Cuando se conoció la renuncia intempestiva de Fabián Doman a la presidencia del club Independiente, en medio de un caos económico y deportivo, con una grieta política cada vez más amplia, buena parte del escrutinio público se dirigió también hacia Patricia Bullrich, Cristian Ritondo y Néstor Grindetti, tres dirigentes de primera línea del PRO que a su manera -dando volumen desde adentro o bombardeando a Hugo Moyano desde afuera- promovieron el ascenso del hoy fracasado proyecto Unidad Independiente. ¿Cómo impacta esta crisis deportiva en la campaña y el futuro político de la titular del PRO, el diputado y el intendente de Lanús?
En la mesa chica de la presidenta del PRO le quitan trascendencia al tema y aseguran que no modifica un centrímetro su carrera hacia la Casa Rosada. Eso, pese a que en su momento se haya subido primero a la campaña y luego al triunfo de Doman y Grindetti y haya pronosticado en su momento que el tándem iba a reconstruir el club como Juntos por el Cambio reconstruiría el país. De hecho, por el contrario, aclaran que en su momento respaldo el proyecto Unidad Independiente por la relación política personal con Ritondo y el hombre de Lanús, aunque, sobre todo, por ser una hincha del club y ferviente opositora a Moyano.
“Eso le sirvió, es una pelea que se ganó, pero esto no toca para nada su imagen”, analizan en cuando que Moyano quedó afuera del club, después de diferenciarse también de otros líderes como Mauricio Macri, o dirigentes como Daniel Angelici o Alex Campbell, que sí tienen influencia directa sobre el negocio del fútbol y construyen una parte de su estructura política en base a esto. “A Patricia no le interesa tener poder directo en el fútbol”, amplían.
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El caso de Ritondo es más complejo, no sólo porque se mostró hiperactivo durante la campaña tanto en sus redes sociales como en los principales medios de comunicación, sino también porque es hoy el representante de los socios de Independiente. Quienes lo escucharon en las últimas horas hablar sobre el caos que dejó Doman aseguran que no desconoce la problemática, pero no pretende “abandonar” el club como lo hizo el ahora expresidente. “Vamos a acompañar y ayudar a Néstor en todo lo que necesite”, repitió, quizá conciente de la tormenta que se le avecina a Grindetti, su socio político y amigo personal de hace al menos 20 años. De hecho, ambos comparten palco en el estadio Libertadores de América.
El hombre fuerte de Lanús, que pidió licencia por 30 días en el municipio para asumir interinamente la presidencia de la entidad de Avellaneda, adelantó este jueves en diálogo con distintos medios de comunicación que estará al frente del club hasta que la Asamblea de Representantes defina un nuevo ejecutivo entre los miembros de la Mesa Directiva, y se planteó al menos tres objetivos: contratar un DT, negociar la deuda con el América de México y terminar de armar un fideicomiso para inversionistas.
Si eso le sale bien, el jefe comunal del PRO cree que podrá capitalizar los beneficios de haber sorteado una crisis de envergadura. “Por su forma de hacer política y encarar las responsabilidades, no era una opción borrarse”, aseguró a este medio una fuente cercana y que admite también que otra opción posible es que los objetivos planteados no se cumplan y pague de alguna forma el costo que heredó del presidente fugado.
La decisión de tomarse licencia por 30 días fue discutida junto a su mesa chica, aunque no es el principal problema para Grindetti. En su lugar estará su jefe de Gabinete, Diego Kravetz, un dirigente con alto conocimiento en el electorado del distrito, a quien ya encumbró como su sucesor hace al menos dos años. Detrás de esa posible sucesión, que, por supuesto, marcarán las urnas en las elecciones generales, persigue el objetivo mayor de convertirse en gobernador bonaerense.
El camino hacia el sillón que ocupa Axel Kicillof está, de todos modos, repleto de obstáculos. Posiblemente esté supeditado, en parte, a lo que suceda en Independiente, pero en gran medida a cómo se resuelva la interna a cielo abierto en el PRO, partido en el que se disputan el podio Ritondo, como principal exponentente del ala dura, y Santilli, la principal apuesta de Horacio Rodríguez Larreta para la provincia que concentra el 38 por ciento del padrón electoral nacional.