Alberto Weretilneck y Pedro Pesatti: ¿una sociedad que se dobla pero no se rompe?
El vicegobernador quebró la monotonía del poder en Río Negro y aceleró el lanzamiento de Facundo López. Repaso de un matrimonio político con altibajos.
Alberto Weretilneck y Pedro Pesatti, una relación de amor-odio en Río Negro.
“El amor es así”. La frase que surgió desde las entrañas de la Legislatura de Río Negro trata de explicar la crisis a cielo abierto que provocó el vicegobernador Pedro Pesatti, furioso por la decisión de Alberto Weretilneck de postular a su histórico armador en Viedma, el legislador Facundo López.
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Lo que Pesatti enunció es una verdad que se instaló hace meses en el círculo rojo rionegrino. El mismo López, en diversos eventos, manifestaba que el gobernador le pidió empezar a recorrer una provincia tan diversa como compleja, con regiones de notables contrastes geográficos, económicos y políticos. Acto oficial que había, el jefe de la bancada oficialista estaba.
Hasta se le armó un equipo de prensa especial que empezó a girar desde el verano por los principales centros urbanos. Desde entonces, la tensión interna fue en aumento.
Pero la reacción de Pesatti no es aislada. En sus diversas etapas de la relación amor-odio con Weretilneck, protagonizó situaciones inéditas que, asimiladas en su coyuntura, no se distancian de la ira tuitera de esta semana.
Un poco de ruido
Todo indicaba que las candidaturas deJuntos Somos Río Negro (JSRN) se iban a anunciar sobre el filo del reglamento, que aislaría cualquier fractura o posibilidad de revuelta. Y el gobernador fue mostrando sus cartas, a través de reuniones o publicaciones destinadas a revelar las mejores formas. La última fue para el día del amigo, el pasado 20 de julio, cuando se mostró distendido junto a López, mientras el legislador atizaba la llama electoral en su parrilla. Incluso celebró que su “amigo” hizo chinchulines, en un tono descontracturado.
La publicación cayó tan mal en Pesatti, que volcó toda frustración denunciando un veto por sus ideas. “No coincido con el diagnóstico del escenario y, en consecuencia, tampoco con la estrategia elegida”, reza un pasaje de la publicación, que manifiesta un nuevo desencuentro.
Facundo López, Andrea Confini, Mabel Yahuar y Juan Pablo Muena van a levantar la voz en el Congreso. No obedecen a Buenos Aires. Defienden a Río Negro, por encima de cualquier grieta o interés partidario. pic.twitter.com/k6eidttHTX
— Alberto Weretilneck (@WeretilneckOK) July 23, 2025
En Casa de Gobierno recuerdan diversos momentos de la relación en que la dupla protagonizó escenas que rozaron lo bizarro. Una de esas tuvo lugar en 2017, previo al anuncio del gobernador de dar de baja el proyecto que buscaba instalar una central nuclear en las costas de Sierra Grande, en medio de manifestaciones populares en las principales ciudades.
Mientras Weretilneck grababa el anuncio, Pesatti primereó al equipo de comunicación y notificó lo que su compañero de fórmula diría, casi dejando en ridículo al gobernador. El desaguisado, que solo hizo celebrar a la oposición, es uno de los tantos que protagonizaron desde entonces.
Amor y odio
El segundo capítulo de alto voltaje se dio en 2019, apenas la Corte Suprema de Justicia de la Nación truncó los deseos de Weretilneck de ir por un tercer mandato consecutivo. Pesatti esperaba, en un encuentro partidario en la localidad valletana de General Fernández Oro, ser ungido. Pero la bendición jamás llegó, Arabela Carreras, que había sido designada candidata a vice, escaló un peldaño y el resto ya es historia.
Pesatti se fue en llamas de aquella cumbre y cortó el diálogo hasta el reencuentro que se dio en la residencia oficial, tiempo después, en la que se dio una suerte de pacto de Olivos en la Patagonia. Los compañeros, caminando en el parque de la casona anclada en el centro de Viedma, anunciaron que el vice sería el candidato a la intendencia de la capital.
Desde aquel tiempo, el oficialismo puso todo de sí para recuperar la ciudad histórica. “Ahora le toca a Viedma” fue el mensaje elegido y que finalmente dio resultado, tras imponerse en la elección ante un radicalismo y peronismo que venía en declive.
En el medio de su mandato como intendente, Pesatti enfrentó una pandemia, reconstruyó la relación de Sergio Massa con el provincialismo verde y logró el compromiso, dijo en diversas oportunidades, de volver al parlamento para consolidar el modelo que empezó a moldearse en los álgidos días de 2012, tras el asesinato de Carlos Soria, cuando Miguel Ángel Pichetto intentaba quedarse con el gobierno.
La decisión a favor de López se justifica en la asesoría del consultor Derek Hampton, que supo asesorar a Patricia Bullrich en la elección presidencial de 2023. Desde que el nuevo gurú lo aconseja, dejando atrás a Mario Riorda, volvió con el discurso que apunta al “centralismo versus el interior” y, en varias de sus apariciones, las críticas apuntan al modelo de gobernanza y no personifica en Javier Milei.
Eso condicionó todas las chances de Pesatti, que exuda peronismo. Allí el problema, según las recomendaciones de los asesores que vieron en López, un hombre que supo militar en la Franja Morada y que tiene severas críticas del modelo kirchnerista y del PRO, la figura indicada para ocupar ese rol.
Sus posibilidades, entienden en el entorno de Pesatti, estaban cerradas. Resta observar cuál es el trato en los próximos dos años, donde la relación parece, otra vez, irrecuperable. Todo indica que se vienen momentos de nueva tensión en la dupla que funciona como un matrimonio, en una historia de amor, brujos y odio.
“Es una percepción distinta sobre una decisión que hemos tomado. Seguramente, con el tiempo se irá sanando, como tantas otras veces. Para todos nosotros, obviamente no ha cambiado nada”, dijo el gobernador este miércoles, apostando a que las aguas se aquieten.
Fuentes del entorno de Pesatti respaldaron las críticas del vice, pero bajaron el tono a que el proceso continúe. Quizás, por los antecedentes, entienden que una reconciliación puede darse.