Sergio Massa avanza en el armado territorial con el que buscará convertirse en presidente en las elecciones que tendrán su primera parada en las PASO del 13 de agosto. La mesa que el candidato del oficialismo empieza a diagramar para el centro del país tiene como protagonistas al intendente de Leones, Fabián Francioni; el de Villa María, Martín Gill; al secretario de Articulación Interjurisdiccional del Ministerio de Transporte, Marcos Farina; al titular de la Casa de la Moneda y ex ministro de Finanzas de la gestión de José Manuel de la Sota, Ángel Mario Elettore; y a la legisladora provincial Tania Kyshakevych.
Sin fotos ni trascendidos mediáticos, una primera reunión ya habría tenido lugar con todas las partes presentes para empezar a afinar un esquema de trabajo. El primer objetivo definido es incorporar a referentes como el exintendente de La Calera, Rodrigo Rufeil, y a su par de Embalse, excandidato a gobernador y legislador electo, Federico Alesandri. La lista de nombres, que articulará con la mesa nacional del Frente Renovador a través de Juanjo Álvarez, no se agotará allí.
Francioni aparece como uno de los nombres destacados dentro del grupo de referencias mediterráneas que tendrán que enfrentar la compleja tarea de garantizar la unidad en un espacio dividido. El intendente de Leones, que acaba de ser reelecto al frente de su municipio en el sur provincial, parecía uno de los números puestos para integrar la lista de Unión por la Patria en Córdoba. Sin embargo, el cristinismo se quedó con la totalidad de ese armado, del que también quedaron afuera los sectores del Frente Peronista Cordobés de Carlos Caserio, que el martes se reunieron con Agustín Rossi, el compañero de fórmula de Massa.
En soledad, el diputado Pablo Carro, el único cordobés oficialista que tiene banca asegurada después del 10 de diciembre, también visitó la oficina del jefe de Gabinete.
En líneas generales, las primeras conversaciones avanzan en un intercambio de miradas sobre la situación cordobesa que el ministro de Economía conoce, aunque a grandes rasgos. La intención del equipo es intentar arribar a un consenso interno en el que nadie quede afuera para la batalla electoral de cara a las PASO, donde el calendario electoral y el equipo ponen una primera línea de llegada.
Como ya pudo recoger este medio, hay una mirada en la que los diferentes sectores del espacio coinciden: la expectativa se renueva de cara al 22 de octubre, donde empezarán a jugar otros factores, hoy ausentes de la discusión. Las miradas, en ese sentido, también siguen muy de cerca los movimientos de la aventura presidencial del gobernador Juan Schiaretti.
“No puede quedar nadie afuera, tenemos que estar todos juntos”, repiten en la mesa que tiene la particularidad de volver a reunir a Francioni con Gill. Los intendentes se distanciaron públicamente cuando el Frente de Todos discutía el armado provincial que terminó con la magra elección de Creo en Córdoba, que apenas cosechó poco más de 43 mil en la última elección. El villamariense, que se sumó a la escudería de Martín Llaryora sufrió un duro golpe en su ciudad, donde la boleta cordobesista perdió por más de diez puntos frente a la que encabezó Luis Juez. Kyshakeych jugó con el llaryorismo por la intendencia de Deán Funes, en el departamento Ischilín, y también perdió.
El desafío de ampliar el espacio
Como lo viene haciendo desde que fue proclamado como “el candidato de la unidad del oficialismo”, Massa alternará acciones ministeriales con reuniones con sectores productivos. En este segmento, su mesa política cordobesa detectó un terreno fértil para sembrar expectativas rumbo al 22 de octubre y advierten que el ministro viajará a la provincia dos o tres veces antes de las primarias.
Lo propio hará Rossi y no se descarta que, esta vez, algunas figuras de corte kirchnerista también lleguen a la provincia para empujar la lista camporista con la que el ex Frente de Todos buscará renovar las dos bancas que pone en juego en la Cámara baja. Quienes aspiran a ocupar esos escaños son la diputada Gabriela Estévez y el ex secretario de Derechos Humanos Martín Fresneda.
Las miradas hacia el futuro del espacio son más disímiles cuando se piensa en la posibilidad de ampliar la base de apoyos para el ministro de Economía hacia los sectores que se desprenden de la estrategia nacional del schiarettismo. Mientras hay quienes afirman que, a pesar de la relación personal de Llaryora con el propio Massa, el gobernador electo está “atado” a las decisiones del mandatario saliente. En otras canteras aseguran que el sanfrancisqueño sólo espera “el mejor momento” para hacer efectivo su arribo al peronismo nacional. El entorno del todavía intendente de la ciudad de Córdoba niega cualquier tipo de ruptura y se concentra en la campaña capitalina que será la antesala de la transición provincial.
Gill Llaryora en el Festival de Peñas IG Martín Gill.jpeg
Llaryora y Gill en el Festival de Peñas de Villa María.
En ese juego de lecturas, también están quienes afirman que Llaryora busca evitar roces con los intendentes que le quedaron al cordobesismo luego de la elección del pasado 25 de junio y, por lo bajo, ya dio “libertad de acción” a los jefes territoriales para jugar en la contienda nacional. Esas versiones encuentran un cauce lógico en la idea de una coalición amplia, que se corre de las banderías políticas tradicionales, para desembocar en un nuevo “partido cordobés”.
Así las cosas, si el llaryorismo cuenta en sus filas a figuras que apoyan a presidenciales de Juntos por el Cambio, no sería alocado pensar que algunas decidan hacerlo con Massa. De hecho, el propio Gill suma desde esa doble condición de llaryorista en la provincia y massista en la Nación.
En toda esa gran sopa, entonces, el oficialismo bajará a Córdoba desde tres patas bien marcadas. La que históricamente se referencia en el kircherismo más duro; la que reconstruye su camino de la mano de Rossi y la que empieza a armar Massa, con referencias territoriales de renombre y un resurgir del Frente Renovador en el que ya se comienzan a convocar a viejos representantes del espacio.
Así, mientras todos los sectores piensan en la posibilidad de recuperar las relaciones que el massismo supo construir con el delasotismo, aparecen otros nombres, sin grandes estructuras, pero con una militancia sostenida en el tiempo a pesar de las adversidades. Tal es el caso de Diego “Caco” Heredia. El dirigente del Frente Renovador fue candidato de Creo en Córdoba en el departamento Marcos Juárez, sacó el doble de puntos que la lista que encabezaron Alesandri y Estévez y este jueves también fue convocado por la mesa nacional del massimo en la Ciudad de Buenos Aires.