Condicionada y restringida, Cristina Fernández de Kirchner busca reeditar el '19
La expresidenta se mantiene activa, pero está limitada para hacer política y ejercer su rol de líder. Quiere una alternativa del peronismo para las elecciones.
Condicionada y restringida, Cristina Fernández de Kirchner busca reeditar el 2019.
En su departamento de Constitución, Cristina Fernández de Kirchner celebró después de la medianoche del 17 de diciembre, cuando supo que la Cámara de Diputados había rechazado el capítulo XI del Presupuesto, que preveía la derogación de las leyes de emergencia en discapacidad y de financiamiento universitario.
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La mayoría circunstancial se había conseguido con un trabajo artesanal en el que se involucraron actores de la sociedad civil, gobernadores y diputados de todos los colores. Las negociaciones de última hora incluyeron, entre otros, al jefe del bloque de Unión por la Patria (UP), Germán Martínez, a Máximo Kirchner, Sergio Massa, mandatarios del peronismo no kirchnerista y también a Cristina.
La cuenta final mostró que Bernardo Biella, el diputado salteño que responde a Gustavo Sáenz, había votado en el mismo sentido que el bloque de UP. Lo mismo hicieron los legisladores alineados con el catamarqueño Raúl Jalil y el tucumano Osvaldo Jaldo, aunque estos darían muestra de su versatilidad días después, cuando en el Senado volvieron a ayudar a La Libertad Avanza. Un rato más tarde, a las tres de la mañana, el kirchnerismo ponía sus votos para la designación de la salteña Pamela Calletti como auditora general de la nación.
Acuerdo por la AGN
La designación de Calletti había tenido el aval de Cristina, que logró quedarse con una silla para el camporista Juan Ignacio Forlón. El tercer lugar fue para Mónica Almada, propuesta por La Libertad Avanza (LLA). Los tres nombres llegaron al Congreso cuando el presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN), Juan Manuel Olmos, en línea con la expresidenta, cerró la negociación con los libertarios y los gobernadores.
“Se dio la posibilidad de dialogar entre los que no dialogan”, celebró uno de los involucrados en las conversaciones. Cristina “estaba contenta” con los resultados. A pesar del triunfo de LLA en las elecciones, la oposición se llevaba a fin de año dos victorias importantes: el rechazo a un capítulo central del Presupuesto y la decisión del Gobierno de patear el debate por la reforma laboral para febrero. Dado el contexto, el diálogo entre kirchneristas, peronistas disidentes y la CGT no era poca cosa.
CFK 2017
“Voy a hacer todo lo posible para que en 2019 otro argentino llegue a la Casa Rosada para representar el mandato popular”. De recorrida por Avellaneda junto a Jorge Ferraresi, por entonces un incondicional del Instituto Patria, el 28 de diciembre de 2017 Cristina ponía la semilla para el armado de lo que, un año y medio más tarde, fue el Frente de Todos.
Mauricio Macri recién había ganado las elecciones de medio término y caminaba directo hacia la reelección. Todo se desmoronó en cuestión de meses. En el cristinismo se ilusionan con que este diciembre sea como aquél. “Ese 28 de diciembre estábamos en una situación muy parecida a la de hoy. Y ni siquiera gobernábamos la provincia de Buenos Aires”, dicen. Habrá que ver si es realidad o espejismo.
Su ánimo también cambió. Cristina se había acostumbrado a recibir dirigentes en su casa prácticamente todos los días. Estudiaba, hacía ejercicio y se mostraba públicamente activa y fuerte para sus seguidores. San José 1111 era un desfiladero hasta que la publicación de una foto con nueve economistas colmó la paciencia de la Justicia, que decidió cambiar las condiciones de la detención domiciliaria y restringir lo que denominó “visitas extraordinarias”, que están por fuera de su círculo íntimo familiar, médicos y abogados.
En el Día del Militante, recibimos en San José 1111 a un grupo de economistas que en representación de más de 80 profesionales me entregaron y presentaron consideraciones y propuestas sobre un modelo económico nacional de crecimiento productivo y federal para el siglo XXI.
La resolución la dejó aislada y limitada para ejercer el rol de líder que pretende tener. Un poco “bajoneada”, aunque siempre atenta a todos los temas, dicen los que la quieren y ya no pueden visitarla libremente. Los tiempos cambian, pero la política se sigue haciendo de manera presencial, con reuniones y conversaciones cara a cara que pueden generar emociones no reemplazables por el teléfono ni el Zoom.
“Ningún dirigente hace política sin juntarse con gente. La sacaron del juego políticamente. Primero con la condena, después con la restricción”, se lamentan en el cristinismo. Una oportunidad para quienes pretenden dar vuelta la página de su liderazgo.
