que poner el cuerpo ante el episodio del avión venezolano-iraní retenido en Ezeiza. Cuando el santafesino asumió como jefe de Gabinete, quedó como interventora Ana Clara Alberdi.