La Nueva Vicentin Argentina: los ganadores detrás del Grupo Grassi y la derrota del Banco Nación
El flamante dueño planea devolver el 100% de la deuda a los acreedores que le entreguen granos durante diez años. La entidad pública negocia con quita.
El corredor cerealero rosarino Mariano Grassi presentó el cronograma de pagos y el 30 de diciembre asumirá la presidencia de la Nueva Vicentin Argentina. Se comprometió a pagar el 100% de la deuda a los acreedores que le vendan granos durante diez años. Con u$s 400 millones asegura la operatoria plena para cubrir el resto con quita.
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Entre los acreedores que no accederán a ese esquema de recupero pleno se encuentra el Banco Nación, que emerge como el gran perdedor del concurso de acreedores que, tras seis años de trámite, llega a su etapa final.
La Justicia penal ya levantó las medidas cautelares que pesaban sobre las acciones de Vicentin, que quedaron en condiciones de ser transferidas al Grupo Grassi. Sólo resta un período de transición de tres meses, durante el cual interventores del concurso actuarán como veedores del proceso de traspaso.
“Para poner en marcha la compañía y no dejar capacidad ociosa, nuestra mejor propuesta se la hicimos a productores, acopiadores y cooperativas: les dimos la posibilidad de recuperar el 100% en dólares de sus acreencias si nos venden su producción durante diez años. Eso representa unos u$s 400 millones de los u$s 1500 millones de la quiebra de Vicentin”, explicó Grassi en declaraciones a Radio La Red.
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Mariano Grassi, el líder de la empresa que se encamina a quedarse con Vicentin
Después de seis años del default de Vicentin, el juez civil y comercial Fabián Lorenzini declaró a Grassi SA como ganadora del cramdown. En esa instancia también compitió y perdió la sociedad integrada por Molinos Agro, del grupo Pérez Companc, y la multinacional Louis Dreyfus Company (LDC).
“Todas las propuestas eran de desguace de Vicentin. Nosotros propusimos salvar la empresa completa, sin vender activos, y que los acreedores cobren lo que corresponde”, sostuvo Grassi.
Al momento de la cesación de pagos, el empresario era el segundo acreedor de la cerealera y ahora se convirtió en el titular de un holding que incluye más de 30 unidades de negocios. El objetivo es mantenerlas operativas, desde un feedlot con capacidad para 35.000 cabezas hasta una planta de bioetanol.
Los ganadores del default de Vicentin
Grassi es la cara visible de un entramado de firmas y actores que resultaron beneficiados con el desenlace del concurso. Entre ellos se destacan:
El estudio Salvatierra, Matos & Casanova, que diseñó la estrategia judicial del proceso concursal y también tuvo un rol central en el debate público en torno a la presunta estafa en Vicentin.
El financista Esteban Nofal, dueño de Cima Investment, cuya adhesión fue clave para el éxito de la propuesta. Controla el 37% de la deuda verificada de la quiebra, que adquirió a bancos extranjeros. Con u$s 50 millones reunidos de inversores de Wall Street, compró el derecho a negociar u$s 447 millones del pasivo total y ahora se convirtió en accionista de la nueva Vicentin.
La multinacional Cargill, que aportará respaldo logístico y financiero para garantizar el acceso al circuito comercial global de la producción.
El gigante agroindustrial Bunge, que operará activos de la nueva Vicentin y también comercializará granos. Además, Vicentin conserva el 33,3% de Renova, la mayor planta de crushing de oleaginosas del mundo, ubicada en Timbúes, cuyo socio mayoritario es Bunge. El esquema refuerza la concentración del negocio granario en la Argentina.
Trabajadores: los cerca de 1000 operarios de Vicentin continuarán en sus puestos laborales.
El Banco Nación comienza a negociar
El Banco Nación aparece como uno de los grandes derrotados del default más importante del último cuarto de siglo en el país. El antecedente inmediato fue el de Telecom Argentina, con una cesación de pagos por u$s 3250 millones.
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Esteban Nofal, el financista cazador de empresa quebradas que apoya a Javier Milei.
Captura Gritalo TV
La entidad estatal quedó expuesta con unos u$s 300 millones dentro del concurso de acreedores de Vicentin. De ese total, u$s 70 millones —correspondientes a deuda quirografaria— quedaron incluidos en el plan de pagos que comenzará a ejecutarse en breve, con cobros en cuotas y las quitas correspondientes.
Quedan pendientes otros u$s 230 millones, sobre los que todavía no hay definiciones. Esa deuda está garantizada con activos de la planta de producción de bioetanol a partir de sorgo y maíz que Vicentin posee en Avellaneda, Santa Fe, y que continúa en funcionamiento.
Se trata de créditos otorgados a la cerealera durante la gestión de sus antiguos dueños —las familias Vicentin, Padoán y Nardelli—, varios de ellos aprobados en tiempo récord durante la presidencia de Javier González Fraga en el Banco Nación, en el gobierno de Mauricio Macri.
El plan de pagos para el resto
El esquema que ahora deberá ejecutar Grassi contempla la dolarización de las deudas de todos los acreedores al tipo de cambio de $60, correspondiente a 2019. Aquellos que reclamen un cobro inmediato recibirán el 9% del total adeudado en un plazo de 90 días.
La propuesta incluye, además, un incentivo adicional: la creación de un fideicomiso que podría generar una ganancia extra de hasta el 120% sobre el capital inicial. Está pensado para acreedores que no cuentan con granos para vender, como empresas de servicios u otros rubros ajenos al negocio agrícola.