CÓRDOBA (Corresponsalía) Desde que la conducción nacional de la CGT decidió normalizar la situación de la Regional Córdoba, la resistencia de José Pihen se convirtió en el principal escollo con que se encontró el representante de la Secretaría del Interior, Horacio Otero. Con el proceso oficialmente iniciado y, como contó Letra P, con la comisión normalizadora en funciones, la actitud reticente del relevado secretario general cordobés fue elevando los niveles de malestar entre los jefes nacionales.
En medio de una situación general en la que el poder adquisitivo del salario se esfuma por la inflación y del nuevo escenario que se abre a partir de los últimos cambios en el Ministerio de Trabajo, la comisión normalizadora de la CGT “se cansó” de que Pihen desconozca el proceso y lo intimó formalmente para que deje de “hablar en nombre de la CGT”.
“Se presenta como secretario general y ese cargo no existe, no entendemos por qué sigue poniendo palos en la rueda. No hace falta irse por la puerta de atrás, nosotros queremos llegar a un acuerdo”, dicen los representantes del tridente nacional respecto de la actitud asumida por el también legislador schiarettista y secretario general del Sindicato de Empleados Públicos.
El pasado 29 de septiembre, 25 días después de que las autoridades nacionales pusieran en funciones a la comisión normalizadora, Pihen encabezó una movilización a la sede de la Bolsa de Comercio que fue convocada “en defensa del poder adquisitivo del salario”. En una acción que fue convocada con firma y sello de la CGT Regional, las organizaciones que siguen acompañando al viejo líder sindical pidieron por políticas para paliar la inflación y leyeron un documento público en el que también se reclamó por la situación de las obras sociales sindicales y el trabajo precario.
Ese movimiento también se replica en las comunicaciones públicas que, entre otras herramientas, se plasman desde las redes sociales. El último tuit de la cuenta oficial de la CGT Regional Córdoba tiene fecha del 8 de octubre e invita a la presentación del libro de Pihen, a quien nombran como “nuestro secretario general”.
Toda esa serie movimientos hizo crecer el malhumor en la central obrera, y Otero intimó a través de una carta documento a Pihen para que “cese y/o se abstenga de la utilización y/o divulgación publica en medios masivos de comunicación, actos y afines del nombre y logo correspondiente, como así también de arrogarse un cargo en nuestra estructura interna que no exhibe”. En la carta, también se reserva el derecho de “iniciar las acciones penales ante la justicia federal en lo criminal y correccional y/o civiles ante la justicia federal en lo civil y comercial”, en caso de que se haga caso omiso a tal solicitud.
En el escrito también se solicita a Pihen que haga entrega de una serie de bienes muebles e inmuebles que, advierten, solo han sido restituidos de modo “parcial”. Allí enumeran la falta de “libro de actas, estado de cuentas, libro de inventario, y de la propiedad comúnmente denominada La Casa de la Historia del Movimiento Obrero".

La carta documento de Otero intimando a Pihen