La noche había arrancado con la expectativa alta en el búnker que Mas para Entre Ríos montó en el Centro Provincial de Convenciones en la ciudad de Paraná. El clima político de los últimos días y las primeras noticias que anunciaban un batacazo nacional de Sergio Massa construían un escenario donde el peronismo entrerriano se veía cerca de dar vuelta la elección y que Adán Bahl sea el próximo gobernador. No alcanzó: Rogelio Frigerio se impuso por algo más de dos puntos y será el sucesor de Gustavo Bordet.
Apenas cerraron los comicios y comenzó el recuento provisional, el clima en el peronismo era de relativo optimismo. Dirigentes de segunda línea revoloteaban en el centro de cómputos entre los periodistas, dando cuenta de la sensación de triunfalismo que flotaba en el aire. Sin embargo, las malas noticias comenzaron a llegar desde la costa del Río Uruguay: cuando la elección en Concordia, bastión del peronismo, comenzó a parecer mucho más desventajosa de lo que se planeaba, la cara de esos mismos dirigentes de segunda línea se transformó en una mueca triste.
Si bien, cuando cerca de las 21.30 la autoridad electoral comenzó a publicar los resultados, estos daban cuenta de una paridad, en el búnker del peronismo no renació la esperanza: ya se sabía que la elección estaba perdida. “Una elección muy ajustada, arrancamos desde muy abajo”, reconoció el gobernador Gustavo Bordet, quien sin embargo valoró “la extraordinaria tarea que ha hecho ´Beto´”. Otro premio consuelo: Bordet se impuso en la categoría a diputados nacionales y la maquinaria peronista logró también que Massa sea el candidato presidencial más votado en Entre Ríos.
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Justamente, fue Concordia la derrota más estruendosa del peronismo -sacando, naturalmente, la disputa por la gobernación-: el postulante de Juntos por Entre Ríos, Francisco Azcué, se quedó con la intendencia de la segunda ciudad más poblada de la provincia tras cuarenta años de dominio justicialista, venciendo a Armando Gay. En esa misma ciudad se impusieron Massa y Bordet, lo que habla a las claras de un fuerte corte de boleta que le costó al justicialismo su principal bastión.
No fue la única derrota del peronismo en los grandes centros urbanos: en Gualeguaychú, Mauricio Davico (JxER) venció a Martín Piaggio (MpER) y le arrebató el control de la ciudad al justicialismo tras casi dos décadas. El premio consuelo de Más para Entre Ríos fue la ciudad de Paraná, donde Bahl -actual intendente capitalino- confió en su funcionaria Rosario Romero para sucederlo y lograron el triunfo por algo más de dos puntos.
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Finalmente, pasadas las 22, el postulante peronista reconoció que los números, en principio, no le daban: “Pusimos todo en esta campaña y estamos orgullosos del trabajo que hicimos en toda la provincia”, sostuvo Bahl. “Hace cuatro meses en la costa del Uruguay no me conocía nadie”, reconoció con honestidad. “Estoy agradecido a quienes nos transmitieron alegría y esperanza en cada localidad”, agregó, cuando la derrota del peronismo entrerriano tras veinte años de hegemonía provincial ya era un hecho.
Si bien se mantuvo en la postura de esperar al escrutinio definitivo, lo cierto es que el discurso de Bahl sonó a reconocimiento de la derrota. Se comprometió a “seguir trabajando en Paraná y dejar todo ordenado para que Rosario Romero pueda darle el salto de calidad que la capital entrerriana se merece” y hasta habló de que será una “oposición constructiva”. Incluso se refirió a la transición: “somos entrerrianos de buena leche, nos pondremos a disposición”, cerró.