El gobernador puso un hombre de Gabriel Katopodis a conducir la compañía. El massismo pierde un cargo y entra el expresidente de Aerolíneas Argentinas.
Pese a que estaba todo dado para que el Frente Renovador mantuviera el control de Autopistas de Buenos Aires (Aubasa), el gobernador Axel Kicillof sorprendió dándole la silla principal a Juan Guillermo Sauro, un hombre del ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, y loteando la compañía dejando sin representación a las filas de Sergio Massa.
La decisión que tomó la asamblea de accionistas y el directorio de Aubasa sacudió el tablero político bonaerense al designar a Sauro como nuevo titular y presidente del directorio de la empresa, a Walter Abarca como director titular y vicepresidente y al ex-Aerolíneas Argentinas Pablo Ceriani como gerente general.
De esta manera, el gobernador repartió los cargos entre diferentes tribus del peronismo bonaerense, algo que viene haciendo, como contó Letra P, desde el inicio de su segundo mandato.
Sauro es un hombre del riñón de Katopodis, quien viene ganando terreno en la administración bonaerense. El flamante presidente del directorio está a cargo de la subsecretaría Técnica, Administrativa y Legal del ministerio que conduce el exintendente. Lo acompañó también en la administración nacional cuando ocupó el cargo de secretario de Administración del Ministerio de Obras Públicas de la Nación y la dirección de Corredores Viales S.A. Antes había ocupado la secretaría de Economía y Hacienda de San Martín.
El nombramiento del exdiputado provincial Abarca se le imputa a la dupla matancera que lideran la vicegobernadora Verónica Magario y el intendente Fernando Espinoza. El ahora vicepresidente de la compañía fue diputado provincial durante diez años (2011-2021) y tiene un fuerte ADN K. Fue secretario privado de Néstor Kirchner durante los cuatro años del santacruceño en la Casa Rosada y durante los primeros dos de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Luego asumió el cargo de subsecretario de Relaciones Institucionales de la Jefatura de Gabinete y fue concejal en su ciudad, Saladillo.
Como en muchos otros casos, el gobernador bonaerense hizo un lugar más en su estructura para refugiar a exfuncionarios nacionales que quedaron a la intemperie luego de la derrota del peronismo frente a Javier Milei.
Ceriani, de buenos vínculos con La Cámpora y el gobernador, fue el presidente de Aerolíneas Argentinas durante los cuatro años de gobierno de Alberto Fernández. Su desembarco llega de la mano de la familia Recalde. El ahora gerente general de Aubasa fue asesor de Héctor Recalde en la Cámara de Diputados desde 2006 y luego pasó a trabajar con el hijo del abogado, Mariano Recalde, cuando este presidio la aerolínea de bandera, entre 2009 y 2015.
Hasta el recambio de autoridades, Aubasa fue presidida por Ricardo Lissalde, un hombre de Massa. Por eso, el Frente Renovador tenía previsto continuar con el manejo de la compañía y para el cargo tenía un nombre puesto, el del expresidente de Trenes Argentinos Martín Marinucci. En la previa de las designaciones de las nuevas autoridades, en el Ejecutivo provincial y en las filas del Frente Renovador daban prácticamente por hecho que sería quien ocuparía el cargo.
El massismo tensionó semanas atrás con el gobernador bonaerense bajo el argumento de que Kicillof no recibía a los intendentes que responden a Massa. No obstante, según supo Letra P, entre los puntos de desencuentro está la demora en el nombramiento de la extitular de Aysa Malena Galmarini al frente del Bapro, algo que se anunció junto a los cambios en el gabinete en el inicio del segundo mandato pero que, hasta el momento, no se concretó.