El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de Javier Milei, el peronista Daniel Scioli, tiene en agenda su visita prometida a Córdoba para el 24 de mayo. Junto al presidente de Talleres, Andrés Fassi, recorrerá el predio del club de fútbol cordobés y Claudio Chiqui Tapia elevará la presión.
La dupla juega fuerte a favor de las sociedades anónimas deportivas (SAD) bajo la tutela del expresidente Mauricio Macri. El alto perfil de Fassi se decidió en la oficina del expresidente, como adelantó Letra P. Del otro lado, el presidente de la AFA mueve sus fichas y a través de sus adláteres organiza una contracumbre de la Liga Cordobesa de Fútbol.
En esta cancha, juegan dos hombres fuertes del mundillo deportivo que insisten con que los clubes deben continuar bajo el formato de asociaciones civiles sin fines de lucro. Se trata del presidente de Instituto, Juan Manuel Cavagliatto, y el extitular de la Agencia Córdoba Deportes, el cordobesista Emeterio Farías.
Un día antes del desembarco del peronista flexible, varios clubes de la liga local se reunirán para plantear su negativa a las SAD. El problema es que la cúpula de Belgrano aún no tomó postura sobre el bando en el que estará.
Este jueves, la comisión directiva mantuvo una reunión por el tema y lo cierto es que no pudieron llegar a un acuerdo político. Se tomarán algunos días, a sabiendas que Luis Fabián Artime estará en el centro de las especulaciones.
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"Cuando le apretaba el cuello de la camisa, el Luifa lo buscó a Tapia para la foto. No se puede ser tibio", disparó una alta fuente que organiza la gran movida contra las SAD en Córdoba.
Daniel Passerini y Javier Pretto, una pelea de cartel
La Legislatura de Córdoba cumplirá esta semana un mes sin sesiones. Este miércoles, la oposición no dio cuórum para evitar que prosperara la jugada de Agustín Spaccesi. El libertario propuso un cambio en el reglamento para que los proyectos tratados sobre tablas sean aprobados sólo con la mayoría agravada. El show estuvo garantizado y la polémica también.
Esta atención permanente que cae sobre la Legislatura está opacando los procesos que se dan en el Concejo Deliberante, que depende de la dupla integrada por Daniel Passerini y Javier Pretto. En ese apretado edificio la convivencia no viene siendo fácil.
En los laberínticos pasillos del Poder Legislativo de la capital es vox populi que el intendente y su vice amarillo se sacaron algunas chispas. El jefe del Palacio 6 de Julio recibió a algunas figuras de la bancada que preside el ultrapasserinista Martín Simonian. Con nombre y apellido, cuestionaron el “vuelo” que Pretto le da a su mano derecha, Yanina Vargas. El pataleo sigue el libreto de las guerras de cartel de las revistas de Villa Carlos Paz o Mar del Plata.
Embed - Yanina Yael Vargas on Instagram: "Visité Impex, empresa dedicada a la producción y provisión de maquinarias, equipos y diferentes tipos de servicios. Impex es mucho más que una empresa, son arquitectos e ingenieros del futuro, generan empleo y crean oportunidades. ¡Gracias por su contribución al crecimiento de las ciudades y al desarrollo urbano!"
Vargas no es concejala, pero tiene una agenda cargada y protagoniza recorridas institucionales que algunas figuras de la bancada de Hacemos Unidos por Córdoba también desean. El nivel de exposición de la dirigente amarilla fue el punto del reclamo a la máxima autoridad municipal. Para pintar de tonos maduros el cuadro de situación, patinaron algunos problemas de convivencia.
La adlátere del expresidente del PRO tenía una oficina dentro del edificio de Pasaje Comercio que dejó hace poco para acomodarse en un amplio local en la esquina del recinto. Pretto habría tomado esta decisión para descomprimir el frente interno, pero parece que empeoró los recelos.
Probablemente Vargas sea la excusa de algunas fuentes peronistas para exteriorizar los problemas intrínsecos al Partido Cordobés. La dirigente amarilla aprovecha el nivel de exposición para alimentar el armado de Pretto, mientras que el peronismo cede lugares o debe mantener sus ambiciones a raya porque, en definitiva, son parte de dos gestiones y un mismo proyecto de poder.
La chicana transversal de un concejal peronista y el faltazo de Juan Negri
No obstante, la calentura peronista ya se hace cada vez más evidente. En la última sesión, donde menos de una docena de almas seguían la transmisión por YouTube, el peronista Diego Casado se encargó de incomodar a peronistas y radicales por igual.
A Pretto le consultó si estaba la posibilidad de tratar sobre tablas un beneplácito por el “reconocimiento y la trayectoria coordinado y constante que realiza en los barrios de Córdoba el doctor Juan Hipólito Negri”.
El silencio cruzó el recinto. Esta semana, el diario Alfil publicó que Passerini sumaría al exjefe de campaña de Rodrigo de Loredo al staff municipal, en concreto, al área de Transporte que quedó vacante tras el despido de Gabriel Bermúdez. La versión fue desmentida en el Palacio 6 de Julio, aunque el dirigente de histórico apellido boinablanca suena hace rato en las filas del cordobesismo, como reveló este portal con motivo de la puja por la Defensoría del Pueblo.
El exconcejal Negri no estuvo en el encuentro de Villa Giardino en la primera jornada, tampoco apareció en la segunda. La relación política entre Negri Jr. y su padre, Mario Negri, pende de un hilo.
Como sea, el PJ sigue alimentando la nube gris que, en definitiva, despista a la tropa de la deshilvanada coalición Juntos por el Cambio. La transversalidad que parece instalarse como práctica, por ahora, tiene mayor impacto en las filas opositoras.
Al respecto, un dato no menor fue el despliegue de militancia boinablanca que exhibió la vicegobernadora y profetisa del Partido Cordobés, Myrian Prunotto en su cumbre paralela en Villa Giardino.
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Myrian Prunotto encabezó su propio Villa Giardino con parte de la UCR de Córdoba.
Mientras la oposición, pero también algunas referencias del peronismo capitalino, se entretienen con menudencias, el PJ arregla sus frentes de conflicto interno de peso.
La cumbre entre dos enemigos públicos del cordobesismo
La foto de Llaryora, Passerini y Alejandra Vigo del 1° de mayo fue una respuesta potente al desorden interno del peronismo. Durante los días siguientes se dieron varios encuentros privados para limar asperezas en un punto de alta tensión: Gabriel Bermúdez y Marcelo Rodio, dos enemigos públicos, fumaron la pipa de la paz.
Primero, el contexto. Cuando Passerini echó a Bermúdez de la Municipalidad apenas se enteró de la denuncia de una funcionaria por abuso sexual, la decisión generó tensión en el cordobesismo. Para el oficialismo capitalino, la presentación penal que hizo Luis Juez por presunta malversación de subsidios del transporte tenía las huellas digitales del funcionario desvinculado del área específica. Incluso, también le atribuyeron la versión del pase de Juan Negri al peronismo en altas esferas del Palacio 6 de Julio.
Lo cierto es que el PJ está suturando viejas heridas. Bermúdez mantuvo un largo encuentro con Rodio, el secretario de Transporte de Llaryora que, como se recordará, había quedado pegado en la denuncia del senador porque su cuñado, a cargo de la empresa Transporte Automotor Municipal S.E. (TAMSE), había firmado un acuerdo con ERSA, la empresa de transporte que ya dejó la plaza.
El mano a mano, que duró dos horas, fue tenso. “Se dijeron de todo”, reveló una fuerte externa a la dupla. No serán amigos, pero acordaron mantener una relación dentro de la lógica de la cordura política.