Un repaso de los primeros 70 días de gestión, con la amenaza del presidente Javier Milei y su motosierra en primer plano, será eje del discurso de apertura de sesiones ordinarias del gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, uno de los principales rivales del presidente, que comenzó una batalla contra la Patagonia por la coparticipación.
Desde que se anunciara el recorte del subsidio al transporte o el Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), un ítem que detonó la relación de las provincias con el sector sindicalizado de la educación pública, Weretilneck intensificó sus diferencias con Milei, a quien en la campaña presidencial, ya sin chances de lograr una banca en Diputados, enfrentó enlistándose detrás de Sergio Massa.
En principio, el respaldo fue personal. Ya con la segunda vuelta como proceso inminente, se jugó un pleno por el mentor del Frente Renovador. “Milei es la disolución nacional”, advertía con su amigo hincha de Tigre y toda la estructura de Juntos Somos Río Negro (JSRN). Tras el 10 de diciembre, con el mandato libertario en funciones, la relación con la Casa Rosada tuvo altibajos, pero estalló tras el fracaso de la ley ómnibus.
De eso, de las peleas en la Justicia y por la coparticipación, se espera que hable el gobernador, integrante de una liga que tomó forma en Villa La Angostura y se robustece ante los embates libertarios contra los intereses de la región.
Lo que se viene para Weretilneck
Este año, Río Negro debe afrontar el pago de una cuota del Plan Castello. Vencen 46 millones de dólares y el paisaje es desolador. A pesar de que el área de finanzas busca ordenar las cuentas públicas, la tensión con los gremios incide en el rumbo dispuesto.
La determinación de Milei de eliminar el déficit arrasa con la obra pública. Letra P detalló el impacto que sufre la economía rionegrina por la parálisis absoluta, impidiendo que varias localidades accedan a nuevas terminales de ómnibus, proyectos de saneamiento a través del Enohsa y diversos fondos para mejorar la calidad de vida de la población.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://twitter.com/Weretilneck/status/1761131773096783969&partner=&hide_thread=false
El último golpe fue la extensión, por dos meses, de las concesiones de las represas que comparte junto a Neuquén. Obras emblemáticas como El Chocón, Alicurá y Piedra del Águila, que comparte con la vecina provincia mediante el río Limay, siguen en un limbo y las administraciones patagónicas fuera de su manejo.
El Gobierno decidió estirar por 60 días las concesiones el pasado 19 de enero y el temor por quedarse fuera del negocio a las provincias pone en alerta a Weretilneck y a Rolando Figueroa. El número que hay en juego ronda en los 800 millones de dólares al año.
El subsuelo de Río Negro
La principal apuesta para salir de la crisis galopante es la minería a gran escala. Este modelo de provincia, el energético, es el que pretende construir Weretilneck. Como explicó Letra P, las posibilidades del sector son amplias y las empresas están en condiciones de avanzar hacia el modelo extractivo.
En medio de la incertidumbre, cuando los fondos públicos solo alcanzan para proponer aumentos por sumas fijas, la pelea por los recursos coparticipables está en marcha.