Con distintos pronunciamientos y un acto cargado de simbolismo, el grueso del arco sindical de Córdoba, representado por tres variantes de dos confederaciones (CTA y CGT), ratificó su apoyo a Sergio Massa para el ballotage del 19N. Por la noche del miércoles, los gremios que conforman la CGT Regional Córdoba recibieron a Juan José Álvarez, jefe de campaña local del ministro-candidato que, para esta etapa, decidió levantar el perfil para mostrarse como interlocutor válido.
En la histórica sede cegetista de la calle Vélez Sarsfield, en el centro de la ciudad. el operador bonaerense constató de primera mano el aval del sector que, aún desplazado de la conducción de la central obrera, mantiene una profusa actividad, con un gran número de dirigentes sindicales de peso en la dinámica mediterránea.
Algunos de ellos ya conforman la pata sindical de la construcción todista en Córdoba, como Juan Monserrat, titular de la Unión de Educadores (UEPC); Ilda Bustos, de los trabajadores gráficos; y Héctor Morcillo, de la Industria de la Alimentación. Otras referencias se han mantenido próximas al cordobesismo, siempre refractario al kirchnerismo nacional. Especialmente José Pihen, del Sindicato de Empleados Públicos (SEP).
Ante ellos, acompañado por el legislador electo Federico Alesandri y Tania Kyshakevych, legisladora y una de las voces que primero se atrevió a romper con el juego de Juan Schiaretti y Martín Llaryora, junto a representantes de más de 20 agremiaciones, Álvarez brindó un breve discurso, con el que recorrió las vías centrales de la interpelación massista al peronismo cordobés: la disputa trasciende los límites de una construcción provincial.
“No estamos discutiendo un cargo más. Estamos discutiendo dos modelos de país absolutamente distintos. Uno de ellos dice que la solidaridad no es un valor y cada uno tiene que defenderse solo, que tienen más posibilidades los que más tienen y los que menos tienen tendrán que ver cómo hacen para subsistir”, expresó el exintendente de Hurlingham.
Cargando contra la alianza Macri-Milei, Álvarez aseguró que cometieron el error de “despertar a un peronismo que se puso de pie y se encamina a la victoria”. Enfervorizado, pidió un esfuerzo más para reventar las urnas el 19N.
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Unidad y límites
El acto convocado por la CGT Regional coronó una semana en que las tres variantes de las confederaciones habían publicado comunicados a favor de la opción por el candidato de Unión por la Patria.
En todos los casos apuntaron a los peligros que supondría para la clase obrera un gobierno de corte paleolibertario, que tiene entre sus propuestas una reforma laboral que podría desbaratar el entramado de derechos y conquistas que distinguen a la Argentina.
Tales expresiones se sucedieron en un lapso de seis días. Tal asincronía refleja las divergencias que persisten en el ecosistema sindical en Córdoba, donde cada central hizo su movida sugiriendo a sus pares una adhesión posterior. En el juego político, tal aceptación es vista como claudicación.
La principal herida sin restañar remonta a la intervención dispuesta desde la conducción nacional de la CGT para “normalizar” la dirección de la delegación Córdoba. Disconformes, quienes timoneaban la CGT Regional mantienen una actividad que trasciende lo residual. Vaya como prueba la realización del acto del miércoles, corolario de un comunicado sacado en la tarde del lunes.
Las nuevas autoridades de la delegación Córdoba, ya refrendadas institucionalmente, fueron invitadas al encuentro con Álvarez. Su ausencia no pasó inadvertida. Mucho menos cuando ambas partes admiten la existencia de puentes para un proceso de unificación. Como ya contara Letra P, "el espanto" que provoca Milei podría obrar como aglutinante.
La adhesión de la cúpula oficial al candidato de UP no parece en dudas, considerando que también emitieron un documento donde ratifican “nuestro acompañamiento al candidato Sergio Massa, que plantea y pregona la salud pública, universidad pública, gratuita y de calidad, trabajo y la industria nacional”.
Tal comunicación llegó horas después de la de sus pares, declinando su invitación a adherir al que ya circulaba. “Ratificamos lo que dijimos hace tiempo ya. Somos la CGT Oficial”, remarcaron a Letra P.
Por fuera de esa puja, CTA Córdoba exhibe acompañamiento orgánico a los gobiernos “nacionales y populares” que se sucedieron en la Casa Rosada desde 2003. Aunque desde su interior se hayan emitido críticas, sobre todo por ajustes y concesiones que impactan primordialmente sobre los trabajadores informales, ha obrado también como alerta temprana contra los avances de propuestas que podrían desmontar derechos laborales.
Fue esta central, precisamente, la que primero ratificó su compromiso con la campaña del candidato de Unión por la Patria replicando un documento titulado El 19 cueste lo que cueste tenemos que ganar. Emitido por la conducción nacional, lleva la firma del titular de la entidad, el diputado nacional por el Frente de Todos, Hugo Yasky.
Tal adhesión ratifica la sintonía entre la cúpula de la central disidente y el gobierno nacional. Parte también de la afluencia sindical que aupó la candidatura de Massa en la previa de las PASO, en Córdoba la CTA tiene un puntal en la construcción en torno al ministro de Economía.
En dicha mesa, de escasa comunicación con la pata política que articula La Cámpora, se sienta Leticia Medina, titular de la CTA Córdoba y secretaria general de ADIUC, el gremio que reúne a los trabajadores universitarios. Es además quien ocupara el tercer lugar en la lista de Unión por la Patria para la Cámara de Diputados.
Con tales credenciales, deslizan miradas de soslayo sobre las otras confederaciones. Sospechan de la consistencia de sus adhesiones a la campaña por Massa. Particularmente, de dirigentes que hasta ayer nomás especulaban con ello, ya por discrepancias con el Ejecutivo Nacional, ya por indisimulable proximidad con Schiaretti, el excandidato a presidente del peronismo cordobés.
Por el momento, nadie pone voz pública las diferencias. No sólo necesitan sumar fichas para el tablero nacional. Tampoco quieren apurar las cavilaciones que ya masculla el incipiente partido cordobés.