Victoria Villarruel le respondió a Javier Milei, quien la acusó de haber conducido ilegalmente la sesión en la que se decidió la expulsión del senador Edgardo Kueider porque en esas horas debería haberlo sustituido en la presidencia. La vice ratificó que el debate fue válido y culpó al Escribano General de Gobierno por demorar el cambio de mando.
"El traspaso de poder lo hace el Ejecutivo. Yo sólo acato y firmo. Lo cual hice a las 19 horas del jueves. Así que no incumplí ninguna Constitución. En tal caso la incumplieron otros", contestó Villarruel a un posteo de Instagram. El escribano es Martín Rodríguez Giesso.
La consecuencia de este inesperado sainete es la judicialización de la sesión, a partir de una impugnación presentada por Kueider, peronista de origen, miembro del bloque Provincias Unidas y aliado del Gobierno. El derrotero judicial difícilmente cambie su destino. Villarruel ya validó la votación y, en el peor de los casos, si un tribunal la impugna, debería realizarse otra vez y el resultado no variaría.
“Se podría hacer nuevamente porque, dados los números, está claro que todos queremos a Kueider afuera”, reconoció Milei durante una entrevista que brindó desde Italia, donde viajó este jueves mientras se abría el recinto de la cámara alta.
No es habitual que la Justicia interfiera en controversias reglamentarias, porque la voluntad de los representantes es la que termina dando el veredicto en el recinto y los magistrados prefieren no pelearse con el Congreso por tan poco. Tal vez sea la excepción.
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El nuevo enemigo de Victoria Villarruel
En el Senado apuntan a Rodríguez Giesso, quien recién se presentó en el Parlamento el jueves a las 19. En su entrevista, Milei explicó que el escribano intentó comunicarse sin éxito con Villarruel para avisarle que tenía que tomar el control del Poder Ejecutivo. Según contó el Presidente, ella sabía desde el martes que él viajaría a Roma y que, por lo tanto, no iba a poder presidir la sesión.
Villarruel se defiende con la Constitución. El artículo 88 está redactado en tiempos no digitales y establece que la vice asume la presidencia una vez que es notificada por el escribano. Si no hay constancia de ese documento, el Senado entiende que Milei se estaría auto inculpando de haber dejado el país en estado de acefalía.
En la Casa Rosada fueron más lejos y difundieron un chat con Guadalupe Jones, la secretaria de Villarruel, en el que le avisaban sobre el viaje del Presidente. Fueron horas difíciles para la vice: supo de la orden de detención contra Kueider, que provocó el cambio de postura de la UCR, de parte del PRO y derivó en la posterior expulsión del senador.
Como explicó Letra P, Villarruel intentó hasta último momento evitar que echaran al entrerriano. Proponía una suspensión para que no asumiera en su lugar Stefanía Cora, de La Cámpora. Hizo lo que tuvo a mano para lograrlo y no pudo. Inclusive, tampoco se dio por notificada del pedido de desafuero de Arroyo Salgado. Hasta la tarde, la vice decía que sólo había recibido un mail del juzgado y que no era suficiente para sumar el expediente a la sesión.
Fuentes de los bloques opositores del Senado aseguraron a Letra P que en el oficialismo sabían del viaje de Milei, pero no tenían claro si Villarruel ya estaba a cargo del Ejecutivo mientras sesionaban. De hecho, tras un cuarto intermedio antes de la votación, el presidente provisional Bartolomé Abdala fue al estrado a conducir y la vice apareció detrás suyo para decirle que no era necesario.
El puntano se mostró cerca de la vice en la estrategia fallida de suspender a Kueider y no darle la banca a La Cámpora. También fue el primero en defender la validez de la sesión. El último viernes de febrero, el Senado definirá si Abdala sigue siendo presidente provisional. Necesita respaldo del Gobierno y de todas las fuerzas políticas para continuar.
El encargado de hacer equilibrio desde el Senado es el jefe de bloque de LLA, Ezequiel Atauche, quien habla con la vice, pero tiene otras terminales en la Casa Rosada. El jujeño fue quien a último momento recibió la instrucción de votar a favor de la expulsión, cuando ya no era posible revertir ese desenlace.
La comunicación entre la vicepresidenta y la Casa Rosada está rota. Este miércoles en el Senado informaron de diálogos entre Villarruel y Francos, que los voceros del jefe de Gabinete desconocieron. "Preguntamos si estaban de acuerdo con la estrategia y nos dijeron que sí", señalaron desde el despacho de la vicepresidenta. En la UCR le pasaron factura a la vice por una entrevista de Milei la noche anterior a la sesión, en la que pedía "echar a patadas" a Kueider. Interpretaron que era un pedido de expulsión. Fue lo que votaron.