CFK, internada
A eso se sumó una circunstancia inesperada. El sábado 20, quedó internada por una apendicitis que derivó en peritonitis y que la hizo pasar Nochebuena en el sanatorio Otamendi. El cuadro médico obligó a suspender actividades que Cristina tenía previstas para la Navidad. El 21, la militancia se iba a congregar en la puerta de su domicilio. Estaba previsto que un grupo de músicos interpretara la Misa Criolla. Para el 24, estaba planeada una convocatoria ecuménica de oración que se iba a celebrar también en la calle. Al cierre de esta nota, seguía en el sanatorio.
Algunas cosas se desordenan de manera imprevista. El peronismo bonaerense había logrado llegar a fin de año con la interna entre el cristinismo y el kicillofismo medianamente controlada cuando estalló una interna inesperada entre el diputado Juan Grabois y la exintendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. El dirigente de Patria Grande cruzó al municipio por un conflicto que se desató a partir de la represión a trabajadores del Movimiento de Trabajadores Excluido (MTE) que protestaban contra una ordenanza que tiene como objetivo regular la actividad de los cuidacoches en el municipio.
“Pegarles a los laburantes dos días antes de Navidad es de garca, lo haga quien lo haga”, dijo Grabois. Mendoza le respondió en un audio explosivo que filtró a los medios de comunicación. “Me faltás el respeto, no sé quién te creés que sos, fomentás la violencia”, dijo. Y agregó: “Me cuesta creer que los dos tenemos los mismos intereses y respondemos a la misma conducción. A veces dudo de cuál es tu conducción”.
Lamentable la intendencia de Quilmes habilitando junto a la bonaerense la represión de militantes y trabajadores por una protesta social mientras tratan en el Concejo Deliberante la privatización amañada del estacionamiento medido. Aclaro que la interna entre La Cámpora y el MDF…
En el entorno de Grabois explicaron que el diputado había hablado días antes de que se votara la ordenanza tanto con Máximo Kirchner como con el municipio para advertir que podrían generarse problemas. Acusaron a Mendoza de “falta de códigos” por la filtración del audio y llamaron a poner “racionalidad” a la situación. “No se puede generar un problema político por un conflicto entre un municipio y los cuidacoches”, dijeron.
En el cristinismo la lectura fue otra. La defensa de Grabois a los “trapitos” no cayó bien. “Rompieron el mobiliario urbano. Son delincuentes que amedrentan a la población”, respondieron. A tono con la época, el discurso de orden de Mendoza fue bien recibido por vecinos de Quilmes y por los medios de comunicación nunca afines al kirchnerismo.
Como sea, el cortocircuito entre Grabois y Mendoza generó un llamado de atención en el espacio, por la relación que el dirigente de Patria Grande tiene con Cristina. Cerca de la expresidenta remarcan que fue ella quien “lo puso tercero” en la lista de Fuerza Patria. En el entorno de Grabois aseguran que “fue fruto de una negociación” que evitó que compitiera por afuera.
Grabois tiene una relación muy cercana con Cristina. El diputado es uno de los pocos dirigentes que puede ver a la expresidenta sin restricciones ya que es también su abogado en la causa por el Memorándum con Irán. Pero en el peronismo nunca termina de quedar claro si el dirigente reconoce a Cristina como su conductora.
Es la economía, Javier Milei
Al ritmo del freno que tuvo que ponerles a las reuniones públicas, Cristina también bajó sus intervenciones en redes sociales. La expresidenta hizo en las últimas semanas unos pocos posteos que dedicó exclusivamente a economía. Es el tema que más la obsesiona. Está convencida de que Milei va rumbo al fracaso. Por eso cree que el peronismo tiene que trabajar en una alternativa para 2027.
Todavía le falta el candidato. El gobernador Axel Kicillof construye su propio camino y busca saltar las fronteras de la provincia de Buenos Aires. Se muestra con gobernadores y ya no reconoce a Cristina como conductora. La expresidenta y Kicillof no volvieron a hablar después del encuentro que tuvieron a principios de octubre. El vínculo personal entre ambos no tiene arreglo. Por las dudas, en el cristinismo avisan que, a pesar del aislamiento, nadie está en condiciones de ser gobierno en 2027 sin contar con el aval de CFK.
Algo del armado político empezará a definirse en marzo, cuando el Partido Justicialista (PJ) convoque a un congreso partidario que podría llamar a elecciones para definir nuevas autoridades. Cristina todavía figura como titular, pero sabe que su situación procesal la obliga a dar un paso al costado en pos de la normalización.